El primer asador de pollos de Arroyo de la Miel cumple 45 años al pie del cañón
El Pollo Dorado ·
Esta empresa familiar, fundada en 1978, ha logrado perpetuar el negocio aunando tradición en sus platos e innovación en sus ideasEn un pequeño asador de no más de 22 metros cuadrados, situado en la calle Blas Infante de Arroyo de la Miel, se venden los ... que para muchos son los mejores pollos asados de todo Benalmádena. Uno de estos negocios de toda la vida, que mantiene la esencia de los primeros días y que jamás a cambiado su fórmula secreta para cocinar sus pollos. «Aquí hemos pasado crisis, pandemias… Pero seguimos adelante. Al final, comer hay que comer todos los días», cuenta, en tono jocoso, la actual propietaria de El Pollo Dorado, Mariana Plaja, que recibió el premio Mujer Empresaria del año por el ayuntamiento de Benalmádena, en la categoría de empresaria con personal contratado.
Este mítico asador celebra este 2023 nada menos que su 45º aniversario; toda una vida guardando con cariño el honor de ser el primer asador de pollos de Arroyo de la Miel, en 1978. Entonces no fue ella la fundadora, si no sus padres, José Luis Plaja (también fundador del restaurante El Botijo) y Mariana Pedraja.
Aunque a día de hoy es un negocio solvente, que permite incluso que haya dos empleados contratados (Abelardo y Sara), no siempre fueron tiempos de bonanza. De hecho, Plaja cuenta que, en la España de los 70' y principios de los 80', no estaba tan bien visto comprar comida fuera de casa. «Antes, muchas amas de casa no venían a comprar un pollo porque pensaban que las vecinas dirían 'esta no cocina'. Era así, la gente era reacia a comprar en la calle por el qué dirán, así que la mayoría de la clientela al principio eran sólo turistas o extranjeros. Hoy día está supernormalizado comprar comida para llevar. La gente no tiene tiempo para cocinar», relata.

Avanzaron los años y el negocio iba adquiriendo cada vez más nombre. Todos los vecinos de la zona hacían cola para esperar su ración, y tanto Mariana como sus tres hermanos mayores, José Luis, Christian y Patricia, crecieron ligados al asador. Veían trabajar a sus padres, aprendían jugando y llegaron a ponerse al pie del cañón. Sin embargo, tomaron rumbos diferentes y fue la menor de los cuatro la que tomó el testigo. Eso sí, en un momento amargo: «Mi padre enfermó en 1998, le dio un ictus (falleció en 2009). Entonces se encargó mi madre, pero era más mayor y ya pasé a encargarme yo después, ella necesitaba ayuda y no me lo pensé dos veces».
Calidad y cercanía
Ahora son ella y su marido, Hermes Cañizares, quienes están al frente del asador, conservando, eso sí, las recetas de siempre. ¿Cuál es la clave de la durabilidad del negocio? Plaja responde: «La calidad de nuestros ingredientes y el cariño que le ponemos a las cosas es nuestro secreto. Queremos que la gente se vaya contenta con el trato y el producto».
Pero no todo es tradición y cariño; no quisieron quedarse estancados en el negocio tradicional y se han ido adaptando a las necesidades de los clientes. Ampliaron la carta para incorporar numerosos platos caseros: albóndigas, croquetas, ensaladas, sopas, cremas, pollo al curry, callos, tortilla de patata… Además, abrieron perfiles en Facebook e Instagram para publicitarse, e incluso, están presentes en Glovo, para realizar pedidos a domicilio. «Pequeños cambios que han hecho que todo sea más rápido y eficiente», asegura
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.