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Julieta tiene cerca de cincuenta años, aunque resulta complicado adivinar la edad exacta. Lo que sí parece estar claro es que esta hembra de chimpancé que vive en el parque Bioparc de Fuengirola desde que abrió sus puertas en 2001 nació en un circo y fue usada para hacer fotos en la playa. Cuando creció, su dueño la encerró en una jaula de tres por tres hasta que fue incautada y trasladada al centro. Aunque casi veinte años en la compañía de chimpancés da para mucho, Julieta sigue saludando a los seres humanos que pasan por Bioparc con un abrazo y tirando besos, unos gestos que sus cuidadores asumen aunque no celebran porque es fruto de un pasado terrorífico.
Sin embargo, esta chimpancé, como el resto de animales del parque, lleva más de tres meses sin ver a ninguna personas más allá de aquellas que les dan de comer. Ahora, esta espera ha terminado porque el centro zoológico abrirá hoy sus puertas, aunque entre estrictas medidas higiénicas y de seguridad. «Hemos reducido el aforo prácticamente al 25 por ciento», avanza a SUR el director general de este espacio, Francisco de Asís García, que recuerda que la fase 3 permite la apertura de estos centros al 50 por ciento.
A la práctica, esto quiere decir que de las 1.800 personas que caben en Bioparc, solo entrarán de forma simultánea un máximo de 400. A ello se sumarán otra serie de medidas como los geles hidroalcohólicos y la limpieza constante de cristales y vallas. De esta manera, el centro se convertirá en el primer parque de ocio (atracciones, zoológico o acuático) que abra en la provincia de Málaga –y uno de los primeros de Andalucía– tras la crisis del coronavirus.
Aún así, la espera de Julieta no es un elemento que compartan todos los animales que residen en Bioparc. Los chimpancés y los orangutanes, así como el resto de simios y primates del centro, suelen estar más atentos a lo que hacen los visitantes. Sin embargo, hay otros como Rokan –el macho de tigre de Sumatra– que no parecía tan contento estos días de ver a una cara nueva tras tantas semanas sin ver amenazado su territorio por seres humanos. Todos tenemos que acostumbrarnos a la nueva normalidad, también los animales.
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