Carlos López, tatuador: «Aquí vienen abuelos acompañando a sus nietos a tatuarse»

-¿Cuánto tiempo lleva trabajando como tatuador?

-De tatuador llevo bastantes años, más o menos una cuarta parte de mi vida. Aunque trabajando en un estudio llevo año y medio.

-¿Y el resto del tiempo?

-El resto del tiempo, unos seis años, he estado realizando trabajos más amateur. De vez en cuando tatuaba a algún que otro amigo. También compraba mucha piel sintética para mejorar mi técnica y seguir practicando.

-¿Tiene algún estilo o especialidad?

-No. Me gustaría especializarme en el realismo, pero por la localización del negocio (For Always Tattoo, un estudio ubicado en Fuengirola) hay que adaptarse a todo lo que venga. Entre mi compañera Natalia Guillén, que es la propietaria del estudio, y yo nos intentamos repartir los tatuajes. A ella le gusta más el minimalismo y el lineado. A mí sin embargo proyectos más grandes, que abarquen, por ejemplo, todo el brazo. Pero al final del día hay que adaptarse a lo que llega y acabamos haciendo de todo.

-¿Existen estilos más reputados que otros?

-Sí, el realismo tiene más reputación simplemente por lo llamativo que es. En los tatuajes pequeños, con estilos como el lineado, el ojo inexperto no suele apreciar la técnica que realmente requiere. Ven simplemente una cosa muy pequeñita y ya está. Pero en realidad, un tatuaje de realismo solamente tienes que enfocarte en copiar una imagen. Una vez le has cogido la técnica no tiene más, aunque parezcan súper impresionantes. No requieren tanto pulso como los minimalistas.

-¿Cree entonces que el minimalismo tiene más valor que el realismo?

-No. Creo que tienen el mismo valor, pero el minimalismo se infravalora.

-¿Hay mucha gente autodenominándose tatuador cuando ni siquiera tienen el título?

-Un montón, y me parece bien.

-¿Y no cree que es intrusismo?

-No. Me parece que es intrusismo todo lo contrario, que todo el mundo pueda sacarse el título de tatuador sin tener ni la menor idea de tatuar y que solo por tener el título ya se llamen tatuadores. El mundo del tatuaje tiene muchísimo tiempo, sin embargo, se ha regulado desde hace muy poco. Me parece genial que finalmente se haya regulado, pero me parece fatal cómo se ha hecho. Se ha planteado de una manera en la que cualquiera puede hacerlo. Para que te den el título requieres de unos estudios que no tienen absolutamente nada que ver con el tatuaje, como es el bachillerato. Hay muchos estudios que llevaban mucho tiempo abiertos y contaban con tatuadores buenísimos. Gracias a esta regulación han tenido que echar el cierre, porque los tatuadores no tenían el título de bachillerato. Han tenido que ponerse a estudiar lengua, por ejemplo, para poder seguir tatuando. Eso no tiene sentido.

-¿Cree que debería de haber unos estudios específicos dedicados al tatuaje, como, por ejemplo, formación profesional?

-Sí, y seguramente lo habrá en el futuro.

-¿Cree que a pesar de la antigüedad del tatuaje se trata de un mercado incipiente?

-Ahora es cuando está dando el boom, por eso se ha decidido regular ahora.

-¿El tatuaje sigue teniendo estigmas?

-Sí, pero cada vez menos. Y las personas que siguen teniendo estigmas suelen ser adultas, entre las nuevas generaciones está totalmente asimilado. Pero entre los adultos también ha habido un cambio de mentalidad bastante importante. Aquí vienen abuelos acompañando a sus nietos a tatuarse.

-¿Y hablando de zonas corporales?

-Sí, zonas como la cara o las manos. Aunque tampoco demasiados.

-¿Se tatuaría el cuello, por ejemplo?

-Me tatuaría el cuello cuando ya no me quede espacio en el cuerpo.

-O sea, que piensa tatuarse el cuerpo entero.

-La cara ni de coña.

-Por estigma o por estética.

-No me gustaría verme un tatuaje en la cara al mirarme al espejo.

-Y hablando de usted como tatuador, ¿Hay zonas en las que se niegue a hacer tatuajes?

-Nunca me he encontrado con la situación, pero hay zonas a las que puedo negarme. Cabe distinguir dos tipos de zonas. Por un lado, aquellas que yo no quiero tatuar, como zonas íntimas. Por otro lado, zonas que, por mi habilidad, tal vez no esté capacitado, como los párpados.

-¿Hay tatuajes que, independientemente de la zona, los ha visto y se ha negado a hacerlos? Tatuajes que haya pensado: si se lo hago le voy a destrozar la vida.

-No. Hay tatuajes que lo he pensado, pero los he hecho igualmente. A ver, primero se le pregunta si está segura de hacerse el tatuaje, pero si la persona quiere seguir adelante se le hace.

-Y si dejara el tatuaje, ¿No cree que sus tatuajes podrían limitarle para encontrar trabajo?

-Por fortuna cada vez menos. Pero vamos, que no me pienso dedicar a otra cosa.

-¿Conoce algún ejemplo?

-Sí. Hay que tener cuidado, sé de clientes que, aún hoy día, les han desestimado del proceso de selección por tener tatuajes.

-¿Hay límites en el tatuaje? Como el 'blackout', por ejemplo.

-Creo que no hay límites. Yo tengo límites personales por estética, pero creo que el límite lo pone uno. El límite está en el gusto personal de cada uno.

-¿Y si hablamos de salud?

-A la larga no, pero el 'blackout', por ejemplo, si es cierto que es muy invasivo. Cuando te haces un tatuaje la piel se hincha y se estira. En tatuajes 'blackout' la piel no puede abrirse porque está todo cubierto de negro, lo que puede causar fiebre y malestar general. Pero las consecuencias son a corto plazo, una vez curado no hay efectos adversos.

-¿Cree que los tatuajes deben tener significado?

-Para nada. De mis tatuajes el setenta porciento no tienen significado.

-¿Cree que el tatuaje es una moda?

-Sí. Como te he dicho existen desde hace mucho tiempo, pero en la última década se ha convertido en una moda.

-¿Le parecen más atractivas las personas con tatuajes?

-En general, sí.

-¿Qué es para usted este oficio?

-Mi vida.

-¿Y no hay vida más allá de la tinta?

-No mucha, la verdad. Tengo la suerte de que el dibujo y el tatuaje ocupan la mayor parte de mi tiempo.