
De Benalmádena a Suiza para hacer el rescate de su vida
El bombero Miguel Gutiérrez acaba de participar en su tercer campeonato mundial de equipos de rescate, donde durante tres días han simulado hasta doce catástrofes de diferentes tipos
Miguel Gutiérrez es bombero con plaza en Benalmádena desde hace 25 años. Su sueño era haber entrado en el grupo de rescate de montaña de ... la Guardia Civil, pero una lesión de fémur truncó ese destino y le puso otro por delante, el de bombero. Fue entonces cuando decidió hacer de su sueño su pasión y especializarse en todo lo relacionado con el rescate de víctimas.
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Por suerte o por desgracia, nunca se sabe, a lo largo de toda su trayectoria profesional en los Bomberos nunca ha participado en un rescate, más allá de una dobladura de tobillo en el monte. «Aquí no hay alta, ni media montaña», recuerda. Lo que sí hay en Benalmádena es un teleférico y son pocos los municipios que cuentan con una instalación de esas características, pero es extremadamente segura y hasta ahora nunca ha dado un mínimo susto y si lo diera, «sería fácil», garantiza Miguel. «Existe un protocolo que nos obliga a hacer todos los años un simulacro, eso significa que estamos formados y que tenemos todo el material necesario», explica.
Con esto, el bombero hace tiempo que entendió que si quería poner en práctica todo lo aprendido sobre rescates tenía que ser mediante simulacros y junto al equipo de rescate de Málaga comenzó a participar en el campeonato mundial que organizan estos equipos (GRIMPDAY) y que cada año se celebra en Bélgica, aunque este año ha tenido lugar en Ginebra, en Suiza.
Este año ha sido la tercera edición en la que él ha participado y acaba de volver desde Ginebra. Este año competían 34 equipos de rescate de todo el mundo y Málaga ha quedado en la posición once. El primer año consiguieron ser los sextos. A nivel nacional, España tiene un campeonato similar, que se llama Rescue GrimpDay y que se celebra en Sevilla. En este han participado cinco veces y han conseguido ser ganadores en dos ocasiones.
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Estas competiciones están basadas, en buena medida en la resistencia de sus participantes, y no son fáciles. «Este año en Suiza hemos simulado cuatro rescates por día. Ha habido compañeros de otros grupos que no han podido completarlos», cuenta Miguel, quien explica que la competición ha durado tres días y en todos ellos las pruebas a solventar han seguido la misma dinámica. «Son todas complicadas y requieren de mucho esfuerzo físico. Siempre hay una víctima, hay que ir a por ella, encamillarla, subirla, bajarla o trasladarla de un lado a otro. Y en todos los casos se tiene en cuenta el tiempo que tardas, la seguridad con la que lo haces y el trato a la víctima, entre otras cuestiones».
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