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Alberto Gómez
Domingo, 11 de diciembre 2016, 00:52
El deterioro de varias zonas del Hospital Marítimo de Torremolinos, que desde hace años presenta falta de limpieza, paredes agrietadas, humedades y mobiliario oxidado, mantiene en pie de guerra a usuarios y trabajadores. La plantilla teme que se repitan situaciones «de peligro», como la infección nosocomial (nombre que reciben las enfermedades contraídas en centros sanitarios) que mantuvo a trece pacientes aislados desde marzo hasta agosto. Un informe interno, al que este periódico ha tenido acceso, revela «un déficit alarmante de limpieza» en la Unidad de Salud Mental. Los trabajadores sostienen que existen zonas donde son los enfermeros y los propios usuarios «quienes están realizando la limpieza». El pésimo estado de algunos edificios de este complejo, construido a comienzos del siglo pasado y dependiente del Hospital Clínico Universitario, se agrava cuando llueve por las deficiencias que presentan las estructuras y el sistema de desagüe.
El centro puso en marcha en verano un Procedimiento Normalizado de Trabajo (PNT), un protocolo destinado a evaluar de forma semanal la calidad de los servicios en las unidades de hospitalización. Los auditores constataron, según el informe, «el estado lamentable en el que se encuentra la limpieza» de la Unidad de Salud Mental y «el evidente riesgo para usuarios y profesionales», así como las posibilidades de incendio «por el abandono de los viales». Las inspecciones realizadas una semana después revelan que «no se ha llevado a cabo ninguna de las medidas de mejora acordadas, persistiendo la misma situación». El servicio de limpieza del Marítimo está adjudicado a una empresa externa que mantiene contratadas a una veintena de personas.
Los trabajadores consultados, que piden mantener en el anonimato sus nombres y cargos, lamentan la falta de inversión de la Junta de Andalucía, a la que acusan de «dejar morir» el hospital, con una plantilla superior a las cien personas. Una de las trabajadoras llegó a enviar una carta a la presidenta andaluza, Susana Díaz, «para contar, sin maquillar, la situación del hospital». Entre las denuncias trasladadas al Gobierno autonómico destacan «el aumento de reclamaciones por parte de los usuarios, la deficiente gestión de contratos exteriores o el incumplimiento de la obligación de convocar una comisión de evaluación y control de periodicidad trimestral». Desde el Gabinete de la Presidencia respondieron que el escrito había sido trasladado a la Consejería de Salud «para su toma en consideración».
Pese a los trabajos de reparación de cubiertas y estructuras puestos en marcha por el Servicio Andaluz de Salud en los últimos meses, un proyecto con un presupuesto cercano al medio millón de euros, los trabajadores inciden en que «los problemas más graves persisten». La situación, que también ha sido denunciada por los sindicatos, provoca la aparición de goteras, presencia de humedades en los quirófanos, irregularidades en el suelo y plagas de cucarachas y otros insectos. El mal estado de las habitaciones, con mobiliario oxidado y colchones que en su mayoría superan los diez años de antigüedad y están deformados y raspados, constituye otro de los principales objetos de crítica por parte de pacientes y empleados. Los usuarios también lamentan determinadas situaciones originadas por la arquitectura del centro, propuesto para que sea elegido como Bien de Interés Cultural pero con graves problemas a nivel asistencial, como los traslados postoperatorios «delante de una hilera de gente».
El Marítimo tiene cuatro quirófanos donde cada año se realizan cerca de 6.000 operaciones. En el caso de las consultas externas, ubicada junto a uno de los edificios peor conservados del complejo, se atiende a 45.120 pacientes al año. A las deficiencias del Hospital Marítimo se suma la falta de un centro de salud en la zona este de Torremolinos, con una creciente expansión urbanística y poblacional en los últimos años, sobre todo en La Colina y Los Álamos. La Junta anunció su creación en 2011, junto a un Centro de Alta Resolución de Especialidades (CARE) que desdoblaría las consultas de Barbarela y beneficiaría a más de 120.000 habitantes, en concreto a los usuarios de los centros de salud de Torremolinos, Puerta Blanca, Churriana y Alhaurín de la Torre. La exconsejera de Salud y actual consejera de Hacienda, María Jesús Montero, llegó a asegurar que las instalaciones serían «propias del siglo XXI» y que darían «un impulso definitivo al municipio», pero las sucesivas promesas, siempre cercanas a citas electorales, han quedado reducidas a papel mojado mientras la centenaria historia del Marítimo cae como una losa sobre sus deterioradas instalaciones.
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