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Sayalanga presume de ser la capital del níspero en la Axarquía. Enclavado en el curso medio del río Turvilla, que nace a los pies de La Maroma, en Canillas de Albaida, la localidad cuenta con apenas 1.700 habitantes empadronados. Rodeada de escarpadas laderas, además de nísperos en sus tierras se cultivan también aguacates, mangos, almendros, olivos y viñas de uva moscatel de Alejandría. El cementerio redondo, que en realidad es octogonal, es uno de sus principales reclamos turísticos.
En el Museo Morisco pueden contemplarse destacadas piezas arqueológicas y realizar un recorrido por su historia. Ahora bien, ¿de dónde viene el nombre de Sayalonga? ¿Por qué se llama así? El doctor en Historia y profesor del IES Reyes Católicos de Vélez-Málaga, Valentín Fernández, destaca que el nombre de Sayalonga «presenta grandes incógnitas».
Según detalla este investigador sayalonguino, «la tradición oral del nombre del pueblo proviene de la palabra compuesta, 'saya', vestido largo de mujer, y 'longa', largo, topónimos ambos latinos, lo que sería una muestra de su origen latino». No obstante, a este respecto, Fernández apunta que tan sólo se ha encontrado en el pueblo un resto romano, una parte de una columna de mármol que se encontraba en unos jardines privados como elemento sustentante y que hoy en día se puede contemplar en el anteriormente mencionado espacio museístico de Sayalonga.
Además de esta columna, no existe ningún otro testimonio arqueológico que pruebe este hecho. Lo que si es cierto, según apunta el doctor en Historia, es que justo al lado de la actual localización del núcleo urbano de Sayalonga ya existía un asentamiento desde la Edad de Bronce. En este sentido, Fernández alude a que Chavarría Vargas, en su obra sobre la toponimia latina de la Axarquía, establece que la primera palabra de Sayalonga, 'saya', tiene un origen germánico en vez de latino.
«Esta hipótesis nos estaría hablando de que cuando los visigodos ocuparon la península, ya existía una población con una forma alargada sobre el lugar, de posible origen tardo-romano», apostilla Fernández. El historiador concreta que posteriormente ha surgido otra tesis que relaciona la primera parte de la palabra Sayalonga, 'saya', con una derivación del topónimo 'Jayr', que proviene del árabe y significa 'bien'.
Fernández enumera que otros nombres que ha recibido Sayalonga a lo largo de la historia son Xaialonga, Salalonga, Sallalonga o Sailonga. «Lo que sí está claro es que en el lugar en que hoy se encuentra Sayalonga ha existido un poblamiento desde la Edad de Bronce, como así nos lo atestigua el poblado del Espolón de Sayalonga», concluye Valentín Fernández.
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