
MIGUE JIMÉNEZ
Lunes, 21 de septiembre 2015, 00:31
Cáritas Parroquial San Andrés de Torre del Mar trabaja para conseguir el fin del asentamiento chabolista en la vía, un poblado con más de cuarenta años de existencia y al que las administraciones públicas no dan solución. La media de edad de sus cien habitantes ronda los 20 años. Las conocidas como Casillas de la Vía son una treintena de chabolas situadas a la entrada de Torre del Mar y en las que viven cerca de cien personas, más de la mitad de ellas son menores de edad. Es una situación que, no solo no se acaba, sino que se está cronificando. Son ya varias las generaciones de familias que viven o han vivido allí. Los hijos heredan las chabolas de los padres o se habilitan espacios junto a las de ellos cuando se casan.
Publicidad
Desde Cáritas Parroquial San Andrés, se trabaja con los vecinos a través del acompañamiento y seguimiento. La delicada situación de los habitantes del poblado hace que Cáritas tenga que colaborar con alimentos, ropa, material escolar, medicinas, etc., e, incluso, asistirles en los desplazamientos por motivos médicos o penitenciarios ante las dificultades de movilidad de muchos de ellos.
La población de las chabolas es muy joven, con una media de edad de 20,4 años. Después de tantos años, la mayoría de los vecinos está habituada a vivir así, por eso se trabaja con ellos la motivación, haciéndoles ver su capacidad de darle la vuelta a la situación y no conformarse con subsistir.
La mitad de los adultos no sabe leer ni escribir y la mayoría no tiene estudios, lo que se traduce en un alto nivel de desempleo. Muchas familias reciben ayudas de Cáritas o los servicios sociales y, una minoría, prestaciones económicas. Así, la alfabetización es uno de los retos ineludibles en el futuro próximo.
Para Marisol Fernández, directora de Cáritas Parroquial San Andrés, el principal problema es que las personas que viven allí no pueden empadronarse puesto que, oficialmente, ese espacio físico no existe, no forma parte del pueblo. Este hecho dificulta el acceso a los servicios sanitarios, prestaciones sociales, etc. Aun así, los servicios sociales del Ayuntamiento trabajan en la zona junto a las asociaciones y entidades.
Publicidad
Con serias dificultades para el abastecimiento de luz eléctrica y de agua, la alta insalubridad preocupa a los vecinos, pensando especialmente en los niños y ancianos, más vulnerables ante las posibles enfermedades derivadas de la precaria situación.
En 2003 el Ayuntamiento y la Junta firmaron un convenio para reubicar a las familias, pero el consistorio consideró la subvención insuficiente para acometer el proyecto, rescindiendo el convenio sin realizar ninguna actuación. Desde entonces, la falta de recursos económicos ha sido la excusa más usada por los diferentes alcaldes para no erradicar el chabolismo en Torre del Mar.
Publicidad
Necesidad de reubicación
Pero no existe otra alternativa y las administraciones deben actuar. Como viene exponiendo Cáritas en casos similares, como el de Asperones, la única solución es la reubicación de los habitantes en viviendas sociales, destruyendo las chabolas que queden vacías y dando utilidad a ese espacio, impidiendo así un reasentamiento. Antes, es necesario el trabajo educativo y de orientación laboral con las familias para facilitar su integración e incorporación en viviendas normalizadas.
Sería un error reformar las viviendas o el acceso a las mismas pues, aunque esas acciones sean necesarias, al final serán unos parches que pueden empujar a alargar la ocupación de las viviendas y no solucionar el problema.
Publicidad
Como parte de la Iglesia, Cáritas Parroquial San Andrés trabaja sin descanso por la mejora de la situación de los vecinos de las casillas, colaborando con A.P.I.G.A. (Asociación de Promoción e Integración Gitana de La Axarquía), siguiendo las palabras del papa Francisco en su mensaje de Cuaresma de este año: «Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia».
En la encíclica Laudato si, Francisco recuerda que «la posesión de una vivienda tiene mucho que ver con la dignidad de las personas y con el desarrollo de las familias». Por eso, afirman «como católicos, desde Cáritas nos debemos comprometer con estos barrios o asentamientos, buscando para ellos una solución digna».
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Encuentran a una mujer de 79 años muerta desde hacía varios días en su domicilio
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.