Selectividad 2021 Andalucía: Consecuencias de copiar durante el examen
La normativa, recogida en la web del Distrito Único Andaluz, determina cómo debe actuar el tribunal en el supuesto de pillar a un alumno cometiendo fraude
A una semana para que se celebre la Prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PEvAU) en Andalucía, los más de 8.300 estudiantes malagueños que se presentan en esta convocatoria los días 15, 16 y 17 de junio deben tener presente esta norma: quien se copie, será expulsado y la selectividad habrá acabado y suspensa. Y es que si pillan al estudiante haciendo trampas el primer día, ya no podrá hacer ningún otro examen en esta convocatoria. Es decir, si lo sorprenden en el examen de Lengua, no podrá presentarse al de Historia, Matemáticas o ningún otro de esa convocatoria. No podrá hacerlo hasta la siguiente.
La normativa de Selectividad, recogida en el portal del Distrito Único Andaluz, establece que en el momento en que se «detecte» que un alumno se está copiando, «deberá abandonar inmediatamente el examen de la materia de que se trate, siendo identificado por el responsable de la sede, quien dará traslado de los hechos a la presidencia del tribunal».
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A partir de ese momento, esta persona ya no podrá presentarse a ningún otro examen de la misma convocatoria y los ya realizados serán calificados con «cero puntos». Además, la normativa aclara cuándo se entenderá que el alumno está cometiendo fraude. «Se considerará que está copiando si se advierte la tenencia de calculadoras, audífonos, teléfonos móviles u otros dispositivos electrónicos que sean programables, con capacidad para el almacenamiento de voz y/o de datos o trasmisión de los mismos. Tampoco se permite la tenencia de relojes que aporten algunas prestaciones equivalentes a las anteriores.
Con respecto a las calculadoras que son necesarias para determinadas materias, desde el Distrito Andaluz han publicado una hoja informativa en la que advierten que es el propio alumnado el responsable de saber si su calculadora cumple o no los requisitos exigidos, dada «la imposibilidad de realizar un listado suficientemente exhaustivo de los modelos permitidos que, con casi toda seguridad, no respondería a la totalidad de calculadoras que no son programables, no tienen capacidad para el almacenamiento voz y/o de datos y que no realizan la trasmisión de estos».
Reconocen en el documento que «no parece coherente suprimir o restringir más de lo reglado el uso de la calculadora dado el avance tecnológico y el papel que este juega en la educación y en la formación», pero avisan de que los estudiantes disponen de tiempo suficiente (durante todo el Bachillerato han estado advertidos) para elegir qué calculadora usar, conocidas sus especificaciones.
En este sentido, explican que no se dispone en todos los tribunales de sede, de profesor o especialista en el uso de calculadoras que pudiese conocer las características de todos los modelos. Por eso, aclaran que no será retirada o requerida la citada calculadora, sino que se hará foto o tomará nota del modelo en cuestión y se levantará acta que quedará firmada por las personas responsables de sede, el alumno propietario de la calculadora y un representante del centro (preferiblemente del centro al que pertenezca el alumna/a, y en su ausencia otro vocal del tribunal).
Si con posterioridad se comprobase que la calculadora, según modelo anotado, no cumple las especificaciones permitidas, quedará anulado, exclusivamente, el examen que el alumno estuviese realizando, asignándose una calificación de cero en la materia de que se trate sin afectar al resto de calificaciones.
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