Moreno a Díaz: «Usted tiene miedo a unas elecciones conjuntas con Pedro Sánchez»
La presidenta anuncia una reunión de Arellano con Montero para hablar de financiación andaluza después de que el líder del PP le zahiriera por la inyección de 1.400 millones a Cataluña
Los grupos de la oposición en el Parlamento andaluz están divididos entre quienes están convencidos de que Susana Díaz convocará las elecciones para este otoño y los que opinan que aguantará hasta febrero. Si sucede lo primero, el de ayer puede considerarse el último Pleno de la legislatura, ya que la disolución de la Cámara debe producirse 54 días antes de la cita con las urnas. Con la otra alternativa, cabría otras sesiones en el Parlamento. En cualquer caso, el clima en esta sigue siendo electoral y la sesión de ayer sonó a despedida. La presidenta, que mantiene la incógnita pese a las presiones, contribuyó a la confusión diciéndole a Juanma Moreno que «no sabe si es uno de sus últimos Plenos en esta Cámara», ironizando con que las autonómicas serán para el líder del PP andaluz un «ahora o nunca». Moreno también contribuyó a la presión, reclamando a la presidenta que dejara de «jugar al ratón y al gato» sobre la fecha electoral.
La fecha que cobra fuerza ahora es la del día 2 de diciembre. Fuentes socialistas han reconocido que sindicatos y organizaciones feministas habían reclamado que no se hiciera coincidir las elecciones con el 25 de noviembre, día contra la violencia de género, un asunto que Susana Díaz y demás líderes de la oposición han dejado al margen de la confrontación esta legislatura para exhibir unidad frente a esta lacra de asesinatos de mujeres por sus parejas. Díaz reclamó ayer a la Justicia mayor refuerzo para evitar víctimas que ya habían acudido a la misma en busca de protección, como la fallecida ayer en Torrox.
Si las elecciones son el día 2 de diciembre, la convocatoria debería publicarse el día 10 de octubre. Dos días antes, el día 8, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, recibirá al consejero andaluz de la misma área, Antonio Ramírez de Arellano, para concretar el cumplimiento de los compromisos del presidente, Pedro Sánchez, con Susana Díaz en su entrevista del pasado mes de julio, entre ellos una mejor financiación para Andalucía. La presidenta anunció esta reunión en la respuesta a la pregunta del portavoz socialista, Mario Jiménez.
Minutos antes el líder del PP andaluz, Juanma Moreno, inquirió a la presidenta sobre su opinión de que el Gobierno de Pedro Sánchez haya prometido al Gobierno de los independentistas catalanes una inyección de 1.400 millones de euros, de los que 750 millones de euros serían en compensación por el incuplimiento de las inversiones estatales según el PIB que recoge el Estatut.
El Estatuto andaluz incluyó en 2007 inversiones estatales según el peso poblacional, incumplidas tanto por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero como por el de Mariano Rajoy. La Junta ha cifrado en una cantidad casi el doble de la catalana el incumplimiento de dichas inversiones. En la entrevista de Arellano con Montero se pondrá sobre la mesa esa nueva deuda histórica. Cabe esperar de Montero, que cuando fue consejera andaluza cifró la deuda en más de 2.500 millones de euros, dé alguna respuesta positiva. Sería un espaldarazo a los socialistas andaluces cara a unas elecciones en las que la oposición torpedeará a Díaz con la contradicción de no reclamar a Sánchez lo que sí exigió a Rajoy.
Los dirigentes de la oposición, desde Antonio Maíllo (IU), Juan Marín (Cs), Teresa Rodríguez (Podemos) a Juanma Moreno (PP) recriminaron a Díaz no ya la doble vara de medir, sino que hicieron hincapié en dejar asentado en el registro de sesiones un balance de incumplimientos de la presidenta para el que, según Moreno, «necesitaría al menos dos plenos». Todos reprocharon a la presidenta una gestión de «ineficacia a prueba de bomba» y volvieron a criticar que Díaz jugara con la incertidumbre de la fecha.
Moreno interpreta esta incertidumbre fruto de los nervios de la presidenta y del miedo a la responsabilidad de convocar unos comicios que pueden no salirle bien por el contexto nacional. «Usted está muy nerviosa y yo la veo un poco desesperada. Usted tiene miedo a unas elecciones conjuntas con Pedro Sánchez», espetó recordando la vieja rivalidad de los dos socialistas, además de mencionar los asuntos judiciales de corrupción como la Faffe y el juicio de los ERE. «Cuando habla de inutilidad le presto mucha atención, es usted una autoridad en esta materia», replicó Díaz.
La presidenta bajó al terreno de los descalificativos personales con Moreno, Maíllo, Marín y también con Teresa Rodíguez, quien saltó cuando la presidenta puso en duda sus conocimientos sobre economía con que Díaz había tardado diez años en terminar la carrera de abogada. Teresa Rodríguez hizo balance de que Andalucía está ahora peor que hace diez años, mientras que Díaz defendía que mejor que hace tres años. De Marín, su exaliado, dijo que se limitaba a «tocar la partitura» de Albert Rivera y además «desafina». Con Maíllo tuvo un cruce de pullas con alusiones al «Un, dos tres» en las que el de IU acusaba a la presidenta de mentir y esta a Maíllo de ser un «Cicuta amargado».
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