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M. ÁNGELES GONZÁLEZ
Martes, 27 de mayo 2014, 12:44
Los 600 alumnos del colegio público Rosa de Gálvez, en La Virreina, llevan ya dos cursos sin poder hacer uso del gimnasio. Una tromba de agua caída en otoño de 2012 provocó que cediera el muro superior originando unas grietas de importantes dimensiones sobre la puerta e impidiendo su apertura. De hecho, desde entonces nadie ha accedido al interior, donde aún se acumula barro.
Las continuas denuncias de los padres y la dirección del centro no han logrado hasta ahora que la Delegación de Educación acometa de una vez las obras necesarias para reparar las instalaciones. En este tiempo, la administración autonómica y la constructora no se han puesto de acuerdo sobre quién tiene que responsabilizarse de los trabajos. Finalmente, «una vez transcurridos los preceptivos plazos legales sin obtener respuesta satisfactoria de la empresa», la Consejería va a hacerse cargo de las reparaciones con cargo al aval que depositó la empresa en la adjudicación para prevenir posibles incidencias, según confirmaron ayer a SURfuentes del departamento que dirige Patricia Alba, que defendieron que al tener el colegio sólo seis años es la constructora la responsable.
Respecto a cuándo estarían en funcionamiento las instalaciones, Educación señaló que se va a agilizar todo lo posible el proceso, «pero hay plazos administrativos que no se pueden incumplir». Esta falta de precisión aumenta la incertidumbre de las familias, que aseguran que Alba se comprometió a que el gimnasio esté listo en septiembre. «Confiamos en que la delegada cumpla su palabra, pero nos preocupa que no se vea ningún movimiento», señaló la presidenta de la Ampa, Gala Florido.
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