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Interior de una de las clases del centro Kids&Us.:: SUR
MÁLAGA

La fiebre bilingüe dispara la demanda en las academias de inglés para bebés

La mayor concienciación sobre la importancia del aprendizaje temprano empuja cada vez a más padres a solicitar estas clases a partir de los tres meses. Diversos métodos demuestran que en los primeros años los niños son capaces de asimilar casi 500 palabras

ALMUDENA NOGUÉS

Domingo, 9 de junio 2013, 12:15

Todo comenzó con una clase de violín. Corría el año 1984. Por aquel entonces Helen Doron, una lingüista nacida en Gran Bretaña, quería que su hija de 4 años empezara a tocar un instrumento. Tras investigar a fondo las distintas escuelas y técnicas que había en el mercado se cruzó en su camino el llamado método Suzuki para violín basado en la premisa de que los niños pueden aprender música de la misma manera y con la misma aparente facilidad con la que comienzan a hablar: escuchando en clase y en casa (a través de cintas) y experimentando con el instrumento, produciendo ruidos y sonidos con él, antes de organizar dichos sonidos en notas y melodías. Doron, educadora de profesión, vio rápidamente la analogía. Si los niños podían aprender música como si fuera un idioma, entonces ¿por qué no aprender un idioma como si fuera música? Dicho y hecho.

A raiz de aquella experiencia con su hija la británica diseñó un curso de inglés orientado al aprendizaje temprano, basado en el refuerzo positivo y las escuchas repetidas imitando el proceso natural de aprendizaje de la lengua materna. El éxito fue tal que su metodología, Helen Doron English, ha acabado dando la vuelta al mundo. Hoy, la escuela cuenta con más de 700 centros en más de 30 países. En octubre de 2011 abrió sus puertas en Málaga en la zona de Teatinos convirtiéndose así en la primera academia con clases de inglés para bebés con sede en la capital.

Superado el recelo inicial de los padres, el boca a boca ha multiplicado la demanda gracias a la creciente concienciación sobre la importancia de aprender inglés en los primeros años de vida. «Los comienzos fueron difíciles, erámos los primeros en ofrecer este servicio y los padres dudaban de que los niños pudiesen aprender desde tan pequeños, sin embargo los que han probado han visto que efectivamente funciona, lo que ha hecho que nos recomienden y a fecha de hoy superemos el centenar de alumnos», explica Edita Jankantaite, directora del centro.

El sistema de Helen Doron ofrece varios cursos de inglés para niños desde los tres meses hasta los 19 años. En el caso de las clases para bebés, los padres participan activamente en el curso, estructurado en torno a una clase semanal de 45 minutos de duración cuyo coste mensual ronda los 50 euros. Dicha clase se refuerza con un CD que los progenitores deben ponerles a diario en casa durante al menos diez minutos. ¿Su filosofía? Que los pequeños aprendan casi sin darse cuenta, divirtiéndose a través de canciones, rimas y actividades con las que, según aseguran, acaban interiorizando más de 550 palabras.

Helen Doron fue la primera en desembarcar en la provincia. Pero no la única. Su éxito ha animado a otras franquicias a poner las miras en Málaga. Kids&Us es una de ellas. En su caso abrieron la primera escuela en octubre de 2012 y actualmente tienen tres centros: en Teatinos, Málaga Este y un tercero en Marbella. Maribel Ruiz, coordinadora de las dos escuelas de la capital, explica que entre ambas suman 240 alumnos, una cifra que previsiblemente aumentarán con creces cara al próximo curso a la vista del ritmo de nuevas solicitudes que ya están recibiendo.

«Los padres malagueños cada vez están más sensibilizados con la efectividad del aprendizaje a edades tempranas dado que está comprobado que los resultados son fantásticos», advierte. Kids&Us ofrece clases para niños a partir de los 12 meses y también aplica una metodología basada en el proceso natural de adquisición de la lengua materna, de forma espontánea. «Está demostrado que entre los 0 y los 6 años los niños tienen una capacidad innata de aprender y distinguir hasta seis idiomas diferentes a través de la mera audición. Lo hacen de forma intuitiva como si se tratarse de un juego. Cuanto más tarde comiencen a tener contacto con el inglés más les cuesta. Tenemos casos de hecho de niños que han hablado antes en inglés que en español, con palabras como bye bye, hellow, yes o please», destaca Ruiz.

Con un máximo de cinco alumnos por clase, y también con periodicidad semanal, los profesores (nativos o bilingües) se centran en enseñar estructuras completas, «como potenciales nativos» a travé siempre de juegos, «ya que está demostrado que las palabras sueltas o listas de vocabulario como si fueran loros no sirven de nada», advierte la responsable de Kids&Us de Málaga Este. «Nuestra filosofía se basa en que aprendan conceptos muy cercanos a ellos, útiles en su día a día, centrando el vocabulario en acciones que para ellos son habituales, en sentimientos y emociones. Luego en casa lo s padres deben ponerles a diario un CD para que así se vayan haciendo con la musicalidad y la entonación y educarles el oído que es nuestro principal objetivo», agrega Ruiz. ¿Los resultados? «Nuestra meta es que los alumnos que empiezan con un añito con nosotros a los 13 se preparen el First B2 y a los 18 el C2», concluye.

El tirón de las academias de inglés para bebés (cada vez más de moda y con mayor demanda) ha hecho (como apunta Maribel) que academias tradicionales se quieran subir a este carro rebajando la edad de inicio a sus clases en muchos casos a los tres años. «El problema es que la mayoría no tiene ni metodología específica testada y dirigida al colectivo infantil ni siquiera un materal adaptado a ellos lo que resta efectividad a sus clases, aunque sean más baratas», alerta.

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