La hora de Jaime Ordóñez

Si Jaime Ordóñez fuera supersticioso, tendría que replantearse de nuevo la fobia al número 13, porque el año que acaba de comenzar lo ha recibido con una suculenta agenda de nuevos proyectos que no sólo le permiten reafirmarse en su teoría del esfuerzo-recompensa, sino que además le ayudan a desmontar «ese tópico extendido entre la gente de que los actores somos unos vagos». El actor malagueño lo refuta con hechos: hace apenas unas semanas terminó el rodaje de la última película de Álex de la Iglesia, Las brujas de Zugarramurdi; apenas sin respiro se ha incorporado a la disciplina de producción de la nueva entrega de La noche de José Mota para Telecinco; ha cerrado varias colaboraciones con la serie La que se avecina y ha estrenado en Internet su primer cortometraje como director, Rocky Balboa. «Demasiada tralla...», suspira el intérprete al otro lado del teléfono desde su casa de Madrid.

Salto al cine

Ordóñez aún se recupera de las sesiones «de más de doce horas» a las órdenes del director de títulos como El día de la bestia o La comunidad, que le ha brindado la «oportunidad» de su vida con uno de los papeles principales de la cinta. El próximo 27 de septiembre se estrena Las brujas de Zugarramurdi y será entonces cuando el actor malagueño se someta al juicio del gran público en el papel de Manuel Sánchez García, el taxista que emprende una alocada huida con los otros dos protagonistas del filme, Hugo Silva y Mario Casas. Hasta que llegue ese momento, Ordóñez agradece los elogios que le llegan del equipo y del círculo más próximo a De la Iglesia, a pesar de que los reproduce con cierto pudor. «Dicen que la interpretación es brillante», concede el intérprete, que espera repetir pronto en la gran pantalla.

Precisamente su primer encuentro con el realizador donostiarra tuvo como responsable a José Mota, otro de los pilares en la carrera de este actor forjado en el género de la comedia y que ahora se reencuentra con uno de sus mentores. Lo hará en el programa La noche de José Mota, un formato que da el salto de Televisión Española a Telecinco con el aval de una audiencia millonaria y que se estrena mañana convertido ya en una de las grandes apuestas de la temporada . En él, el intérprete malagueño volverá a dar la réplica al cómico en los sketches de cada episodio, que amplían su duración de los 40 minutos a los 60 y que previsiblemente encontrará su hueco en los domingos por la noche. «¡Una hora de humor es como hacer una pequeña peliculita!», replica Ordóñez, que desde el pasado 9 de diciembre ha vuelto a disfrutar «de la vitalidad desbordante de José Mota». Ambos construyen una pareja que funciona en pantalla, aunque el actor no oculta que «no hay nada más difícil que el humor».

Por eso asume como «un gran reto» cualquier papel cómico, por pequeño que sea. Así le ha ocurrido recientemente en la última temporada de La que se avecina (Antena 3), donde se ha metido en la piel de un indignado del 15-M que trata de salvar del desahucio a una de las parejas protagonistas. En apenas unos minutos en pantalla, el personaje «ha gustado tanto que existe la posibilidad de que vuelva a aparecer en otra actuación explosiva», afirma Ordóñez entre risas.

Al actor le queda, sin embargo, una espina clavada que tiene que ver además con uno de sus proyectos más personales y queridos. Es el Auto sacramental que desde hace cinco años organiza en Málaga en el marco de la Semana Santa y al que se ha visto obligado a renunciar. La falta de tiempo y de ayudas para poner en pie la producción están detrás de la decisión de Ordóñez, que en los últimas ediciones ha sacado adelante el proyecto con financiación privada. «Imagínate lo que fue, el año pasado, lograr las aportaciones de cerca de 60 empresas. ¡Una locura!», concluye el actor, que asume «con pena» la pérdida de una tradición en Málaga que había conseguido recuperar después de muchos años. En 2014 lo volverá a intentar. Quién sabe, puede que ese número también le traiga suerte.