Unas emisiones de zinc alertan a los vecinos de Camino de San Rafael
Una comunidad de propietarios denuncian "contaminación" en la antigua Siemens, a la que achacan "posibles riesgos" para la salud
NOEMI R. NAVAS
Viernes, 24 de febrero 2012, 21:46
La preocupación se ha instalado entre los vecinos de una comunidad de propietarios situada entre las calles Alpandeire y Félix García Palacios -junto a la avenida Ortega y Gasset-, quienes desde hace cuatro años se han acostumbrado a convivir con un polvo gris azulado con brillos metálicos acumulado en ventanas, terrazas, azoteas y hasta vehículos aparcados. «Al principio pensamos que eran restos de las obras del bloque que se irían eliminando con la limpieza, pero cuatro años después de la entrega de llaves nos resultó sospechoso, por lo que empezamos a movilizarnos», explica el presidente del complejo Juan Gris, José Heredia.
Tras analizar varias muestras de forma particular los resultados desvelaron que ese polvo era zinc, lo que ha hecho saltar las alarmas en el vecindario, donde ya se habla de posible contaminación atmosférica procedente de la antigua Siemens, industria de condensadores que lleva más de cuatro décadas en la zona de San Rafael.
Niveles elevados
Los residentes afirman sufrir dolencias de salud «que podrían estar ligados a estos restos». «Toda la familia nos hemos hecho analíticas y tenemos los niveles de zinc por encima de la media, superiores incluso a los niveles que se supone a trabajadores en contacto directo con este material pesado (entre 100 y 800 miligramos), mi hija tiene más de 1.100 y problemas de ganglios y oído desde que vivimos aquí, por lo que pedimos que se investigue si las partículas que barremos a diario son nocivas. Estamos convencidos de que sí», subraya Heredia.
Otros vecinos con problemas de alergia y asma afirman que desde que viven en la zona están peor de sus dolencias. «Mi marido y yo estamos asustados porque ya son muchas coincidencias. Creíamos que este polvo procedía de las obras del polígono o de la misma carretera, pero ya es mucho tiempo persistiendo y tenemos miedo de que nos afecte a la salud», comenta Paqui Garrido.
Desde su ventana, a la misma altura que las naves de Epcos, asegura que se aprecian las emisiones a plena luz del día. «No se trata de humo, sino de aire suspendido que llega hasta las viviendas. Queremos saber si es perjudicial y dormir tranquilos. Por su fuera poco, de noche la fábrica hace un ruido enorme que nos impide descansar», resalta.
La comunidad de propietarios ha presentado sus quejas a Medio Ambiente del Ayuntamiento y la Junta, al Seprona, a Sanidad y a Riesgos Laborales. «En todos estos meses hemos obtenido la callada por respuesta, lo que está creando más incertidumbre entre los vecinos. Pensamos ir donde haga falta», declaran los afectados.
Los residentes muestran los restos de zinc por todas partes. «Si barremos se esparce, hay que retirarlos con una brocha, y al contacto con el agua se endurece tanto en el exterior como dentro de los pisos, lo que nos obliga a tener las ventanas cerradas casi todo el día», dicen. La azotea, donde tienden la ropa, se lleva la peor parte, junto a los maceteros. «Todas las plantas han muerto afectadas por el zinc, igual que todos los árboles del entorno. No podemos hacer la vista gorda porque estamos tragando veneno», sentencian.
Un traslado inminente
Desde el Área de Medio Ambiente de Epcos Electronic destacaron que la empresa ha pasado los controles necesarios realizados por los organismos certificadores, estando siempre dentro (y por debajo) de los umbrales permitidos por la legislación de aplicación en cada caso, tanto en ruidos como en emisiones. La dirección destacó que la firma «viene desarrollando su actividad en la zona desde los 70, contando con todas las autorizaciones administrativas necesarias y adaptándose a las exigencias medioambientales que han surgido, bien por normativa, bien por exigencias internas de la propia empresa a nivel mundial».
No obstante, los responsables de Epcos reconocieron que la planta se ha visto cada día más rodeada de la trama urbana, lo que les ha llevado a buscar un nuevo emplazamiento. «Hace varios años valoramos desarrollar esta actividad dentro de un entorno industrial y a mediados del pasado año 2011 comenzamos el traslado a nuestras nuevas instalaciones a Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), traslado que se hará afectivo en su totalidad a lo largo de los próximos meses», anunciaron.
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