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ESTER REQUENA. FOTOS: J. A. PORTILLO
Domingo, 4 de octubre 2009, 15:28
SEGURA, persistente, tenaz, emprendedora incansable... Con sólo 26 años, Inmaculada Almeida es el prototipo de una joven empresaria hecha a sí misma que ha levantado en sólo un par de años el grupo Almeida Viajes: una red de agencias que cuenta con más de 320 franquicias entre España, México y Portugal y que está en proceso de entrar en otros muchos países europeos y latinoamericanos. Así, no es de extrañar que sea la tercera empresa que más ha crecido en Andalucía, según el último ránking de facturación. «Cuando veo estas cifras siento que me las merezco, ya que he trabajado muchísimo junto con mi equipo para hacer esto realidad», sentencia Almeida.
Desde muy pequeña tenía claro que quería montar su propia empresa y hacer las cosas a su manera, pese a que en su familia no había ningún empresario. «Mi madre es cocinera y recoge fresas, y mi padre era pescador y ahora es jardinero», comenta orgullosa. Como le gustaban los idiomas, los viajes y el contacto con el público, se decidió por el sector de las agencias, por lo que de su Cartaya natal se trasladó a Málaga para estudiar el técnico superior de esta modalidad. Antes de terminar, con apenas 20 años, ya tenía listo su plan de empresa y comenzó a buscar financiación para su idea.
Con esa edad no fueron pocos los que le desearon suerte e incluso llegó a escuchar que tenía muchos pajaritos en la cabeza. «Me veían muy joven y encima mujer; hasta en los bancos me preguntaban por mi padre», confiesa Almeida. Al final le dieron un microcrédito de 18.000 euros y puso en marcha su primera agencia con su ilusión y trabajo como tarjeta de presentación, ya que sus padres no la apoyaron mucho. «Mi familia no estaba conforme; no entendían que fuese a estar toda la vida arriesgando y no en un puesto fijo», explica la empresaria.
Pero todo le salió redondo. «Nunca hay que arrojar la toalla», puntualiza. Y es que al poco tiempo una amiga le pidió ayuda para poner en marcha una agencia de viajes, lo que fue el inicio de su actual sistema de franquiciado. Pese a su juventud, la rápida expansión de su negocio no le da vértigo. «Sé que si yo estoy al pie del cañón todo va a ir sobre ruedas», recalca. De esto dan fe los numerosos premios que tiene en su haber. «Estos galardones reconocen una labor que, aunque está en las cifras de resultados, nadie ve el trabajo que eso conlleva y lo que cuesta conseguirlo. El que te premien te llena muchísimo y te da ánimo para seguir. Además, no puedes defraudar a la gente que ha confiado en tu proyecto», asegura Almeida. Entre las distinciones que atesora, las que más ilusión le han hecho fueron la medalla de oro de su pueblo y quedar finalista en el Premio Nacional Joven Empresario con el Príncipe de Asturias, día del que conserva una foto en su escritorio.
Cuando no está en el trabajo desconecta totalmente de la oficina y se centra en su familia, amigos y pareja. «Siento que no me he perdido nada de mi juventud. He aprendido mucho en mi empresa, pero también he tenido y tengo mis ratos de fiesta», enfatiza la joven empresaria. Su secreto es administrarse bien el tiempo y tener mucha fuerza de voluntad. Por eso, no es de extrañar que en uno de sus cajones guarde un libro de ejercicios de portugués y haga de vez en cuando alguna página en sus pocos ratos libres, ya que le encantan los idiomas. Además del español, habla inglés, francés, un poco de alemán y está estudiando italiano y portugués.
La lectura es otra de sus pasiones. Además, se reconoce muy «intensa», por lo que siempre que quiere profundizar en algo no duda en leerse todos los libros que encuentre sobre el tema. Este es el caso del liderazgo empresarial o del fomento del pensamiento positivo. «Siempre busco conocer la teoría de cómo hacer las cosas bien, aunque luego está también la corazonada; esa visión y olfato lo tienes tú», resalta Almeida.
Por supuesto, siempre que puede viaja por placer. «A mi pasaporte ya no le caben más sellos», comenta entre risas. Su destino preferido: las Islas Seychelles, aunque para vivir se queda con Málaga.
La crisis no le quita el sueño, puesto que asegura que la clave es saber adaptarse. De hecho, no duda en seguir su plan de su diversificación por distintos países y ya tiene en mente su nueva aventura empresarial, esta vez alejada del mundo de las agencias de viajes. No en vano, en breve pondrá en marcha un restaurante y «seguro que tendrá éxito», concluye la empresaria con la misma seguridad con la que lo hace todo.
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