El hotel Sol Príncipe se estrena como cuatro estrellas y abre sus puertas al turismo de negocios

El hotel Sol Príncipe lleva dos años y medio inmerso en un proceso de completa renovación de sus instalaciones fruto de una acentuada apuesta por la calidad y de la necesidad de ampliar las miras de un complejo hasta ahora centrado de forma exclusiva al turismo familiar. Sin alejarse de este carácter que lo ha acompañado desde su construcción en 1973 en Torremolinos, el establecimiento ha puesto ahora sus miras en el turismo de congresos. Buena muestra de ello es el nuevo centro de convenciones que ayer se presentó en sociedad. Una sala con aforo para 750 congresistas, tres salones para cien personas y otros seis para cuarenta es el resultado de la transformación a la que ha sido sometido el sótano del complejo, el mismo donde hace años se ubicaba la discoteca Alí Babá. «Hemos querido dar un paso adelante para abrirnos nuevas puertas hacia el sector de los negocios, confiando en que nos permita hacer frente a las temporadas media y baja, aunque manteniendo nuestra seña de identidad con el turismo familiar», explicó el director del complejo, Antonio Valdivia.

Pero ésta no es la única novedad que presenta el hotel. Desde el pasado mes de mayo, el Sol Príncipe figura en el mercado como un cuatro estrellas. «Era una aspiración que estaba ahí y que, ahora, tras la reforma de todas las instalaciones, hemos considerado que era el momento oportuno para subir la categoría», destacó Valdivia.

Reforma

El proyecto de reforma del Sol Príncipe, enmarcado en el periodo 2007-2010 con una inversión de 35 millones de euros por parte de la cadena Sol-Meliá, se encamina ahora hacia el edificio de los apartamentos, que será sometido a una renovación tanto de su fachada como de su interior, quedando convertidos los 170 inmuebles en habitaciones familiares. Con esta actuación se dará por finalizado un proceso que ha permitido darle al complejo un aire más moderno y funcional que nada tiene que ver con el de un hotel que data de 1973. En ello ha tenido mucho que ver la transformación de la fachada de los tres edificios donde se distribuyen las 629 habitaciones del hotel (reformadas en 2001, a las que habrá que sumar las 170 citadas anteriormente), así como la mejora del recinto, escenificada en una piscina lago de 1.500 metros de lámina y la creación de una zona infantil de 1.200 metros cuadrados que se inauguraron el pasado año, al igual que la pérgola de la terraza Miramar, que da al paseo marítimo y que se viene utilizando como anexo al comedor.

A la puesta de largo de las instalaciones acudieron ayer representantes del sector empresarial de Torremolinos, el jefe de Marca de la cadena hotelera, Cecilio Gutiérrez, y el alcalde Pedro Fernández Montes, quien se refirió al Sol Príncipe como «uno de los buques insignia de la Costa del Sol».