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ÁNGEL ESCALERA
Domingo, 7 de junio 2009, 14:35
ALGO tan sencillo como depositar una papeleta en una urna -como harán hoy los malagueños para elegir a los representantes españoles en el Parlamento Europeo- no fue siempre tan transparente. Durante el periodo de la Restauración canovista los pucherazos, la manipulación de votos, el caciquismo y los tejemanejes se repitieron una y otra vez deslegitimando los resultados de los comicios.
Esa situación turbia, en la que siempre salían favorecidos los que más poder tenían, cambió en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. La jornada se desarrolló en Málaga de forma pacífica y sin la compra de votos ni la suplantación de los electores. La Conjunción Republicano-Socialista logró en la capital una victoria incontestable sobre los candidatos monárquicos. El bando antidinástico barrió en los diez distritos electorales. El Partido Comunista consiguió su primer concejal, Andrés Rodríguez.
La distribución de ediles fue la siguiente: Alianza Republicana, 15; Partido Radical-Socialista, 10; PSOE, 4; Partido Federal, 2; Derecha Republicana, 1; Independientes, 1; PCE, 1, y Monárquicos, 16. El éxito republicano propició un cambio de régimen en España. El rey Alfonso XIII abdicó el 14 de abril y se proclamó la II República. El primer alcalde republicano de Málaga fue el radical socialista Emilio Baeza Medina, que desde el balcón del Ayuntamiento comunicó la renuncia del monarca.
El 28 de junio del 31 se celebraron elecciones a Cortes constituyentes, en las que volvió a ganar la Conjunción Republicano-Socialista. Sin embargo, dos años más tarde, en los comicios celebrados a finales de 1933, hubo en Málaga un giro hacia la derecha, igual que sucedió en el resto de España. Junto a ese resurgimiento de las fuerzas más conservadoras, otros dos hechos significativos de esas elecciones -las primeras en que se permitió el voto femenino- fueron que el PCE obtuvo en Málaga su primer diputado electo de España, el médico Cayetano Bolívar, y que una mujer, Belén Sárraga, encabezó una candidatura, la del Partido Republicano Federal. En esas elecciones se presentó Izquierda Republicana Andaluza, de ideología nacionalista. En sus listas iba Blas Infante, aunque no fue elegido.
El Frente Popular
Una coalición integrada por PSOE, PCE, Izquierda Republicana y Unión Republicana se agrupa en 1936 en una lista, la candidatura del Frente Popular. Los partidos de la derecha, ante la unión de la izquierda, reaccionan y se presentan bajo las siglas de CEDA. Las urnas dan el triunfo al Frente Popular, que en Málaga consigue diez diputados: PSOE, 4; Izquierda Republicana, 3; Unión Republicana, 2, y PCE, 1. La derecha y el centro sólo logran dos diputados: Progresistas, 1, y CEDA, 1.
Tras la victoria de las tropas franquistas en la guerra civil, España entró en una dictadura. Durante los 40 años que el régimen se mantuvo vigente, los procesos electorales no fueron más que mera apariencia, porque las reglas del juego estaban amañadas y de antemano se sabía quiénes serían los elegidos. Durante el mandato de Franco hubo dos referéndums. El primero fue en 1947. Se aprobó la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado por una aplastante mayoría (sólo hubo 3.725 votos en contra en Málaga). El segundo, para sacar adelante la Ley Orgánica del Estado, se celebró en 1967 y, obviamente, fue aprobado sin ningún problema (sólo se registraron 11.412 noes).
Aparte, hubo elecciones para designar a representantes sindicales, concejales, diputados provinciales, procuradores en Cortes y consejeros del Movimiento, pero se llevaban a cabo sin ningún tipo libertad ni garantías democráticas, lo que inducía a que saliesen los candidatos que quería el régimen.
El fin del franquismo y la llegada de la transición supuso una bocanada de aire limpio y la recuperación de los comicios libres. La primera cita con las urnas a la que pudieron presentarse todos los partidos que quisieron se produjo el 15 de junio de 1977. Un total de 569.535 malagueños componían el censo de esas elecciones. Había muchas ganas de participar, como lo demuestran las largas colas que se formaron en las puertas de los colegios electorales, que abrieron al público a las diez de la mañana.
Aunque en España ganó la Unión de Centro Democrático (UCD), el partido de Adolfo Suárez, en Málaga se impuso el PSOE de Felipe González, que logró cuatro diputados (Rafael Ballesteros, Carlos Sanjuán, Francisco Román y Ramón Germinal Bernal). UCD obtuvo tres (Francisco de la Torre, Ignacio Javier Huelin y José García Pérez). El PCE consiguió un diputado, Tomás García. Los senadores elegidos fueron tres del PSOE (Enrique Brinkman, Antonio García Duarte y Braulio Muriel) y uno de UCD (Francisco Villodres). Málaga se había inclinado hacia la izquierda.
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