Un merecido premio al compromiso
La coordinadora Barrio Vivo rinde homenaje al dramaturgo Juan Alberto Salvatierra en su IV Semana de Teatro
SANDRA BALVÍN
Miércoles, 20 de mayo 2009, 04:17
Juan Alberto Salvatierra (Algeciras, 1978) no es de los que esquiva los retos. Habla con claridad cuando tiene que hacerlo, aunque sus palabras causen en ocasiones el escozor que provocan algunas verdades. Podría decirse que se trata de una postura vital que se refleja en su obra teatral, ya sea como actor, autor o director. No se cansa de decir que no entiende el teatro sin compromiso. Su compromiso es, en efecto, tan social como artístico. No descuida la forma ni el fondo. El resultado es una carrera reconocida con premios, incluido el más codiciado por los habitantes del mundo del teatro: que no falte el trabajo.
Salvatierra combina su labor de profesor de arte dramático en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla con clases de literatura dramática y la dirección de la compañía Remiendo Teatro de Granada, con la que prepara su nueva obra, una reflexión sobre las fosas comunes de la Guerra Civil. Su trayectoria es para la coordinadora antidroga Barrio Vivo más que suficiente para rendirle homenaje durante su IV Semana de Teatro-Infanto Juvenil, que se celebra hasta el próximo 22 de mayo.
Teatro sin distinciones
Puede resultar extraño, pero quizá sea el primer gran reconocimiento que la ciudad realiza a Salvatierra. Ha participado en las celebraciones del Día Mundial del Teatro, siempre de la mano del Aula Municipal de Teatro de la Fundación Municipal de Cultura José Luis Cano, pero su participación en la vida cultural a instancia de las instituciones no ha ido mucho más lejos. Aun así, al homenajeado no le importa reiterar que, en su opinión, «Algeciras es un páramo cultural». «Cada vez que veo la situación en Algeciras se me cae el alma a los pies», afirma minutos antes de entrar en el salón de actos de la ONCE.
Salvatierra se explica. La suya no es una crítica carente de propuestas. Su principal reivindicación es, como no podía ser de otra manera, la necesidad de la reapertura del teatro Florida. Cuando se le pregunta qué sería de un Florida sin un programador, el dramaturgo tampoco duda. «La figura del programador es muy compleja y precisa una preparación que no es tan sencilla como cuadrar números», afirma. «Hace falta una tarea laboriosa de elaborar una propuesta cultural completa y con visos de continuación para construir un público asiduo», añade.
El actor y director se mostró emocionado con el homenaje de Barrio Vivo. «He recibido unos cuantos premios, pero éste no sólo viene de Algeciras, sino de la coordinadora Barrio Vivo que realiza una labor social encomiable», señala en alusión a los talleres de teatro que imparte el colectivo y a su difusión. «Conozco desde hace mucho tiempo a los monitores y para mí ha sido una gran sorpresa», apunta.
Salvatierra agrega que la labor teatral de Barrio Vivo, además de ser relevante desde el punto de vista preventivo, puede tener unos resultados artísticos «que no son para nada desdeñables». «No considero que haya un teatro de primera división y otro de segunda», dice. «Tengo clarísima la utilidad social del teatro y su capacidad de integrar a las personas, de manera que se comuniquen y lleguen a puntos de unión».
Algeciras en bandeja
La sesión de las jornadas de teatro de ayer comenzó con la obra 'Una de piratas con patatas', interpretadas por la compañía infantil de Nuestra Señora de Los Milagros. Los pequeños, dirigidos por Juan Alberto Rodríguez, que también interpretó un papel en la obra, pusieron en escena una historia en la que un grupo de descoordinados piratas buscan un tesoro oculto en una isla. Una sirena y un naúfrago completaban el reparto de una pieza en la que los niños combinaron los diálogos con canciones de piratas.
El homenaje a Salvatierra llegó después de la primera representación de la tarde. El presidente de la coordinadora, Miguel Alberto Díaz, ejerció de maestro de ceremonias y dio paso a la lectura de textos por parte de integrantes del colectivo, compañeros y amigos del homenajeado. «Corrían los días de aquel inolvidable año 1978, en el que la conquista de las libertades se abría camino en nuestro país, cuando veía la luz el pequeño Juan Alberto», comenzó la secretaria de Barrio Vivo, Carmela Díaz, desde el patio de butacas. «Tú fuiste buen presagio de la primavera de libertad que empezaba a disfrutar el pueblo sencillo».
Juan Alberto Rodríguez recordó a los maestros comunes, José Luis, José Luis Muñoz y María Eugenia Ferrer. «El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma», señaló Rodríguez citando a Arthur Miller. También hubo alusiones a 'El Rey de Algeciras', la obra de Salvatierra incluida en la programación del Centro Andaluz de Teatro. «Creaste una forma de adaptar los sentimientos al drama, y escenificaste a los reyes que resultaron por arte de la ironía del destino ser los marginados de tu tierra», se escuchó desde otro rincón.
Muñoz, quien se refirió a Salvatierra como «niño rebelde» y «alumno aventajado», recordó títulos de Salvatierra, como 'La orilla perra del mundo' y 'Sobresalto. Ferrer fue la última en intervenir, que incluyó al escritor Mario Benedetti, recientemente fallecido, en las palabras dirigidas a su antiguo alumno. «Tú, Juan Alberto, como Benedetti, como la solidaridad, sois la ternura de los pueblos. Hoy, porque siempre te lo mereciste, te ponemos tu Algeciras en bandeja», concluyó Ferrer.
La organización, para ilustrar sus palabras, entregó a Salvatierra una bandeja con una imagen de Algeciras pintada al óleo. «Esto no me lo podía perder»
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