Hamid Karzai aprueba la táctica diseñada por Obama para

«Completamente de acuerdo». Así de contundente se manifestó ayer el presidente afgano, Hamid Karzai, para referirse a la nueva estrategia diseñada por Barack Obama para Afganistán donde se recoge el envío adicional de 4.000 soldados más de los 17.000 previstos para el fortalecimiento de la seguridad y de las infraestructuras civiles.

En su opinión, esta escalada militar «refleja las demandas del pueblo afgano». Además, el interés estadounidense por incluir a Irán como actor regional junto a la vecina Pakistán también fue refrendado por el dirigente afgano en un momento en el que la insurgencia y el terrorismo «son un problema que afecta a toda la región».

La nueva iniciativa de la Casa Blanca basada en buscar negociaciones con líderes talibanes moderados fue especialmente aplaudida por Karzai, ya que es una línea que su Gobierno perseguía desde hacía tiempo. El primer mandatario afgano fue incluso más allá al sugerir que para que este plan tenga éxito algunos de los líderes de la insurgencia talibán que no tienen vínculos con la red terrorista internacional de Osama bin Laden deberían ser retirados de la lista de terroristas de la ONU, aunque no precisó nombres. El dirigente explicó su postura alegando que en muchos casos se trata de talibanes que por miedo a la represión de las autoridades afganas y de las tropas internacionales continúan en las filas de la insurgencia en contra de su voluntad de cooperar con el Gobierno del país.

Esta comparecencia de Karzai se produjo al hilo del anuncio de la Administración Obama de su nuevo giro estratégico para el país musulmán. «Más firme, más inteligente y exhaustiva», como la calificó el propio presidente, con el objetivo de «desactivar, desmantelar y derrotar a Al-Qaida en Pakistán y Afganistán e impedir su regreso a cualquiera de esos países en el futuro».

Afganistán