La excepción deportiva
PPLL
Viernes, 9 de enero 2009, 03:06
El pasado 25 de noviembre, Guti, un jugador de fútbol de la Olímpica Valverdeña caía fulminado en el campo durante un partido contra el Arcos C. F. en la categoría de Primera andaluza. Cayó desmayado, tras sufrir una rotura del pericardio. Y poco después moría camino del hospital al sufrir un segundo episodio. Según la normativa de la Liga de Fútbol Profesional, todos los equipos de Primera y Segunda deben contar con desfibriladores semiautomáticos en sus estadios.
En el resto de divisiones, son opcionales, aunque el riesgo es, claramente el mismo. En la provincia, el Cádiz dispone de tres aparato, que se utilizan en los partidos (en casa y fuera), en los entrenamientos de El Rosal y en el vestuario, dejando uno de ellos para las categorías inferiores. Además, poseen uno los efectivos de Cruz Roja, que se encargan de velar por la seguridad de los aficionados.
Parejo es el caso del Xerez, que al encontrarse en la categoría de plata debe contar con uno. Cuando juegan fuera de Chapín hacen uso del desfibrilador del otro equipo. En la categoría de Tercera división, son los propios efectivos de Cruz Roja los que ponen a disposición de los equipos sus servicios, como sucede en los encuentros del Chiclana.
En Cádiz capital también destaca la previsión del Centro Deportivo Elcano, donde recientemente han hecho un pedido de dos desfibriladores semiautomáticos, ya que han tenido algunos sustos en sus campos de fútbol.
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