Borrar
MÁLAGA

Aparcar gratis en las principales calles y barrios de Málaga ya es casi imposible

Los vecinos de zonas como El Palo, el Centro y Huelin denuncian la proliferación de 'gorrillas' La zona azul y las plazas para residentes limitan aún más las posibilidades de encontrar un sitio

IGNACIO LILLO

Sábado, 13 de diciembre 2008, 12:27

De vuelta a casa, en la prolongación de la Alameda, tras muchas vueltas, parece que el sufrido conductor ha encontrado un hueco donde dejar el coche. Su gozo sería completo de no ser por el individuo de aspecto desarrapado que corre en su busca y, a voces, parece querer ayudarle en la maniobra. «Todos los días le tengo que explicar que vivo allí y que no puedo estar siempre dándole dinero», suspira el hombre, mientras el otro se aleja jurando a voces por llevar las manos vacías.

La escena es la misma que viven cada día miles de malagueños en prácticamente todos los barrios de la capital. Cuando no son los aparcacoches clandestinos, los conocidos como 'gorrillas', son los aparcacoches legales, el Sare o, directamente, los aparcamientos municipales o privados. Sea cual sea la salida, el caso es que, salvo un golpe de fortuna inesperado, ya no hay forma de aparcar gratis en ningún sitio. Las plazas para residentes limitan aún más las posibilidades de encontrar un sitio libre.

El malestar de muchos ciudadanos es evidente, especialmente cuando se ven obligados a pagar por dejar el coche en frente de sus propios hogares.

Aparcamientos públicos

Las fórmulas de pago son varias, como también la cuantía. Junto con los aparcamientos públicos, el Sare depende directamente del Ayuntamiento de la capital. Según la Sociedad Municipal de Aparcamientos, existen algo más de 1.100 plazas, distribuidas sobre todo por el casco antiguo, La Malagueta, el entorno del Puerto, Alameda y avenida Andalucía. Aunque se cobra en función del tiempo de uso del espacio, lo habitual es abonar entre uno y tres euros.

Dentro de este tipo existe una segunda tipología, el Sare 30, que tienen la limitación de parada a un máximo de treinta minutos y la obligación de obtener el ticket por un importe de 0,30 euros. Se sitúan en puntos como el Ayuntamiento, el mercado de Atarazanas, el muelle de Heredia, el edificio negro, la plaza Babel, Hacienda, La Malagueta, Perchel, la estación, la avenida de la Aurora y el centro comercial Larios.

Una segunda opción son los aparcamientos públicos y privados con plazas de rotación. Existen 4.631 plazas de titularidad municipal en puntos como el Centro, la avenida de Andalucía, la calle salitre, La Malagueta, Cruz del Humilladero, Carlos Haya y la calle Hilera, entre otros. El precio va desde 1,60 euros por una hora hasta seis euros o más en el caso de estancias superiores. También se ofertan bonos para aparcar durante la noche.

Los aparcacoches legales, pertenecientes en su mayoría a colectivos de personas minusválidas, tienen su ámbito en los alrededores de los hospitales Carlos Haya, Clínico y Civil y de los centros de salud. También en descampados, zonas de aparcamiento sin Sare y en los alrededores de los estadios deportivos en días de partido. Generalmente, piden un donativo de unos 0,80 euros a cambio del cuidado del vehículo.

Propina

Pero la principal queja de los ciudadanos es la proliferación de aparcacoches ilegales, que se han extendido de extremo a extremo por numerosos barrios de la capital. Además del Centro, en puntos especialmente candentes, como la plaza de la Merced y el entorno de la estación de trenes, la situación es grave en barriadas como Huelin, El Palo, Pedregalejo, La Malagueta y la avenida Andalucía. La coacción, ante la posibilidad de que el coche resulte dañado si no se da una propina, habitualmente entre 50 céntimos y un euro, hace que pocos vecinos se resistan.

Los usos residenciales se unen en estos puntos con una alta concentración de bares, restaurantes, comercios e instituciones. Ayer mismo se podían contar hasta cuatro personas ejerciendo esta actividad en apenas cien metros en calles como Jacinto Verdaguer, junto a Salitre.

Entre ellos también hay diferencias. Un primer grupo corresponde al de los inmigrantes y españoles que se han quedado en paro y se ganan la vida de esta manera. María Reina, vecina de la zona de la Canasta, relata su experiencia: «Ahora hay cuatro 'gorrillas' extranjeros. Se han quedado sin trabajo y aparcan coches, pero están bien vestidos, no parecen drogadictos y tratan a la gente con educación. Lo hacen por necesidad. El otro día sólo llevaba 20 céntimos, le dije que me daba vergüenza darle eso y me dijo que le hacían falta».

Otro grupo, el que mayor temor despierta entre los conductores, es el de los indigentes, generalmente drogadictos que llegan incluso a insultar o mostrarse violentos con aquellos que reusan dar la propina, de entre 50 céntimos y un euro.

La Policía Local identifica a las personas que ejercen estas prácticas en la calle e imponen sanciones de 300 euros o de 15 días de internamiento, pero el auge es tal que sería materialmente imposible estar siempre en todas las calles.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Aparcar gratis en las principales calles y barrios de Málaga ya es casi imposible