«Es como el tranvía a Huelin, pero bajo tierra»
Visitar las obras del metro, entrar por los túneles y comprender la importancia que tendrá para la ciudad es lo que hizo ayer un grupo de amigos jubilados de las barriadas de la Paz y Bonaire. Las fotos serán para los nietos
PILAR R. QUIRÓS
Sábado, 20 de septiembre 2008, 14:30
Allí estaban. A las once de la mañana dispuestos a entrar en un largo túnel, el que acogerá al metro de Málaga a su paso por la estación que estará a las puertas del Martín Carpena. Cinco amigos jubilados: tres de Olvera (Cádiz) casi 'recriados' en Málaga porque llevan aquí más de treinta años, uno de Mollina y el otro de Málaga capital.
El jefe de la expedición, un guardia civil jubilado, Juan Vázquez, que hace de maestro de ceremonias. La guía, una joven de 20 años, Aida Ripoll, estudiante de Ingeniería Industrial, es la encargada de explicarles cómo se realiza esta obra faraónica. Bajada por una gran rampa hasta la parada de la estación. «¿Y el bocadillo, a qué hora es?», pregunta ya con mucha guasa José Adalid, de Mollina, que parece ser el cachondo del grupo. «Este es el ligón, como le quitemos el precinto es peligrosísimo», dice Juan Vázquez para seguir con el mismo palo. Pero Aida, muy profesional, inicia la explicación. «Esta es una de las obras más importantes de la ciudad. Remodelará la forma de desplazamiento de todos los ciudadanos a través de un sistema accesible, ordenado y respetuoso con el medio ambiente. La primera intención era crear un servicio público para el mayor número de ciudadanos posible, por eso se proyectaron las líneas 1 y 2 a la universidad y al Martín Carpena, y más tarde la línea tres, que llegará desde el centro de la ciudad hasta El Palo y desde ahí hasta el Rincón de la Victoria».
Paredes con chichones
«Mire señorita, ¿las paredes las embellecerán?, es que tienen más chichones que la mar», pregunta Juan Vázquez señalando a los muros pantalla. «Claro que sí, los dejarán lisos», puntualiza Aida.
Todos tienen algo muy claro. Quieren la foto del día para enseñársela a sus nietos. «Mira, mis abuelos cuando estaban haciendo el metro de Málaga, este es un buen motivo para venir», dice Juan Vázquez. Ildefonso Gerena, de 71 años, que ha visitado muchas partes del mundo y ha visto los metros de Holanda, Madrid y Barcelona, entre otros, dice que el metro producirá un cambio espectacular en la ciudad. Y la melancolía de los tranvías sale a colación. Juan Vázquez les explica a Juan Serrano, a José Escot y a Ildefonso Gerena, sus vivencias de la niñez. «Mira, este metro será como el tranvía que yo cogía a Huelin, pero bajo tierra».
«¿Y por qué quitarían los tranvías?», preguntan. «Yo creo que no rentaban», continúa Juan. «Que había poco dinero y que la gente sólo se desplazaba para trabajar».
«¿Ven las tres claraboyas que hay en el techo? Son las bocas de emergencia», continúa Aida. El andén tendrá 66 metros de largo. Cada tren tiene 31,3 metros, así que cuando haga falta se podrá acoplar otro y todos los pasajeros accederán directamente al andén, reseña la guía.
«La línea 1, de 9,8 kilómetros de longitud compartirá las cuatro primeras estaciones con la línea 2, e irá desde la facultad de Derecho en superficie hasta los colegios mayores», indica Aida. «Lo bien que le vendrá a mi nieta Patricia para ir a Magisterio», subraya Juan Vázquez.
Estación en Los Guindos
«La nuestra es la línea 2», dice muy seguro Juan Serrano. La única duda es: ¿Cuál será su estación? Creen que es la de los Guindos. Pero Aida les indica que esos no serán los nombres definitivos.
Comparaciones con los metros más importantes del mundo. Explicaciones de cómo drenan las aguas subterráneas, y de cómo se introducen los muros pantalla, que son los que posibilitan que se haga la obra. Y por último, una duda muy castiza: «Y los carteristas, ¿dónde van?», pregunta Ildefonso. «Aquí habrá mucha luz, guardas de seguridad y cámaras, así que los carteristas no irán en ningún sitio», sentencia la joven guía.
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