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CH. L. MONJAS. COLPISA
Miércoles, 27 de agosto 2008, 12:14
«No me interesan las películas en las que se ve al director, para eso ya está el 'cómo se hizo...'. Lo que quiero ver es una historia transparente», apostilló el director, guionista y productor José Luis Cuerda en la presentación de 'Los girasoles ciegos', cinta basada en los relatos con los que el desaparecido Alberto Méndez se alzó con el Premio de la Crítica y Premio Nacional de Narrativa hace tres años.
Había expectación ante la última propuesta cinematográfica del veterano cineasta manchego, un drama sobre la posguerra española protagonizado por Maribel Verdú, Javier Cámara y Raúl Arévalo que Cuerda dedica a su compañero de guión, Rafael Azcona, con el que también compartió lápiz y papel en 'El bosque animado' y 'La lengua de las mariposas'. «De Rafael me acuerdo todos los días, sobre todo de la persona. Fue un hombre fundamental en mi vida y para el cine. Su desaparición es terrible e injusta», manifestó.
Los perdedores
El Cuerda más emotivo tampoco se olvidó del escritor de una de las novelas más leídas de los últimos años, Alberto Méndez, que en su única obra rememora el dolor de la posguerra española en cuatro relatos protagonizados por los perdedores. «A Alberto Méndez lo conocí en los 60, cuando los dos trabajábamos en TVE. Como Azcona, era un hombre que se reía mucho».
Fue definitivo que Fernando Bovaira, su productor en la célebre 'La lengua de las mariposas', le preguntara si veía adaptable la citada novela. «La leí y me pareció complicado porque era hiperliteraria, pero los personajes y las situaciones eran excelentes. Invité a Azcona para hacer juntos el guión y, como siempre que le gustaba una propuesta, me contestó que el trabajo era como invitarle a una boda», apostilló.
Orgulloso y satisfecho de lo que había trasladado a la gran pantalla, Cuerda dice que el filme -que se estrena este viernes- narra hechos duros «que, desgraciadamente, se vivieron en nuestro país. Los lectores de esta excelente novela echarán de menos cosas, pero es que el filme corre paralelo al libro. Son carricoches distintos, y en el del cine he agarrado personajes y he metido a otros», dijo.
Una mujer que vive con el peso de un marido escondido en un armario, una hija que huye de los franquistas a Portugal con su pareja, un niño que ha aprendido a mentir, un profesor al que buscan por 'rojo' que vive como un fantasma en su casa y un diácono que se obsesiona con una mujer. Avisa Cuerda que no ha hecho una película que salda cuentas sobre la actuación de la Iglesia en la Guerra Civil. «No es una película contra, sino que muestra cómo las decisiones, la mentalidad, la filosofía y teología hace que los personajes hagan una serie de cosas. En algunos momentos, he actuado con tibieza, no he cargado las tintas», afirmó.
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