Tres acusados del 'caso Gescartera' apuntan a Camacho como responsable de todas las decisiones
Dos de ellos aseguran ante el tribunal que la sociedad de valores ofrecía rentabilidades de más del 20% para captar clientes
EFE |
Lunes, 1 de octubre 2007, 22:04
Los acusados Aníbal Sardón e Inmaculada Baltar, ligados a la sociedad AGP, han revelado hoy que se ofrecieron rentabilidades de más del 20% para captar clientes, cuando la media del mercado era del 7%, y, junto al consejero Javier Sierra de la Flor, han apuntado la responsabilidad de Antonio Camacho.
En la sexta sesión del juicio oral por este escándalo financiero, el ex consejero de la entidad financiera ha reconocido haber firmado más de 1.326 millones de pesetas (unos 8 millones de euros) en cheques a clientes y proveedores de la agencia de valores, sin cotejar y sin comprobar que el quien recibía el dinero tuviese corregido su saldo.
Esta fue una de las irregularidades que sacó a la luz, durante su interrogatorio, el fiscal Vicente González Mota, quien pide once años de prisión para Sardón y seis para Baltar, apoderado y fundadora de Administración y Gestión de Patrimonios (AGP), respectivamente, además de otros ocho años de cárcel para el ex consejero de Gescartera, Javier Sierra de la Flor.
Tanto Baltar como Sardón han indicado que los documentos esgrimidos por el fiscal ante la sala, que demuestran una estafa por 3,21 millones de euros, simplemente son "supuestos" realizados ante Antonio Camacho para demostrar que AGP era rentable para Gescartera pues conseguía un buen número de clientes para la agencia de valores, como la Mutualidad de la Policía o el Servicio de Seguridad Social de la Armada.
También han aducido que su labor era estrictamente "comercial" y que, por ello, no influían ni en las inversiones de los clientes ni en los tipos de interés que ofrecían a los inversores, y que "nunca" han llegado a sospechar que el dinero de los clientes de Gescartera no estaba en la empresa, ya que incluso Camacho les enseñó, en junio de 2001, un certificado de que había 24 millones de dólares en Estados Unidos, en la sociedad "Martin Investments LLC".
Altra revalorización anual
Ambos acusados trabajaron, a principios de los noventa, como director financiero y secretaria en el grupo manufacturero Tompla, que llegó a invertir varias partidas de entre 300 y 400 millones de euros en Gescartera, con un compromiso de revalorización anual entre el 32 y el 35 por ciento.
Por su parte, Inmaculada Baltar ha reconocido que una inversión de más de 20 millones de pesetas de la sociedad Baltar Santos -constituida por ella y su padre Ernesto Baltar- obtuvo también una rentabilidad semestral del 23,4 por ciento por una inversión denominado "valor ELE" (siglas que corresponden en bolsa a la compañía Endesa).
Al menos en una decena de ocasiones, tanto Sardón como Baltar han reiterado que este cuadro formaba parte de "supuestos" para demostrar a Camacho que AGP hacía una buena labor en la captación de clientes, aunque -han detallado- no tenía nada que ver con la operativa de Gescartera, ni estaba al día de la posición de los inversores entrados en la compañía de Camacho a través de Administración y Gestión de Patrimonios.
A preguntas de su defensa, también señaló Sardón que él, su familia y sus sociedades habían perdido un millón de euros (165 millones de pesetas) por sus inversiones en Gescartera, ya que invirtieron al menos 376,5 millones de pesetas (2,26 millones de euros), obtuvieron intereses por 62 millones de pesetas, pagaron impuestos a Hacienda por 170 millones de pesetas de inversión y no llegaron a retirar más de 246 millones de pesetas.
Por su parte, Javier Sierra de la Flor ha asegurado que Camacho decidía dónde invertir el dinero de los clientes y que ha conocido que había problemas en Gescartera el 13 de junio, cuando fue llamado con la ex presidenta de la agencia de Valores, Pilar Giménez-Reyna, y les fueron exhibidos varios certificados falsos del Banco Santander Central Hispano.
"Siempre se me dijo que el dinero de los clientes estaba en HSBC en una Sincav de Luxemburgo, que estaba fuera (de España) y que (Camacho) lo traería", afirmó Sierra de la Flor, quien ha recordado durante el juicio que, el 15 de junio de 2001, tras la intervención, el propio Antonio Camacho dijo que el dinero de los clientes "iba a venir".
"El mismo día que declaró ante (la juez Teresa) Palacios (en la Audiencia Nacional), a las 15.00 horas, nos llamó y nos dijo: 'tranquilos, estaros atentos al fax que llega el dinero de fuera'; y, a día de hoy, estamos todavía esperando que llegue algo al fax", explicó Sierra de la Flor en la vista, que continuará mañana con la declaración de Miguel Angel Vicente.
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