Sergio García pierde el Open Británico por un "putt" en el hoyo final

Esta semana se cumplen 60 años de la última victoria de un jugador irlandés en un Open Británico. Fred Daly en 1947 derrotó a Reg Horne y al difunto Frank Stranahan por un golpe en el campo de Royal Liverpool. Más de medio siglo después, el irlandés Padraig Harrington, que cumplirá 36 años el próximo agosto, derrotó a Sergio García tras cuatro hoyos de play-off en los que el castellonense no tuvo ninguna opción.

Todos sabemos lo difícil que es ganar un torneo de Grand Slam, y más aún un Open Británico. "Hay que decir que aquí están los mejores jugadores del mundo y que todos quieren ganar", comentaba Víctor García, el padre, antes de comenzar la ronda definitiva. Pero como dijo García, "todo está en mis manos".

Y sus manos temblorosas comenzaron a fallar pronto. Demasiada presión para un nuevo putt que ha estado funcionando bien durante tres días, pero que falló en el momento decisivo. Las lágrimas volvieron a Carnoustie; las de García, que ha dejado escapar una oportunidad como pocas se le van a volver a presentar en su vida; y las de Harrington, que tras enviar su bola al agua por dos veces en la ría del hoyo 18, dejando el campo libre al español, se vio con la Jarra en las manos y su nombre grabado en plata.

El 'Open de García', el sueño de que otro español tomara el relevo dejado por Ballesteros esta semana, comenzó a esfumarse en el hoyo 9. A partir de ahí comenzó otro Open Británico, con tres jugadores en la lucha por el título, el argentino Andrés Romero, el irlandés Padraig Harrington y el castellonense. Ernie Els estuvo ahí algunos hoyos y el que faltó fue Tiger Woods, desaparecido de principio a fin.

La última esperanza

Tras la victoria en el Tour de Francia y Alonso en Fórmula 1, García no pudo subir el golf español a lo más alto del podium, pese a que lo intentó con fuerza al final del torneo, quizá demasiado tarde. Otra vuelta final sobre el par del campo (73) que se une a otros tantos finales desaprovechados.

Pese a los fallos cometidos, y a las oportunidades perdidas, parecía que nadie quería ganar el Open y Sergio tuvo en sus manos, en el putt del hoyo 18, el último cartucho, que se escapó por los pelos.

Contó también con la ayuda de la fortuna cuando el argentino Andrés Romero, líder a falta de dos hoyos en ese momento, envió la bola al agua en el hoyo 17; y quince minutos más tarde, el nuevo líder, Padraig Harrington enviaba la suya al agua del 18 por dos veces. El espíritu de Jean Van de Velde apareció al final de esta 136 edición del Open Británico. La imagen de 1999 con el francés arremangado, metido en el agua para sacar su bola, fue la más repetida por las televisiones de la Isla durante esta semana. Y como no podía ser de otra forma, la Barry Burn, la ría de agua que atraviesa el hoyo 17 y 18, volvió a ser protagonista en Carnoustie.

Un trofeo escurridizo

A Sergio le llegaron los ecos de las gradas y la información que su familia y amigos le iban dando por el campo. Resopló en el último Tee, tratando de aliviar algo de tensión. Cuando todo se veía perdido, llegaba al 18 de nuevo como líder y de nuevo con la victoria sólo en sus manos. Su drive fue al centro de la calle, cerró los ojos y volvió a resoplar mientras se animaba a sí mismo. "Vamos, vamos!" Un par era suficiente para ganar. El toro dibujado en su bola rodaba camino del hoyo, pero al final hizo un extraño y la Jarra se le fue de las manos.

El play-off iba a ser un calvario para ambos. Harrington tomó la ventaja de dos golpes en el primero y se amarró al resultado sin que García pudiera hacer nada para que le triunfo se le escapara de las manos. "Una gran oportunidad perdida, pero así es el golf. Siento que no he cometido grandes fallos y lo que hay que sacar ahora es lo positivo", dijo García.

Jiménez, el otro español en competición, terminó en puesto 12 con -2 y una vuelta de 71 golpes despidiéndose de Carnoustie con un gran putt en el 18 para cerrar su participación. Luego se fue a animar a García, pero no pudo disfrutar con él de la victoria.