Málaga es la provincia andaluza a la que más gente viene y de la que más gente se va
No es sólo un destino atractivo para nómadas digitales y para jubilados, también cumple con otra característica: de la provincia salen personas para las que este territorio es sólo una fase más de su periplo vital
Málaga es la provincia andaluza a la que más gente llega desde otros lugares de España y desde el extranjero. Es algo ya conocido. Pero también es el territorio del que más personas salen. Y eso que no es la provincia más poblada; ésta es Sevilla: a 1 de abril de 2025 contaba con 1,97 millones de habitantes, frente a los 1,78 millones de Málaga. Al esbozarle estas ideas a Luis Manuel Ayuso González, catedrático de Sociología de la Universidad de Málaga (UMA), afirma que ello se deriva del dinamismo de la provincia y echa mano de un concepto que emplea el sociólogo Alejandro Portes, el de «capital móvil» –en este caso capital humano móvil–, que es el que caracteriza a las nuevas ciudades globales.
Veamos los datos. En 2023, último año del que hay cifras, a Málaga llegaron 109.314 inmigrantes. Ninguna otra provincia andaluza alcanzó esa cifra. La que más se le aproximó fue Sevilla, adonde ese año se mudaron 70.798 personas. Esto significa, además, que casi un 30% de los migrantes que recibe Andalucía escogen Málaga, porque la comunidad fue destino de 382.338 personas.
Rafael Grande, profesor titular de Sociología de la UMA, explica que Málaga lleva atrayendo población tres décadas de forma recurrente por el mayor dinamismo en general de las zonas costeras; por la demanda intrínseca que tiene este territorio de mano de obra sobre todo para el sector servicios, pero también muy sofisticada, porque a Málaga además llegan perfiles altamente cualificados no sólo del extranjero sino también de otras provincias de Andalucía y de España; a lo que se suma la migración que fija su residencia en la costa cuando alcanza la edad de jubilación. Ello, apunta Grande, implica que esta provincia cuenta con una gran diversificación de su inmigración. «Málaga atrae tanto porque aquí hay oportunidades laborales de baja y de alta cualificación como porque es destino de inmigración meramente residencial», agrega el geógrafo Juan José Natera. Pero a este fenómeno, advierte Grande, se ha añadido recientemente otro: «Ahora se expulsa a más población que antes».
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«Málaga genera muchas expectativas, pero también frustraciones»
¿Cuáles son los números de las personas que se van de la provincia? En 2023 fueron 85.465, también la cifra más alta de toda Andalucía, seguida, de lejos, por la de Sevilla (59.621). De la comunidad ese año salieron cerca de 322.000 personas, lo que significa que los emigrantes de Málaga suponen algo más de una cuarta parte.
De todos estos datos se deriva otra circunstancia. Para empezar, que el saldo migratorio es positivo para Málaga, es decir, entra más gente de la que sale: la llegada de personas de otras provincias y de otros países supera a las salidas. En concreto, en 2023, la demografía malagueña creció en 23.849 vecinos gracias al movimiento geográfico de la población. En el conjunto de Andalucía la diferencia fue también favorable, con un saldo positivo de casi 60.400 personas, cifra a la que Málaga aporta casi un 40%.
De las personas que llegan a Málaga, cerca de la mitad, 53.658, provienen del extranjero. Y el segundo origen más importante es la propia Andalucía, con 41.836. El resto proceden de otros territorios de España, entre los que destacan Madrid (3.953 personas), así como Cataluña (2.058).
En cuanto a quienes salen de Málaga, la mayoría, 41.322 personas, se quedan en Andalucía, mientras que 32.245 se van al extranjero, una cifra que llama mucho la atención –por lo alta– en comparación con otros territorios: por ejemplo, los efectivos que salen de Sevilla para emigrar a otros países apenas superan los 13.300.
Expulsión y familismo
A juicio de Rafael Grande, Málaga históricamente ha expulsado gente hacia Madrid y Cataluña. Y, efectivamente, en 2023 ésos fueron los principales destinos dentro de España con cerca de 2.800 y 1.840 personas, respectivamente, seguidos de Valencia (1.418). Grande desgrana la secuencia: en una primera fase, desde Málaga emigraba fuerza laboral no cualificada; en una segunda fase, el territorio contaba con tasas de permanencia altas por su elevada capacidad de retención de población; mientras que ahora, pese al arraigo de la gente, pese a que la andaluza y la española son sociedades muy familistas, el elevado coste de la vida y de la vivienda o el hecho de que el crecimiento demográfico esté sobrepasando al del desarrollo de las infraestructuras están provocando que la gente valore la opción de emigrar, a lo que además se suma la sensación de que se puede prosperar laboralmente fuera de aquí.
«La capital expulsa población hacia el área metropolitana en primera instancia, pero también cada vez más lejos. La provincia es muy dinámica, pero no se generan servicios ni soluciones de movilidad al ritmo que se requiere», explica.
Aunque las cifras también revelan que hay una gran movilidad interna en Málaga: de las 41.322 personas que salieron de su lugar de residencia malagueña para irse a otro lugar de Andalucía en el año 2023, la mayoría, 33.706, no se fue a otra provincia de la región, sino que se movió dentro de la geografía malagueña. Con todo y con eso, detrayendo de la estadística los movimientos intraprovinciales, Málaga continúa siendo la provincia de la que más gente salió en 2023. Y ésa no es una circunstancia que se ciña a lo sucedido en ese ejercicio. Lleva siendo así al menos desde 2021. Ese es el periodo del que hay información histórica en el portal web del IECA.
Quizás la hipótesis cierta es la que apuntaba Ayuso: Málaga tiene un enorme contingente de «capital móvil», que es el que genera enormes movimientos de entrada, pero también de salida. Con esta idea enlaza Grande: «Málaga ha superado lo local. En el mercado laboral, sobre todo en los perfiles más cualificados, no sólo hay malagueños, hay también personas de toda España y de todo el mundo. Eso genera mucha movilidad, que lleguen muchos y se vayan también muchos. Mucha gente de la que se está marchando vino hace tiempo y ahora se va. Málaga tiene un stock de población más susceptible de moverse porque ya ha emigrado una vez o más». Juan José Natera agrega que la importancia de las migraciones al extranjero sugiere que hay personas que están retornando a sus lugares de origen o para las que Málaga ha sido una estación intermedia para moverse a otro lugar.
A ello Grande suma otro elemento: «El arraigo familiar asienta en el territorio. Pero si la gente no logra ubicarse en esos términos, con acceso a la vivienda, con la posibilidad de formar una familia, es más fácil que migre. Perdemos población también por el problema de que no puede asentarse».
Rocío Fajardo, en su condición de socióloga y de migrante, concluye: «Es fácil irte si te topas con ámbitos hostiles o no encuentras una red. Málaga genera expectativas y también frustraciones».
Créditos
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Reportaje Cristina Vallejo
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Gráficos e ilustración Alba Martín Campos
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