Custo Dalmau: «Soy totalmente inmaduro»

A punto de cumplir el medio siglo, se apunta al 'dewarismo'. ¿Qué es, una nueva religión?

Qué va. El 'dewarismo' son unos principios muy pragmáticos e inteligentes. Los cien principios que enumeró Tommy Dewar, miembro de la familia del whisky Dewar's. Con ellos abres los ojos a cosas que son obvias, pero que a menudo olvidamos.

Por ejemplo...

Pues frases como estas: «A veces no hacer nada es hacer algo». «Una pausa es parte del camino». «Lo único que vale la pena esperar es lo inesperado». Nosotros hemos estampado esas tres sentencias en nuestras camisetas, y aún hemos aportado una cuarta, de cosecha propia.

¿Cuál?

«Unas largas piernas suelen ser el camino más corto».

Suena un poco machista.

¿Por qué?

No sé, medir a la mujer por la longitud de sus piernas...

Pues en la moda funciona así la cosa. Las modelos con largas piernas suelen triunfar mucho más rápido. La frase la hemos concebido pensando en el mundo de la moda. Y como ejemplo hemos contratado a Tania, una modelo moscovita de 20 años, que mide 1,85 y tiene unas piernas de casi 1,25. Si lo piensa bien, en la vida el tener unas piernas largas te ayuda a correr más rápido y a llegar antes.

Ya, pero es algo que no depende de uno. Se nace con ellas o no.

Claro, pero hay tantas cosas en la vida que no dependen de uno y que nos marcan...

De acuerdo. Pero usted ha llegado muy lejos y sus piernas no son precisamente largas.

Por eso las he tenido que mover mucho y muy deprisa. Llevamos ya 25 años con la firma 'Custo Barcelona' y eso ha implicado dar muchas zancadas.

¿Cuándo se convirtió al 'dewarismo'?

Creo que fue en Navidad. Tuve la ocasión de leer esos principios y me abrieron los ojos. Me encontré con el sentido común de cara. Ahora, los vuelvo a releer de vez en cuando.

Creo que una de esas frases dice que éxito no es igual a esfuerzo.

Lo que dice es que el éxito no es sinónimo de sufrimiento. El esfuerzo es imprescindible; el sufrimiento, no. Cuando el esfuerzo es máximo se convierte en sufrimiento, pero en mi trabajo no he tenido la sensación de atravesar ese umbral.

¿Qué le motiva llegado a estas alturas de su vida?

Me siguen emocionando cosas tan simples como la fiesta que organicé hace unos días en el castillo de Montjuic. Y, por supuesto, hablar con mis hijos, viajar por placer... No necesito rituales sofisticados para disfrutar de la vida.

¿Cuántos hijos tiene?

Cuatro. De quince, seis y dos años. Y de cinco meses.

¿Es de los que se casan muchas veces?

No me he casado nunca, pero llevo años con la misma mujer. Aunque antes he conocido a otras, claro. Ya voy para cincuenta años... Los cumpliré el próximo 11 de agosto.

Es Leo, según el zodiaco.

Sí, pero poco peligroso. Yo creo que nunca he dado un zarpazo. Lo que me caracteriza es la tenacidad.

¿Le asusta llegar al medio siglo?

Qué va. No siento el menor vértigo. Pero, ¿sabe por qué? Porque no tengo asumida mi edad. Yo soy totalmente inmaduro. Veo a una persona de 43 años y puedo hablar de ella como de una persona ya mayor, sin darme cuenta de que es más joven que yo. Creo que esto se debe a que este proyecto mío me obliga a llevar una vida tan vertiginosa que no siento ni el paso del tiempo. Y eso que físicamente se nota, ¿eh?

¿Ah, sí? ¿En qué?

Hombre, pues en que me canso más. Yo es que he sido muy deportista. Formé parte del equipo nacional de gimnasia deportiva. Empecé con nueve años. Y, de los 14 a los 22, entrenaba seis horas diarias. El deporte para mí es fundamental, tanto física como mentalmente. Ahora sigo yendo al gimnasio a hacer musculación de vez en cuando. Pero, sobre todo, me encanta practicar 'kite-surf' en Formentera. De jovencito tenía unos bíceps... Era un auténtico armario.

Ahora llena los armarios de otros.

Soy feliz diseñando. Todo lo que tenía que competir lo competí hasta los 22 años. Ahora no compito ni con los otros diseñadores. No me preocupo ni de lo que hacen.

¿Logró alguna medalla como gimnasta?

Fui tres veces campeón de España de gimnasia deportiva. Pero, a los veintidós años, una lesión no me permitió estar al cien por cien y decidí dejarlo de la noche a la mañana. Nunca me he arrepentido ni he vuelto a pensar en ello.

De su cuello cuelgan siempre varias cruces de plata.

Me las regalaron cuatro novias.

¿Una cruz de plata cada una?

Sí. Bueno, una me regaló dos.

¿Y espera aumentar la colección? De cruces, digo.

No sé, no sé... (Risas) Yo estoy ya muy mal de las cervicales como para soportar más peso.