Circula a 120 por la autovía con un joven encaramado al capó del coche

Habían pasado unos minutos de las cuatro de la madrugada del miércoles de la semana pasada. Una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía se encontraba en la MA-21 (antigua N-340) cuando, de repente, pasó junto a ella un automóvil de la marca Nissan con un chico sobre el capó. Los agentes activaron los dispositivos luminosos y la sirena del vehículo policial y emprendieron la persecución del turismo, que circulaba en sentido Torremolinos. Los funcionarios pudieron comprobar en su cuentakilómetros que iba a 120 por hora en un tramo de la vía limitado a 80, según explicaron fuentes cercanas al caso.

El conductor tomó la salida hacia Churriana. La patrulla lo interceptó en la Carretera de Coín. Y el joven aún seguía en la misma posición. Al parecer, se agarró con todas sus fuerzas a la rejilla del aire del capó. Cuando vio a los policías, se bajó del automóvil, sano y salvo, y manifestó que habían intentado matarlo.

Investigación

Los agentes intentaron hablar con los dos implicados -ambos de nacionalidad española- para tratar de aclarar las circunstancias que habían desembocado en una escena tan surrealista. Lo primero que consiguieron averiguar es que todo comenzó en las inmediaciones de un bar de copas de la avenida de Los Guindos, de manera que el chico habría ido más de cinco kilómetros en esa posición.

Sus versiones eran diametralmente opuestas. El joven del capó, que tiene 26 años, aseguró a los policías que hubo un rifirrafe en la puerta del local y que él se colocó delante del coche para recriminar algo al único ocupante del mismo. Según esta versión, el conductor pisó el acelerador, lo que le obligó a saltar sobre el automóvil para, presuntamente, evitar el atropello.

Versión opuesta

El testimonio del otro implicado, de 38 años, distaba del anterior. El hombre explicó a los agentes que, al salir del bar de copas, vio a un grupo de individuos que se dirigía hacia él, por lo que, asustado, arrancó el coche y emprendió la huida.

Al final, los dos acabaron detenidos. Según las fuentes consultadas, el joven del capó se encontraba muy exaltado y supuestamente se mostró agresivo con los policías. Y el conductor, por su parte, fue arrestado por un presunto delito contra la seguridad vial por conducción temeraria. Los agentes observaron que, además, presentaba signos de haberse tomado alguna copa, así que decidieron que se sometiera a la prueba del etilómetro. El conductor dio un resultado de 0,58 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, esto es, más del doble del máximo permitido, cuyo límite genérico es de 0,25.