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Foto: Álvaro Cabrera
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

La galería como un cruce de caminos

La sala de Isabel Hurley reúne el sugerente trabajo de cuatro jóvenes artistas malagueñasLas fotografías de Alba Blanco y Florencia Rojas, los dibujos de Erika Pardo y la instalación de Beatriz Ros conviven en la muestra 'En paralelo'

ANTONIO JAVIER LÓPEZ ajlopez@diariosur.es

Sábado, 7 de julio 2012, 13:06

Un primer paseo dejará, quizá, una impresión equivocada. La segunda vuelta despejará algunas dudas, no todas. Quedará entonces la disyuntiva: ¿se trata de un proyecto compartido o de cuatro propuestas independientes reunidas en la misma sala? Ambas cosas. Porque 'En paralelo', inaugurada ayer, ofrece las creaciones de Alba Blanco, Erika Pardo, Florencia Rojas y Beatriz Ros en la Galería Isabel Hurley a modo de cruce de caminos de cuatro creadoras nacidas, afincadas o formadas en Málaga. Mucho que ver y contar. Mejor será ir por partes.

Espacios que hablan de sus moradores

Con honrosas excepciones, suele guardar la gente cierto pudor a la hora de mostrar su cuerpo en público y, sin embargo, ofrece menos reparos a la hora de exhibir los espacios donde habita a diario. Y para Alba Blanco (Madrid, 1981), los segundos resultan a menudo más ilustrativos que los primeros. Lugares como retratos de sus moradores. Secuencias fotográficas como 'Fabricio. La huida', 'Laura. El orden' o 'Alba. Los objetos'.

Esa Alba es ella misma: «Mi trabajo tiene un componente vivencial muy importante. Se trata de una especie de exhibicionismo tímido, porque en esa serie, por ejemplo, aparezco en mi estudio y ataviada con prendas íntimas, pero creo que la habitación habla más de mí que mi propio cuerpo».

Alba Blanco organiza su trabajo a través de series, a las que incorpora en Isabel Hurley instantáneas aisladas como 'Los Brinkmann' y 'Los Gladys'. «Mis fotografías suelen mostrar cómo vamos acumulando objetos. Se trata de un sistema de archivo que intenta hablar sobre nuestras costumbres y sobre la manera en la que vamos conformando nuestra identidad», acota la creadora, que vive y trabaja entre Córdoba y Málaga.

La maternidad como cuenta atrás vital

Artilugios dibujados sobre papel. Material de ginecología y obstetricia que parece salido de un manual de tortura medieval. Es la serie 'Weapons' (Armas) con la que Erika Pardo (Málaga, 1980) aborda «el miedo a las consecuencias de posponer la maternidad». Una lucha interior que también marca el discurso del vídeo 'Getting older' (Envejeciendo) en el que unas velas de cumpleaños que forman ese mensaje se van consumiendo.

«Mi obra reciente gira en torno a la toma de decisiones. A la disyuntiva entre querer labrarte una carrera como artista y, por otro lado, comprobar cómo mucha gente de tu entorno va formando una familia», reflexiona Pardo, que da una vuelta de tuerca a su planteamiento en otra serie: 'Empty' (Vacío).

«Por mi origen familiar, estoy a medio camino entre España y Suecia. Allí es muy habitual que las familias hagan galletas con unos moldes que, en realidad, son piezas metálicas, frías y cortantes. Me pareció una paradoja muy sugerente y por eso escogí esos elementos para hablar sobre lo vacío y lo lleno, lo que tiene una apariencia de dulzura que puede esconder un lado más drástico», acota Pardo.

'Histeria', la delgada línea entre los estados de ánimo

Florencia Rojas suele retratar a mujeres. La mayoría forman parte de su círculo más cercano. Y para preparar su nuevo proyecto hablaron de lo que les saca de quicio. El primer resultado visible son las 16 fotografías que componen 'Histeria'.

«A finales del siglo XIX, la histeria se consideraba una enfermedad propia de mujeres que hundía sus raíces en trastornos relacionados con la sexualidad. Se elaboró un manual que incluía un estudio fotográfico muy exhaustivo de las mujeres catalogadas como enfermas y ese archivo me ha inspirado a la hora de preparar esta serie», aporta Rojas (Buenos Aires, 1984).

«Me interesa la delgada línea que separa los estados de ánimo, cómo se puede pasar de la alegría a la fatalidad en unos segundos y de qué manera se refleja eso en el rostro y el cuerpo humano», apostilla la artista formada en la Universidad de Málaga, que tras la inauguración de 'En paralelo' regresa a Berlín, donde reside desde hace un par de años.

Papel y carbón para superar el luto

La propuesta de Beatriz Ros (Málaga, 1984) ofrece quizá el elemento más emotivo de 'En paralelo'. Una instalación compuesta por blondas de papel recortadas y pintadas con carbón, el mismo elemento que surge en la parte inferior de las paredes forradas con ese papel que recuerda a una habitación quemada.

«El proyecto se titula 'Elaboración del duelo' e incluye un vídeo y varios dibujos. Pretende abordar esa búsqueda del bienestar a partir de una pérdida, un proceso por el que hay que pasar y que para mí representa algo parecido a un lugar donde ha habido un incendio y quedan los restos», esgrime Ros.

Una habitación desolada, llena de un carbón que procede de una finca familiar de los abuelos de Ros. «Era importante que todos los elementos formasen parte de mi propia vida, volcarlos en este proyecto para ir a lo universal desde lo particular». Y a fe que lo consigue.

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