Repetir curso no sirve para mejorar el nivel académico de los alumnos

Repetir curso no sirve para recuperar el nivel académico de los alumnos. Es más, la diferencia entre los alumnos repetidores y los no repetidores se incrementa con cada año que se les retrasa. Ésta es una de las conclusiones a las que se llega analizando las pruebas de diagnósticos realizadas a los alumnos de 2.º de ESO en el año 2010, cuyos resultados presentó ayer el Ministerio de Educación. Los alumnos que han suspendido un año tienen unos 56 puntos en la competencia matemática y 73 puntos en la competencia lingüística menos que los que no han repetido. Si los jóvenes han repetido dos años, esas diferencias llegan hasta los 99 puntos en la competencia lingüística, o lo que es lo mismo, por encima de un nivel de rendimiento.

No es la primera vez que se advierte de esto. El último informe Pisa, publicado el pasado otoño, ya hacía hincapié en esta cuestión. «Se comprueba que la repetición y el retraso en el estudio no impiden que los resultados académicos de los alumnos que padecen la repetición sean francamente negativos», se recoge expresamente en este examen. Las pruebas de diagnóstico apuntan de nuevo a que el sistema educativo debe tener más flexibilidad, ya que no existen expectativas de mejora en los resultados educativos del alumnado repetidor.

El problema, según señalan fuentes del ámbito educativo, es que estos estudiantes están abocados inevitablemente al fracaso escolar y al abandono escolar temprano. Muchos de ellos, dejarán los estudios a los 16 años -edad límite de la educación obligatoria- sin haber obtenido la titulación de graduado en ESO. Para José Fernández, secretario provincial de la Federación de Enseñanza de CC OO, la recuperación de estos alumnos al sistema educativo pasa por una mayor inversión y menor ratio de alumnos por docente para una atención más individualizada.

Por otro lado, los resultados de las pruebas de diagnóstico muestran que apenas existen diferencias entre Comunidades Autónomas, si bien Andalucía continúa a la cola en comunicación lingüística, competencia matemática y conocimiento e interacción con el mundo físico. Además, el estudio desvela que las expectativas académicas son el factor más determinante del éxito escolar, más que la repetición o el nivel socioeconómico de los padres.