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SARA PELÁEZ
Jueves, 7 de octubre 2010, 15:58
Hay adolescentes que deciden pasar su tiempo libre jugando al fútbol, al baloncesto o con videojuegos. El joven malagueño José María Ortega lo pasa, además, trabajando en el proyecto de investigación aeronáutica que, con suerte, le llevará a Stanford (EE UU) el próximo año, junto a cinco compañeros.
Con tan sólo 17 años, este estudiante del colegio Los Olivos ya ha conseguido un reconocimiento a su labor investigadora. Y es que el proyecto realizado junto a su equipo de la Asociación Juvenil de Vieiro (Ourense), titulado 'Apertura de parapente en caída para sondas espaciales', consiguió alzarse con el tercer puesto en el Certamen Nacional de Jóvenes Investigadores, que se celebró el pasado 1 de octubre en la sede del Ceulaj, en Mollina. El trabajo plantea la integración de parapentes con hélices en las sondas espaciales para controlar de forma precisa su aterrizaje.
«Formo parte de la asociación desde el pasado verano y me comunico con ellos a través de Internet. Me habría gustado que mi equipo fuera de Málaga. Pero aquí no hay ningún colectivo similar», comenta el joven.
Ortega reconoce que echa de menos una asignatura donde poder desarrollar proyectos como el suyo. «En Barcelona por ejemplo, tienen una materia en la que los estudiantes hacen proyectos que después presentan a certámenes. No conozco el caso del resto de ciudades andaluzas, pero creo que la asignatura de Proyecto Integrado en Málaga podría orientarse hacia este fin para incentivar a los jóvenes. Sería interesante», observa Ortega.
Actualmente, José María está buscando a otros chicos con los que formar una asociación paralela a la gallega y mantener relaciones de colaboración desde Málaga. «Ya tenemos coordinador. Le he comentado la idea a varios compañeros de clase, pero necesitamos más gente. El objetivo es trabajar de forma conjunta con la Asociación Juvenil de Vieiro».
Ortega no recuerda en qué momento decidió 'salir al espacio' y dedicar parte de su tiempo libre a la investigación. Sin embargo, aún no tiene claro qué hará tras la selectividad, de la que examina el próximo mayo. «El tema de los aviones y el espacio siempre me ha interesado mucho. De hecho en el colegio me llamaban 'pilotito'», comenta divertido. «Aún no sé qué haré, si estudiar Ingeniería Aeronáutica o formarme para piloto. De momento me conformo con aprobar Bachillerato, que ya es difícil».
Stanford, el gran reto
Tras el éxito del certamen nacional, el siguiente paso para Ortega y su equipo es llevar su parapente espacial hasta el AIRLISS, un certamen internacional de jóvenes científicos que se celebrará el próximo septiembre en Stanford. «Tenemos el parapente listo, sólo nos falta construir la sonda».
Pese a la ilusión, la financiación se ha convertido en un problema para el joven equipo. «La asociación nos avala, pero no es suficiente. La construcción de la sonda requiere mucho presupuesto. No nos da ni con el premio del certamen nacional. Además también tenemos que buscar la forma de llegar hasta allí. Estamos buscando patrocinadores como locos», concluye el joven.
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