Borrar
Un turista hace surf en el barco, con Málaga de fondo.

El ‘Oasis of the Seas’ desde dentro

Unas 300 personas tuvieron el privilegio de visitar el mayor crucero en la escala de ayer

Pilar Martínez

Viernes, 12 de septiembre 2014, 01:16

El gigante de los cruceros, el Oasis of the Seas, no es un barco marcado por el lujo en su ornamentación ni por las estridencias al estilo Las Vegas. Lo que impresiona al abandonar la pasarela y adentrarse en la cubierta 3 es la magnitud del mismo. Da igual para donde mires. Las dimensiones de vértigo provocan que una vez dentro se pierda la noción de que estás a bordo de un buque. Ascensores para 17 personas, que te recuerdan en la alfombrilla el día de la semana por si también pierdes la cuenta de jornadas que llevas a bordo y que suben a una planta 17, es decir, 65 metros por encima del mar. Jacuzzis suspendidos en el mar a poco más o menos esta altura, un anfiteatro en el que saltadores olímpicos se tiran a la piscina más profunda en altamar o una tirolina que en plena travesía del Atlántico te desplaza 25 metros suspendida a un nivel de nueve cubiertas convierten la visita al mayor crucero del mundo en una experiencia única en la que a los diez minutos de entrar dejas de pensar que no estás en tierra.

Basta recorrer, en la octava planta, Central Park. Todo un bulevar, con 12.000 plantas naturales y bambúes, algunos de 7,3 metros de altos, en el que la naviera Royal Caribbean activa el sonido de pájaros y de grillos que te trasladan a un monte, pero en pleno oceáno.

El Oasis of the Seas es otra dimensión en el negocio de los cruceros en el que todo es lo más. Dos horas y media a bordo, recorriendo de popa a proa, es decir, como andar casi cuatro campos de fútbol seguidos, o de la planta 17 a la tercera, por la que salimos al puerto, causa el mismo cansancio que un día de compras por el Centro Histórico de Málaga.

Dentro también sorprende la variedad de la oferta gastronómica. Hay restaurantes por todas partes, hasta un total de 28 alternativas, que fueron muy comentadas por el grupo de 40 periodistas que subieron a bordo en una visita de más de dos horas. En total unas 300 personas, entre prensa, protocolo de las instituciones y agentes de viajes tuvieron ayer el privilegio de descubrir las sorprendentes innovaciones de este crucero.

En el interior no se siente agobio por la amplitud de los espacios. Tampoco se nota el movimiento del mar, ni sientes vértigo por las dimensiones hasta que te asomas a la terraza del salón de la planta 17 y compruebas que la Catedral o La Farola se ven muy pequeñas. El mayor impacto tampoco es contemplar el barco amarrado junto a la terminal. Lo más espectacular es verlo en movimiento como un gigante que empequeñece hasta las grúas del puerto. Flipante.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur El ‘Oasis of the Seas’ desde dentro

El ‘Oasis of the Seas’ desde dentro