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José Vicente Astorga
Domingo, 11 de enero 2015, 20:38
Casi un año y 70.000 kilómetros por Andalucía como presidente de la patronal le ratifican en su apuesta por Málaga como motor regional en la reducción del paro y creación de autónomos en 2014, pero también en el largo camino innovador que aún le queda al tejido empresarial de otras provincias. Se apunta a un año que ve «moderadamente optimista» y reitera su rechazo a un «exceso regulatorio» que frena grandes proyectos de inversión en Andalucía.
¿Qué sensación percibió en la reunión con la presidenta Díaz y los agentes sociales con un escenario de millón largo de parados?
De enorme preocupación para abordar este drama. Cuesta mucho y hay que hacerlo con solvencia, con decisión, con medidas políticas y económicas. La solución la aportamos los empresarios, el tejido empresarial, pero siempre que se nos ayude con un marco mejor.
En los mensajes del Gobierno se percibe obsesión por bajar de esa cifra, como si dejará de ser no menos dramática que tasas de paro por encima del 30%.
Totalmente de acuerdo. Las tasas son inasumibles. No podemos tener una visión conformista, sólo estadística. Detrás de cada trabajador y cada empresa que desaparece hay dramas. En esos siete años 53.000 pymes andaluzas, una pérdida de 600.000 puestos de trabajo, el 20% del empleo regional. No hay soluciones fáciles sólo desde el margen de una comunidad autónoma, por eso hay que pedirles a las administraciones que actúen con lealtad entre sí, que asuman que hay un cambio social importante porque están pasando muchas cosas en este país.
En Málaga, de los 20.000 empleos creados en un año, la cuarta parte autónomos. ¿Fuera del autoempleo el futuro es más negro?
El autoempleo es una alternativa viable y eso es bueno. Así tendremos más empresarios. Respecto a Málaga hay una salvedad que ahora puedo destacar con más rigor: tenemos una capacidad de autorregeneración enorme. Lo digo con orgullo de malagueño y de quien tiene una visión global de una Andalucía empresarialmente desvertebrada. Málaga, la provincia más pequeña pero más dinámica, supera ya a Sevilla en autónomos. Su dinamismo ha reducido en un 40% el paro en Andalucía en 2014. Hemos sabido hacer las cosas, hemos aprendido de nuestros errores, a resistir con un sector turístico fuerte, con un sector agroalimentario que ha sabido renovarse, con otro tecnológico que es más que una esperanza. Málaga es dinámica y, desgraciadamente, en otros territorios, el modelo está estancado y nos admiran. Si algo puede destacarse del empresariado malagueño es su capacidad de adaptación, de iniciativa..otra cuestión es el éxito porque sabemos que sólo una de cada dos pymes sobrevive más de cinco años y que tenemos que afrontar el futuro con empresas de más dimensión, pero ahora sólo les podemos pedir que mantengan su capacidad de renta. Siempre hemos hablamos de la indolencia malagueña pero yo creo que eso es ya cosa del pasado.
Como ve al Gobierno andaluz, ¿en estabilidad aparente o en equilibrio precario?
Es una estabilidad inestable y nos preocupa. Lo que deseamos es un Gobierno estable y no pulsos permanentes. IU tiene parámetros a veces poco comprensibles porquegobierna y hace de oposición. Eso es complicado y una visita al Tinduf se puede convertir en problema de Estado. No podemos frivolizar y hay que tener visión global. Si hablamos de leatad institucional hace falta que no se viasualice tanta inestabilidad.
¿Y el fenómeno Podemos?
Hay que asumirlo. Forma parte de la reacción de la sociedad y hay que leer lo que el ciudadano piensa. Lo vemos con ocupación más que con preocupación. Los partidos tradicionales tienen que reaccionar y preocuparse de verdad de los problemas ciudadanos. Este país cada cuarenta años se refunda si mismo, se reinventa. Así fue del 98 al 36, con una guerra fratricida incluida, luego cuarenta años de dictadura. Ahora, tras la transición... Hay que asumir que Podemos es un fenómeno que constribuye a unirnos a todos en favor de la regeneración. Tejero, en su objetivo reprobable de un Estado absolutista, unió a todos para reforzar la democracia. El efecto Podemos, salvando las distancias y espero que nadie me malinterprete, es un revulsivo para todos hacia otra visión de las cosas. Otra cuestión es que llegaran al Gobierno, porque sus medidas son muy de prometer y poco realistas, vinculadas a un modelo de utopía.
¿Es pesimista sobre crear una cultura empresarial más innovadora en toda Andalucía?
Tenemos que cambiar muchísimo, pero Málaga es la que más esperanza nos da por encima de ese debate perramente de cambiar el modelo que para mí es hacerlo más productivo, y eso en Jaén o en Huelva es más complicado. Ahora se habla de reindustrializar con la minería, pero no es sencillo. Requiere de la colaboración de la Administración, tremendamente lenta. Sus tiempos no son los empresariales. La UE nos puede hablar de Horizonte 2020, de esto y de lo otro, pero si no ponemos una Administración con más capacidad de resolución, que facilite y simplifique va a ser más muy complicado salir de la crisis.
¿Es cuestión de tamaño?
Le sobra.
Pero luego argumenta falta de medios para examinar 138 millones en ayudas a autónomos, como ha dicho la Cámara de Cuentas.
Es un problema general de eficiencia. Se han hecho reformas fiscal, laboral... pero no se ha asumido la reforma de la Administración, lo de una competencia, una administración. A la hora de la verdad, 17 regímenes administrativos. En España se han dictado 13.000 nuevas normas en 2013, 1,5 cada hora. Hay un afán regulatorio tan brutal que es difícil poner en marcha algo de cierta envergadura. Una cosa es un pequeño negocio, con tu declaración responsable y otra un proyecto industrial, una fábrica. Ahí entramos en informes ambientales, urbanísticos... ¿Tiene sentido que se nos venga después del POTAUMcon informes de inundabilidad en el Guadalhorce? Eso pone en riesgo inversiones como ampliar Plaza Mayor.
En la inversión de un gran acuario que se anuncia en el puerto, ¿piensa que todo van a ser pegas?
Totalmente. Hace poco me hablaba mi presidente de Granada de la ampliación de la estación de esquí, un proyecto estratégico, pues con una conexión por AVE, 40 minutos desde Málaga, imagínese lo que eso significa. Pues las dificultades son casi para abandonar. O le hablo de proyectos mineros que tardan años en tramitarse, y eso que un consejero malagueño como José Sánchez Maldonado ha promulgado decretos facilitadores. La Administración sigue de estreno y aún no ha asumido su gran transformación. No se ha dado cuenta de la gran crisis del ciudadano y del empresario y sigue a los ritmos de antes.
¿Hay interés internacional por invertir en Andalucía más de allá de operaciones especulativas?
Absolutamente. Hay interés nacional e internacional. Ganas enormes por invertir en complejos turísticos, en crear industria, y le hablo de la Costa del Sol, Almería, Granada y Sevilla, pero ¡ojo!, proyectos tan potentes que a la Administración le abruman. Su capacidad de análisis parece limitada al tema ambiental. Yo respeto el medio ambiente, pero el rasero de los proyectos no se puede medir solo por ahí. Queremos unas normas razonables. ¿Se ha construido algún nuevo campo de golf en estos años? ¿Puertos eportivos? Hay mucho interés en todo eso y no culpo a nadie, pero tenemos un traje muy estrecho para la dimensión de ciertos proyectos. El afán regulatorio frena proyectos de envergadura. La gente no quiere invertir porque no ve a una Administración a su ritmo. No se trata de hacer Eurovegas, y conste que voluntad política hay pero la voluntad técnica no tanto. Un gran proyecto aquí son meses y meses y el capital no tiene paciencia.
Construcción
¿Han acordado algo en la reunión de Sevilla para reactivar el plan de construcción sostenible, paralizado como denuncia el presidente de la patronal Fadeco?
Además de la renovación para el funcionamiento del SERCLA, hubo un tiempo limitado para programar próximas reuniones, y se habló de la construcción. Coincido con el presidente de Fadeco. Cualquier apoyo es imprescindible para salir de la crisis. Uno de cada dos parados andaluces es de la construcción, medio millón, y será muy difícil que se puedan reciclar. ¿Qué deben hacer los poderes públicos? Actuemos con rehabilitación, con obras concertadas con la iniciativa privada, con más obra pública necesaria que sigue está en el limbo. Todos sabemos que en este 2015 habrá relajación en el control del déficit y hasta un plan Juncker., que puede generar muchos miles de puestos de trabajo.
Veo que se apunta al optimismo frente a los escépticos.
Soy razonablemente positivista. Con él se pueden poner en marcha cosas. Desde CEA hemos propuesto proyectos que la presidenta Susana Díaz asumió y que, digamos, están ya inventariados. Hablamos de muchos millones, 28 o 30.000, para Andalucía incluso si se quedaran en la mitad. Son 21.000 millones europeos que se tienen que transformar en más de 180.000, sería mucho dinero y también hay dinero privado, pero hace falta ilusionar. ¡Que no habrá visto Juncker, que no es nada keynesiano de parálisis en Alemania o Francia! Hemos incorporado la línea Bobadilla-Algeciras, también nada menos que el tren litoral de la Costa del Sol, una infraestructura clave para que Marbella tenga conexión ferroviaria o cosas como la electrificación de una zona en Baza-Caparacena, donde 125 municipios tienen corriente a 125, algo inconcebible que condena a no tener oportunidades.
¿Estamos entonces en gran parte en manos del plan Juncker?
Se ha frivolizado, pero es clave. Juncker, casi cuestionando a Merkel, ha pensado que con tanta austeridad a ver si acabamos todos asfixiados, y se lo dice alguien que tiene una visión liberal de la economía. Hemos convertido la austeridad en un frontispicio y no puede ser. Llevamos siete años y lo más importante ahora es que la economía recupere el tono. Este año se ven factores propicios con la desplome del petróleo, la depreciación del euro, la prima... Aprovechemos esa coyuntura
Con esos argumentos, no va a tener otra que ceder cuando los sindicatos le pidan en la mesa que levante el freno a la subida salarial.
Ese problema no depende de la voluntad sino de los resultados. Si no hay beneficios no hay mejora de salarios. Llevamos siete años de una situación complicada, incluida la falta de crédito. Ojalá las empresas tengan más facturación, pero por ahora no hay estabilidad para dar una norma en ese sentido. Sería suicida. Otra cosa son determinadas empresas.
¿Qué estrategia tienen?
Pronto esperamos un acuerdo interconfederal a nivel de CEOE y Cepyme con los sindicatos para tener unos criterios en la negociación.
Defiende también que no es el momento de empleo de calidad.
Defiendo que el primer activo de una empresa son sus personas y no hay nada peor que estén en condiciones poco estables, pero hoy un empresario no sabe si su negocio estará abierto el año que viene. En uno o dos años las condiciones serán otras, pero más relevante que la calidad del empleo es que se cree y ese ritmo no se ha cogido aún. No relativizo el contrato fijo, pero si a la empresa le va mal... Para incentivar el empleo hay que reducir costes sociales. El problema en España no es abaratar el despido sino la contratación. Si las cotizaciones han subido en tres años un 12%, dígale a un empresario que contrate y encima, indefinido. El esfuerzo en renta que ha hecho el trabajador hasta ahora supera al del Estado. En lugar de tarifas planas, simplifiquemos. Imagínese empresas de hasta 10 trabajadores que contraten indefinido y que no coticen por él en cinco años. A muchos les interesaría.
Choca que la Junta haya tratado in extremis de abordar un problema como el de la renta antigua en el que ustedes tampoco han actuado.
El propio sector confiaba en una moratoria final pero no se ha tenido esa visión. Se tenía que haber empezado antes una movilización y un periodo transitorio no hubiera sido malo.
En el año al frente de la CEA, ha encarrilado la deuda, ha promulgado un código ético, e incluso aumentando los ingresos por cuotas
Si le soy sincero aún estamos en esto último. Estamos mejor que hace un año, pero nos quedan dos o tres. Desde el punto de vista reputacional si creo que las cosas han cambiado con principios claros de transparencia, participación y gestión eficiente. Tenemos que ser un ejemplo social. Con respecto a este 2015 estoy ilusionado porque creo en las empresas y los empresarios andaluces, que saben adaptarse a una realidad económica que no es ya tan hostil.
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Ignacio Lillo
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