El año de la reválida electoral
Los comicios de 2015 medirán las fuerzas reales del bipartidismo y de Podemos
Javier Recio
Lunes, 5 de enero 2015, 01:17
Reválida. Esta es la palabra clave de este año 2015, donde la política va a tener un interés extraordinario. Se la juega el bipartidismo y también Podemos, porque hasta ahora sólo ha logrado unos resultados espectaculares en las encuestas. Pocas convocatorias electorales han suscitado más expectación que las que se van a desarrollar este año. Hay una que ya tiene fecha, el 24 de mayo, donde los malagueños tendrán que elegir a sus alcaldes. Hay un par de ellas en el alero. En principio se espera que haya generales en noviembre, aunque Rajoy puede prorrogar el mandato hasta principios de 2016. La marcha de la economía y, sobre todo, las perspectivas que marquen las encuestas determinarán cuándo se elegirá al próximo presidente del Gobierno. Y queda la incógnita sobre las elecciones al Parlamento de Andalucía. Los socialistas y los integrantes de Izquierda Unida mantienen en los últimos meses un rifirrafe que hace suponer un ruptura controlada del pacto, aunque es la presidenta Susana Díaz la que tiene la potestad para convocar los comicios. Hay quienes apuestan por una coincidencia con las generales, con lo que se volvería la tradición de celebrar conjuntamente estas elecciones con otras de carácter municipal o general. Griñán, en un gran movimiento táctico, decidió celebrar por separado los comicios para evitar ser arrastrado por la ola anti PSOE que generó el mandato de Zapatero. Le salió bien la jugada y el PSOE evitó la mayoría absoluta de Arenas.
Pero eso ahora es un futurible. Lo seguro es que el 24 de mayo hay elecciones municipales. Si se observa con detenimiento el cuadro situado en la parte superior de la página siguiente cuesta trabajo pensar que los alcaldes de las principales localidades de Málaga puedan perder sus sillones. Los resultados que obtuvieron fueron espectaculares. Las mayorías fueron absolutísimas y siempre se ha mantenido en política que las alcaldías no se ganan por parte de la oposición, sino que las pierden los propios regidores por su mala gestión. Pero claro, esta teoría regía hasta ahora, donde parece que hay un vuelco de la sociedad hacia sus partidos. Hoy todo parece estar en entredicho. Hay una maraña difícil de desmadejar. Sobre todo si se tiene en cuenta que Podemos no se presenta con sus siglas, aunque sí lo hará como agrupación de electores en algunas circunscripciones, capital incluida. Nadie se atreve a cuantificar cómo puede afectar el resultado electoral en las municipales. Llama la atención el miedo que se le tiene a esta nueva formación, sobre todo, si se miran con detenimiento los datos. En Málaga, durante las elecciones europeas, el partido de Pablo Iglesias fue el quinto, llegando a ser superado incluso por UPyD. Hay otro dato que no se puede obviar. En estas elecciones hubo una abstención del 58%. Más de la mitad de los electores se quedaron en casa, por lo que es un factor que hay que tener muy en cuenta para analizar lo que pueda pasar este año electoral.
De entrada, optimismo en todos
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Tanto Elías Bendodo como Miguel Ángel Heredia, líderes provinciales de PP y PSOE, respectivamente, apuntan que salen a por todas en estas municipales. El presidente de la Diputación asegura que en las últimas elecciones locales el PP logró el mejor resultado de su historia, pues gobiernan al 90% de los malagueños. «De entrada tenemos que intentar repetir». Heredia afirma que el PSOE representa «el cambio sin incertidumbres, sin dejar a nadie en el camino. Tenemos que recuperar grandes ciudades y la Diputación. Somos la alternativa real a los gobiernos conservadores». José Antonio Castro, de IU, dice que tienen grandes expectativas, porque PP y PSOE tienen una imagen muy deteriorada y además no se presenta Podemos, «lo que sin duda nos beneficia». UPyD y Ciudadanos ya han mostrado su intención de presentarse como la alternativa real al bipartidismo. De entrada, lo normal. Todos son optimistas.
Gran batalla en la capital
Se van a librar grandes batallas. Una de ellas será la de la capital, donde se va a medir el tirón de Francisco de la Torre, que se presentará por cuarta vez. Parte con una ventaja muy holgada, ya que puede permitirse el lujo de perder hasta tres concejales, pero las últimas europeas encendieron el piloto rojo. Por primera vez en muchos años el PSOE fue el partido más votado en la capital. María Gámez tendrá la que seguro que es su última oportunidad, pues ya perdió en los pasados comicios. La dirigente socialista tiene el aliciente de que la marca PP está en retroceso y lleva más de un año recorriéndose todos los barrios y asociaciones de la ciudad en un cambio de estrategia que espera le dé buenos resultados. En la recámara cuenta con Izquierda Unida, que sin duda pactaría con los socialistas para desbancar a De la Torre. La coalición está inmersa en un proceso de convergencia muy lioso con la plataforma Ganemos. El anhelo de la coalición era ir de la manos de Podemos, pero la nueva formación ya da por merendada a IU y tiene puesta su mira en el PSOE. Eduardo Zorrilla no lo tendrá fácil para conseguir repetir los tres ediles, aunque los votantes de la coalición suelen ser bastante fieles.
La verdadera fuerza del bipartidismo se va a visualizar en la Costa del Sol, donde sus municipios están gobernados por el PP y la principal fuerza de la oposición es el PSOE, cuyos candidatos son en principio los llamados a relevar a los populares. Es difícil imaginar que en pueblos como Torremolinos, Nerja o Fuengirola pueda haber un desgaste tan grande como para quitar al alcalde. Fernández Montes y Armijo parecen muy consolidados, como lo estaba Oña, por lo que habrá que ver el tirón de su sustituta, Ana Mula. Hay pueblos donde los primeros ediles doblaron o casi lo hicieron a los segundos, como en Rincón, Mijas, Marbella Estepona o los dos alhaurines, donde una derrota de sus alcaldes sólo podría verse como una hecatombe. En estos municipios, además, el fenómeno Podemos fue prácticamente insignificante en las elecciones europeas.
Donde sin duda habrá una lucha encarnizada será en Antequera, Vélez y Ronda, que cayeron a manos de los populares en las últimas municipales por los pelos. Estas plazas serán un buen banco de pruebas para contemplar si efectivamente la labor de un alcalde puede ayudar a desequilibrar la balanza. Los socialistas están convencidos de que mantendrán su hegemonía en los pequeños pueblos del interior, que salvo contadas excepciones es territorio vedado para los populares, que esperan mantener la Diputación otros cuatro años.
Oportunidad de ahogar el fenómeno 'Podemos'
Las municipales se presentan muy interesantes y pueden resultar determinantes para las ulteriores convocatorias. PP y PSOE lo saben. Como saben que tienen una gran oportunidad de ahogar al fenómeno Podemos, que no se presenta con sus siglas, lo cual es una ventaja para los dos grandes partidos. Si el bipartidismo salva los muebles en estos comicios es muy probable que frenen el aumento de Podemos, pues al final se visualizará que la mayoría de los alcaldes son del PP o del PSOE. Este hecho inyectaría moral a las dos formaciones, que actualmente viven en una zozobra permanente. Ese es el peligro que tiene la táctica adoptada por Podemos, que puee sufrir una erosión si el votante no conecta con sus agrupaciones de electores, bien porque no las identifica bien porque sus candidatos no les resultan con tanto tirón como su líder nacional. Han apostado por jugarse el órdago a la grande, el de las elecciones generales, donde tendrán su verdadera reválida. También se la juegan los otros dos partidos emergentes, UPyD, que salió bien parado en las europeas, y Ciudadanos, que hasta ahora no ha tenido una gran respuesta social en Málaga. Sin duda, ambas formaciones tendrían mejores augurios si se hubieran presentado unidas, pues el electorado no encuentra, al menos grosso modo, grandes diferencias entre ambas, lo cual perjudica los intereses de cada una de ellas.
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