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Imagen de los Baños del Carmen en la actualidad
El verdadero origen de los Baños del Carmen

El verdadero origen de los Baños del Carmen

En la playa donde hoy se asienta Balneario había en realidad un monte con torre vigía que se demolió para hacer la ampliación del Puerto de Málaga. Las rocas se transportaban en barcazas

Ana Pérez-Bryan

Viernes, 21 de octubre 2016, 21:12

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Visto así, en pie por mucho que pasen los años, parece que la playa de los Baños del Carmen y su Balneario siempre han estado ahí para el disfrute de los malagueños. Pero nada más lejos de la realidad. La historia de este espacio emblemático que abrió sus puertas el 16 de julio de 1918 hunde sus raíces en otra transformación histórica para la capital: la ampliación del Puerto de Málaga, una necesidad que se volvió imperiosa a finales del siglo XIX ya que las instalaciones portuarias llevaban décadas prestando servicio sin que se realizaran las correspondientes obras de mejora.

Ahora bien: ¿Qué relación hay entre los Baños del Carmen y el Puerto de Málaga, si están separados por una generosa franja de mar y de costa? La respuesta está en el monte de San Telmo, que ocupó hasta el año 1880 la totalidad del espacio actual Balneario. Allí no había ni playa ni nada que se le pareciera, sólo la montaña -con una torre vigía de la época nazarí- que fue utilizada como cantera para extraer la piedra que serviría a la ampliación del Puerto de Málaga. Ahí está el nexo: las autoridades de la época decidieron que esa montaña sería dinamitada para suministrar de roca al vecino puerto.

La compleja operación se fraguó en varios frentes: en primer lugar, las crónicas de la época aún recuerdan la espectacular voladura del monte de San Telmo, que tuvo lugar el 24 de febrero de 1880. Los escasos vecinos que habitaban los alrededores de San Telmo fueron desalojados en un radio de más de medio kilómetro y se tomaron otras medidas de seguridad adicional, como establecer un radio de seguridad marítima de 1.000 metros. La mañana de la explosión queda para el recuerdo con dos estampas paralelas: por un lado una extraordinaria concentración de curiosos que llenaron el muelle del Puerto, Monte Sancha o Gribralfaro para no perderse ningún detalle; y por otra las familias que asustadas por la magnitud que representaba la voladura de una montaña decidieron salir de Málaga hacia pueblos cercanos y sus fincas de campo.

La demolición de la montaña se desarrolló sin incidentes, y a partir de ese momento se construyó a los pies de la cantera un pequeño embarcadero -denominado Puerto de la Cantera según los planos históricos de Emilio de la Cerda de los años 1894 a 1898- desde el que partían las barcazas cargadas de roca desde San Telmo al Puerto de Málaga.

Sin embargo, pronto se adivinó que esta cantera no era suficiente para abastecer la obra de ampliación, ya que los técnicos esperaban extraer más de 700.000 metros cúbicos de piedra caliza pero seguían necesitando más después de otras voladuras de la montaña. Así fue como surgió la opción de la cantera de los Almellones, situada más al este y ya demasiado lejos del Puerto como para transportar las piedras por mar. La solución fue construir una línea de ferrocarril para llevar las piedras desde la cantera de Almellones a la de San Telmo y de ahí desplazar el material en las barcazas hasta el Puerto de Málaga. La línea de ferrocarril, que se terminó en 1886, fue además el germen del tren posterior a Vélez.

Cuando el Puerto de la Cantera perdió su funcionalidad comenzó su abandono, hasta el punto de que fue parcialmente demolido en los primeros compases del siglo XX. Pero aún aguardaba otra sorpresa en la zona: las escolleras sumergidas comenzaron a recibir aportes de arena de una forma natural, el agua quedó estancada y surgió una laguna de poca profundidad -bautizada como la laguna de Pedregalejos- que hizo las delicias de los que las disfrutaban, sobre todo de los más pequeños. Así permaneció la zona durante unos años hasta que finalmente la laguna se desecó para comenzar la obra del Balneario de los Baños del Carmen... y con ella otra etapa diferente en la historia local del último siglo.

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