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Federico Rubio, Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío.
Giner de los Ríos: el primer español moderno

Giner de los Ríos: el primer español moderno

Se cumplen cien años del fallecimiento del malagueño que revolucionó el sistema educativo español

Antonio Javier López

Domingo, 22 de febrero 2015, 01:31

Miguel de Unamuno lo consideró «el Sócrates español» y para el hispanista J. B. Trend fue «el primer español moderno». Ambas definiciones las recuerda José García-Velasco, uno de los máximos especialistas en la vida y la obra de Francisco Giner de los Ríos (1839-1915), el intelectual y docente malagueño que revolucionó la pedagogía en España entre finales del siglo XIX y los primeros compases del XX.

Acaba de cumplirse el centenario del fallecimiento de Giner de los Ríos y la efeméride trae de nuevo a la actualidad la figura de un personaje clave para entender el tránsito hacia la modernidad de la sociedad española en la bisagra entre ambos siglos. «Oyes ahora hablar del Informe de Pisa y algunas de las cosas que promulga las defendió Giner hace 150 años», defiende García-Velasco, secretario de la Fundación Giner de los Ríos.

Justo la creación en 1876 de la Institución Libre de Enseñanza figura como uno de los principales hitos en la trayectoria del humanista rondeño, artífice también de la Residencia de Estudiantes, de las Misiones Pedagógicas y de la Junta para la Ampliación de Estudios. Esas cuatro instituciones representaron la punta de lanza del pensamiento y la acción de un grupo capitaneado por Giner de los Ríos y que incluía, entre otros, a Manuel Bartolomé Cossío, Gumersindo de Azcárate o Nicolás Salmerón.

La nómina de intelectuales y artistas que participaron en aquellas experiencias docentes se pierde en la historia del arte, de la ciencia y del pensamiento de España en los primeros compases del XX. De Leopoldo Alas Clarín a José Ortega y Gasset, de Antonio Machado a Severo Ochoa, de Santiago Ramón y Cajal a Joaquín Sorolla, de Albert Einstein a buena parte de la Generación del 27.

«La principal propuesta de modernización de España es la que hace no sólo Giner, que es la cabeza de un grupo muy brillante de profesionales, agrupados en torno a la Institución Libre de Enseñanza, que realizan una propuesta muy elaborada durante mucho tiempo y que ha tenido una incidencia enorme sobre la historia de la cultura en el mundo, porque algunas de las obras que se proyectan a través de Giner atraviesan el Atlántico y afectan de manera decisiva, por ejemplo, a la historia del México moderno a través del papel de los exiliados», establece García-Velasco.

Toma la palabra el profesor de Historia de la Universidad de Málaga (UMA), Fernando Arcas: «La labor de Giner de los Ríos supone la introducción en España del europeísmo, de la filosofía liberal, del laicismo y de la pedagogía moderna». Se trataba de la aplicación práctica de las teorías del pensador alemán Karl Christian Friedrich Krause, defensor de una pedagogía basada en la libertad y en la participación del individuo.

«Para Giner y sus compañeros la educación no estaba preocupada por la acumulación de saberes, sino por la formación integral. Tan importante como el intelecto era la educación de los sentidos, la ética o la formación moral. Para Giner y los suyos la clase era un taller, no una jaula», aporta García-Velasco.

El protagonismo malagueño en un grupo de pioneros

  • Francisco Giner de los Ríos no estuvo solo en su aventura de reformar desde los cimientos el edificio educativo español. Tuvo numerosos compañeros. Y también muchos paisanos malagueños. Por ejemplo, Alberto Jiménez Fraud ocupó la dirección de la Residencia de Estudiantes a la que llegó José Moreno Villa como estudiante de Química y de la que salió como delicado poeta. Recuerdan el protagonismo malacitano de aquella efervescente escena nacional el secretario de la Fundación Giner de los Ríos, José García-Calvo, y el profesor de Historia de la Universidad de Málaga, Fernando Arcas. Ambos citan al abogado y político Pedro Armasa Briales, al científico Modesto Laza, al poeta José María Hinojosa o al crítico de arte Ricardo de Orueta como algunos de los malagueños que tomaron parte en aquel afán de modernización compartido.

El secretario de la fundación dedicada al intelectual malagueño incide en el papel crucial de los proyectos emprendidos por Giner de los Ríos en la modernización del país en un periodo político convulso. No en vano, la InstituciónLibre de Enseñanza fue la respuesta de Giner y sus compañeros a la decisión del gobierno de Cánovas de apartarlos de sus cátedras por su defensa del laicismo en la educación.

Un librepensamiento unido a una visión lúdica de la formación y de la vida. Lo escribió el propio Giner de los Ríos: «Lo que más necesitan, aun los mejores de nuestros buenos estudiantes, es mayor intensidad de vida, mayor actividad para todo, en espíritu y cuerpo: trabajar más, sentir más, pensar más, querer más, jugar más, comer más, lavarse más, divertirse más». He aquí un maestro.

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