El proyecto de remodelación del acceso a Arroyo de la Miel entra en su última fase

::El proyecto de remodelación del acceso a Arroyo de la Miel desde la A-7, uno de los principales puntos negros de la provincia, comienza a tomar forma. El Ministerio de Fomento abrirá las ofertas presentadas el próximo 6 de junio, último paso antes de adjudicar las obras, que tendrán un coste de 17 millones de euros, cantidad que se recoge de forma plurianual desde 2016 hasta 2021 en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Una glorieta, similar a la situada junto a Plaza Mayor, reducirá los problemas que cada día genera este tramo. Las retenciones en horas punta obligan a los conductores que van a tomar el desvío a invadir el arcén y convierten el kilómetro 222 en uno de los puntos más peligrosos del litoral malagueño. Tras las obras, el acceso a Arroyo de la Miel será independiente y contará con dos carriles.

El proyecto contempla un total de siete estructuras -dos pasos inferiores, la ampliación de un paso inferior ya existente y cuatro muros- e incluye pavimento fonoabsorbente en capa de rodadura y 876 metros de pantallas acústicas. La ejecución del proyecto resolverá los problemas de circulación en este nudo de comunicación vial, por el que transitan más de 15.000 vehículos cada día y que se ha convertido en la principal entrada a Benalmádena. De momento, los atascos siguen provocando que los conductores que van a tomar el acceso tengan que esperar durante varios minutos en el arcén mientras a su izquierda el resto de vehículos circulan a velocidades propias de una autovía, sin posibilidad de mantener la distancia a la que obliga la ley.

Este acceso supuso la principal piedra en el zapato de todos los alcaldes de Benalmádena desde hace dos décadas hasta que, en la anterior legislatura, la exregidora Paloma García Gálvez anunció que el Ejecutivo central destinaría una partida de dos millones de euros para el inicio de las obras. García Gálvez asegura que será «el proyecto más importante en materia de infraestructura de las últimas décadas en Benalmádena».