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Mari Carmen Jaime
Viernes, 12 de septiembre 2014, 01:33
A estas alturas del mandato está claro que el PSOE de Fuengirola atraviesa uno de los peores momentos de su historia. Y por si quedaban dudas, el que fuese mano derecha del secretario general de la agrupación, Javier García León, hizo oficial ayer la renuncia a su acta de concejal con un escrito presentado en el Ayuntamiento. A día de hoy, son ocho los miembros de la agrupación que han pasado por los cinco escaños que la agrupación obtuvo en las últimas elecciones municipales. De la formación original, sólo mantienen su puesto el líder, Javier García León y Trinidad Díaz.
Los resultados de las últimas municipales otorgaron cinco de las 25 actas de concejales a la agrupación socialista. La propuesta dirigida por el también diputado García León había obtenido escaños para él y, por este orden, para Johanna Forssell; Carmen Segura; Antonio Castillo y Samuel García Tamajón. El primer golpe de efecto lo dio la número tres, que renunció antes incluso del nombramiento oficial, permitiendo que Trinidad Díaz se sentase en su lugar ya en el pleno de la toma de posesión. Unos meses después en noviembre de 2011 Castillo anunció su abandono de la militancia denunciando presiones por parte de la agrupación para que cediese su acta a un compañero, pero no renunció a su acta de concejal. Fue a mitad del mandato, en julio de 2012 cuando, aludiendo a motivos personales, el veterano fuengiroleño dejó de formar parte de la corporación local. Juan Pedro Álvarez ocuparía su lugar.
La aparente vuelta a la normalidad se mantendría hasta junio del pasado año; momento en que tres de los miembros Forssell, García Tamajón y el propio Álvarez presentaron otros tantos escritos para destituir de su cargo al portavoz, que pasaría a manos del último edil llegado a la bancada socialista.
Entonces se evidenció la existencia de dos facciones en la agrupación. La división entre la secretaría general en manos de García León y la de Organización ostentada por García Tamajón complicó la convocatoria de elecciones para renovar la ejecutiva local, retrasando hasta diciembre unos comicios a los que concurrieron dos candidaturas, la del propio García León que revalidaría su puesto y una segunda encabezada por la representante de origen sueco.
Tensa calma
El presente año comenzó en la agrupación fuengiroleña con una doble batalla: de un lado, recuperar la unidad interna del partido, claramente dañado por esta lucha interna. Por otra parte, mantener las formas en cada una de las sesiones plenarias, donde cada vez se hacía más evidente que, pese a que existía una nueva estructura de funcionamiento, los ediles seguían divididos.
En las últimas semanas, los cambios han vuelto a sucederse. Forssell, muy activa en redes sociales pero desmarcada ya de la política local fuengiroleña, renunció a su acta, que juraría en el pleno de agosto Leonor Basallote, una joven discapacitada visual que atesora años de militancia activa en la ciudad. Casi al mismo tiempo, Álvarez anunciaba su abandono de las filas del partido, aunque no su renuncia al acta de concejal que se obtienen a título personal de manera que, actualmente, mantiene su escaño como edil no adscrito. Con la renuncia de García Tamajón, sobre la que la dirección local no se ha querido pronunciar, la teoría dice que Diego Vega Rodríguez sería noveno militante socialista en ocupar uno de los cinco sillones que tiene el partido en la corporación.
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