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HORIZONTES CERCANOs

Polémicas e ilusiones

Rando Soto pintará en Fitur un cuadro d ela Buena Muerte. De cómo Pepe Palma supo que iba a realizar el cartel de Semana Santa. Carlos Monserrate finaliza cuatro murales en el Corpus Christi. Carlos Álvarez comienza la fase más importante de su recuperación. La feliz noticia de Luz Casal. La polémica del Guadalmedina. El museo Thyssen Málaga se exhibe en Madrid. El controvertido reportaje televisivo sobr Amparo Muñoz. Málaga y Torremolinos 'inauguran' antes que nadie Fitur

PEDRO LUIS GÓMEZ

Domingo, 16 de enero 2011, 16:31

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Un enorme cuadro del Cristo de la Buena Muerte en su trono procesional de 1,80 metros de alto y 1,10 de ancho en 72 horas y en directo delante del público. Ese es el reto y la excelente idea que Málaga va a poner en práctica en Fitur con el pintor Rando Soto como protagonista. El artista, acostumbrado a hacer monumentales obras (en la foto, una de sus Visiones de Málaga), está más que ilusionado y hasta ha decidido aplazar sus citas con el doctor Alfonso Daura, que le va a «arreglar un asuntillo de la boca», para desarrollar el que puede ser uno de los grandes atractivos de Fitur, que comienza el próximo miércoles en Madrid y a la que la Costa del Sol asiste en plenitud aunque con los lógicos recortes de una crisis que tiene a todo el mundo medio ahogado. La Feria Internacional de Turismo de Madrid, que dirige una enamorada de Málaga como es Ana Larrañaga, es una feria importante para los intereses costasoleños porque nuestro primer mercado es el patrio, o sea, que el mayor número de turistas de los que vienen cada año son españoles. Por eso esta feria, que corrió el gravísimo riesgo de quedar en una simple pasarela de vanidades, ahora toma un sentido profesional que la ha situado por su propio peso en el mercado internacional. En fin, que ver a Rando Soto en plena faena en mitad del pabellón 3, delante del expositor de la ciudad de Málaga, puede ser todo un espectáculo, y la gente se quedará admirada. En Fitur, el Ayuntamiento de Málaga, y más concretamente el área de Turismo que dirige Elías Bendodo, el tema cofrade y de la Semana Santa como atractivo turístico tendrán un gran protagonismo. La idea se quiere llevar también a Berlín a la ITB, pero en Alemania se puede contar con un fichaje galáctico: el pregonero de la Semana Santa de este año, o sea, nada más y nada menos que Antonio Banderas. Mejor reclamo publicitario y turístico, imposible.

Málaga tiene que apoyarse en sus hijos famosos en la promoción turística, eso es incuestionable, sobre todo cuando los protagonistas siempre están dispuestos. Por eso extraña que no se eche mano de Carlos Álvarez, por ejemplo, o de Remedios Cervantes, quienes, por cierto, no han sido invitados a ninguno de los actos que se desarrollarán en la capital de España ni a nivel local, ni provincial, ni autonómico... Carlos Álvarez, por cierto, nuestro universal barítono, comienza ahora la fase más crucial e importante de su recuperación. Lleva más de dos años luchando con ejemplar entrega y superación contra los problemas de garganta que le tienen alejado de los escenarios operísticos y que le obligaron a suspender sus actuaciones por medio mundo. El barítono ha confiado ciegamente en la medicina malagueña, ya que todas las operaciones quirúrgicas a las que ha sido sometido (creo que han sido tres) se han hecho en Carlos Haya. Carlos, siempre optimista, está convencido de que su recuperación será total y real en pocos meses y que volverá a cantar pronto. Eso lo deseamos todos y cruzamos los dedos para que así sea. Recuperada a Dios gracias está Luz Casal, malagueña consorte, ciudadana del mundo, cantante excepcional y persona admirable: retorna a los escenarios. Es la mejor de las noticias. Desde este rincón de papel, mi más profundo y sincero cariño y admiración.

Volviendo a los temas cofrades, que ya comienzan a copar el calendario, referirnos a la gran acogida que ha tenido el cartel anunciador de la Semana Santa de Málaga, que, realizado por Pepe Palma, es más anunciador y cofrade que nunca. Pocas veces un cartel ha expresado tantas cosas a la vez, ha tenido tanto significado. Pepe Palma, malagueño, cofrade y pintor, estaba en la boda de Eduardo Nieto y Begoña el 13 de noviembre en la Venta José Carlos. Estaba en la misma mesa que el vicepresidente de la Agrupación, Jesús Castellanos, quien le dijo que quería verlo el lunes (se refería al día 15) «para tratar un tema muy importante». No hubo más diálogo sobre el tema, y gran parte de la conversación de la mesa, teniendo en cuenta sus protagonistas, versó sobre Semana Santa y arte, y Palma dijo en voz alta: «Quien vaya a hacer el cartel de este año (de la Semana Santa) ya lo debe tener medio listo»... Ignoraba Palma en aquel momento mientras Eduardo y Begoña incluso bailaban malagueñas en una de las bodas más escénicas que uno recuerda, que el elegido había sido él y que por tanto ni siquiera había montado el caballete... Son las cosas que conforman la intrahistoria de las cosas, los pequeños detalles de las grandes cosas. Lo cierto es que el cartel, vistoso, atractivo y cartel por encima de todo, levanta elogios unánimes de quienes lo contemplan. La obra, por cierto, desde el viernes pasado y hasta que finalice la Cuaresma, permanecerá expuesta al público en el Museo de las Cofradías, esa pequeña joya que se ha creado en el Palacio de San Julián.

Seguimos hablando de pintores y de arte sacro: el malagueño Carlos Monserrate ha realizado cuatro grandes obras para la parroquia del Corpus Christi, en Pedregalejo. Son pinturas alegóricas de gran tamaño relativas al Santísimo Sacramento. La técnica empleada es óleo sobre lienzo. Los títulos son Los discípulos de Emaus, Alegoría del cuerpo de Cristo, Alegoría de la sangre de Cristo y Jesús y la samaritana. Esta última la ha terminado recientemente. Son cuadros de gran tamaño que atesoran mucha calidad, como se demuestra por los elogios que recibe Monserrate de las personas que ven las pinturas en la iglesia. Un activo cultural más para Málaga, sin duda alguna.

La semana se cierra con una polémica y un mal sabor de boca, y la próxima comenzará con una gran ilusión. Lo explico: polémica por la solución al Guadalmedina, tema recurrente al que acuden los políticos (todos, los de uno y otro partido) cada vez que unas elecciones asoman la nariz por alguna esquina, por lo que por mucho que digan unos y otros, el ciudadano asiste tan escéptico como incrédulo al debate. Lo que tienen que hacer es solucionarlo, como lo han hecho en Valencia o en Almería, o es que aquí somos menos o más torpes... Eso, que lo hagan ya que llevamos siglos con una enorme cicatriz que nadie ha sido capaz de arreglar.

Mal sabor de boca para quien está enamorado de su profesión (la periodística) y asiste a la degradación de la misma gracias a la televisión y a esos programas del corazón que deberían estar prohibidos: el reportaje sobre el estado actual de Amparo Muñoz, que se encuentra gravemente enferma, la presencia en el plató de quien fuera su marido y mentor para que entrara en el terrorífico mundo de la heroína, un tal Flavio Labarca, y el show de una de las contertulias compusieron un esperpéntica escenografía que no tiene motivo, justificación ni, por supuesto, lógica. Allá cada cual con su conciencia y con sus actos, y el deseo de que Amparo supere su delicado estado de salud y un ruego: que la dejen en paz. Tampoco es mucho pedir.

Y la ilusión llega con la semana que comienza gracias a la exposición que se inaugurará el martes en el Museo Thyssen de Madrid de la parte fundamental de la colección que conformará el Museo Thyssen Málaga, y que será el acto central de la capital de la Costa del Sol en Fitur, que este año de la mano de Málaga y de Torremolinos, con la popular cena del pescaíto, vuelve a adelantarse a todos un día.

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