Javier Ojeda elogia el carácter "extravagante, loco y distinto" de Málaga

El líder de Danza Invisible, Javier Ojeda, "un tipo poco folclórico", como él mismo se definió, dio esta noche, desde la playa de La Malagueta, la bienvenida a la Feria de Málaga, ciudad a la que dijo amar con "sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas" y a la que calificó de "extravagante, loca y distinta".

Así, ante los ojos de los millares de malagueños se mostró emocionado y aseguró que es "algo de lo más grande que me ha ocurrido en la vida", aunque reconoció que no daba crédito "a que un tipo como yo, tan atípico, tan poco folclórico, esté aquí delante de todos vosotros, flanqueado por las autoridades municipales, dispuesto a pregonaros vivos".

Añadió que para "extravagante" es "este extraño pregonero", reconociendo que es "especialista en vestirse de bicicleta cuando se supone la media etiqueta, como alguna autoridad municipal ha podido comprobar con asombro, o en ponerse corbata cuando lo propio es ir de sport".

En el pregón tuvo palabras para la música, su profesión, de la que dijo que no se puede escoger, sino que, al contrario, "es ella la que te elige a ti y decide que vas a actuar en su nombre". En este punto, reconoció que "a lo mejor me falta un tornillo", pero lo justificó diciendo que "verdaderamente es necesario que te falte uno para dedicarse a esta profesión". Aseguró que se dio cuenta de que había sido músico "de verdad" hace unos 10 años cuando en una actuación sintió al cantar "algo parecido a ese erizar de piel que me viene cuando escucho alguna canción que me emociona especialmente, y esto ocurrió delante de sólo unas 100 personas".

"Me da igual, la capacidad de abstraerse de este mundo es algo que poco o nada tiene que ver con la tele, las audiencias masivas o el éxito en ventas", aseveró. "No será que en el fondo somos unos románticos, se preguntó Ojeda, al tiempo que contestaba que él lo era y que era "cursi y excesivo, pero también cariñoso y soñador, como esta bendita e inefable ciudad".

Aseguró que "le encanta" que los malagueños sean "alegres, bulliciosos, habladores, salvajemente individualistas", porque, según Ojeda, "no hay una Málaga, sino 600.000 malagueños dispuestos a opinar sobre lo humano y lo divino".

También se cuestionó si la Feria era "muy flamenca", algo que no le importa, ya que "las tradiciones las hace la gente y no por menos flamencos vamos a ser menos andaluces". En este punto, afirmó que su Málaga "es la de la barriada de La Paz, allá donde todas las calles tienen nombres de compositores, la de las discotecas y la de la Caseta de la Juventud".

AMIGOS Y MALAGA

También tuvo palabras para sus amigos, de los que dijo que los tiene "malaguitas y también malaguistas" e, incluso, alguno que otro que "de vez en cuando se pone un poco malaje". "Málaga es pija y merdellona, vanguardista y arrabalera, altiva y orgullosa. Málaga es mi amiga Diana Navarro, pero también el Gordo Master, los niños con las motos, los bacalaeros y los surferos, raperos y rumberos. Ciudad de músicos, ciudad de música".

En este punto, el "pregonero rocanrolero", de nuevo haciendo mención a la música, recordó que "no viene solo" sino que la distinción es compartida por sus "compañeros de viaje", los integrantes del grupo Danza Invisible, presentes en el acto, a los que les dijo "lo mucho que los aprecio y lo grandes que son", "¡Chris Navas, Antonio Gil y Manolo Rubio son también pregoneros por derecho propio!".

Este reconocimiento "es extensible a todos los músicos que he homenajeado en 'Una historia del pop malagueño'" --libro escrito por él--, por lo que pidió apoyo para ellos "en estos tiempos tan difíciles", haciendo una mención especial a la gente joven porque "necesitamos nuevos Danza Invisible, nuevos Tabletones y nuevos lo que sea".

"Nosotros demostramos en su momento que no hacía falta irse de Málaga para forjarse una carrera, aunque es cierto que también pillamos unos tiempos más propicios que los actuales", indicó el vocalista de Danza Invisible.