La Policía acaba con una red de venta de drogas por los barrios radiales

La Unidad Operativa UDYCO estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía, ha realizado dos investigaciones por Tráfico de Estupefacientes. En la primera se tenía conocimiento de que un individuo, al parecer de nacionalidad marroquí, se dedicaba al tráfico de estupefacientes, en concreto cocaína.

Esta persona, desconocida al carecer de antecedentes, se dedicaba a abastecer a otros traficantes sin identificar, por las distintas zonas de la Ciudad y se pudo averiguar que conducía un vehículo Renault modelo Laguna de color Azul y con placas europeas .

Así el pasado 17 y sobre las nueve de la oche, funcionarios de esta unidad detectaron en la carretera de circunvalación, a la altura de la rotonda de la mezquita al vehículo, que hacía maniobras extrañas, para evitar ser seguido, por lo que se procedió mediante el operativo montado al efecto, la detención del vehículo en carretera de Alfonso XIII y su ocupante, el marroquí residente en Melilla O.Z. de 34 años de edad, al que se le intervinieron 71,8 gramos de cocaína, diversa moneda europea y marroquí, tres móviles y el vehículo .

La segunda investigación viene dada al tener conocimiento los investigadores, de que un conocido delincuente, con numerosos antecedentes por tráfico de droga, había vuelto a su actividad delictiva, suministrando estupefacientes desde su domicilio, sito en carretera de Cabrerizas.

Tras comprobar por testimonios de personas adictas a la droga que expendía, en concreto el denominado revuelto de cocaína y heroína , se observó cómo la actividad policial desplegada en las inmediaciones de su domicilio, había alertado a A.R.A. de 51 años natural y vecino de Melilla, y éste había trasladado la droga al domicilio de un colaborador suyo, M.J.G. de 47 años de edad, natural y vecino de Melilla con domicilio en calle Almería, donde se pudo interceptar e intervenir a numerosos compradores de esta sustancia estupefaciente.

A la vista de todo lo anterior, se procedió a la detención de ambos cuando se encontraban en la vía pública, y con sendos mandamientos de entrada y registro se procedió a la incautación de la siguiente droga y efectos: tres papelinas de revuelto, cinco gramos de revuelto, tres pastillas de metadona, varias de Trankimazin, y efectos para el corte y envase de la droga, así como tres gramos de hachís , dinero en efectivo y un teléfono móvil en el domicilio de A.R.A.. En la casa de M.J.G. se encontraron restos de revuelto y 13.6 gramos de hachís..

La tercera investigación viene dada por una denuncia formulada por un farmacéutico de la Ciudad, en donde ponía en conocimiento, que tras una inspección sufrida en su farmacia se había detectado un alto consumo de anabolizantes, sin que en dicho establecimiento se justificase su expedición con la perceptiva receta médica.

Se inicia la investigación, comprobando cómo desde octubre del año pasado a enero, en la farmacia se habían expedido numerosos medicamentos, de los denominados anabolizantes, sin que hubiera control de los mismos, ya que tanto los pedidos como su expedición, deben constar en un soporte informático.

Cuando se comprobó cómo el sistema de seguridad informático de la farmacia, había sido configurado para que no generasen copias de estos pedidos, pudo saberse que se habían vendido 403 cajas de estos medicamentos.

A partir de ese momento, la investigación se centró en un empleado de dicha farmacia M.A.S. de 26 años de edad, natural y vecino de Melilla, el que reconoció haber vendido estos fármacos, si bien al no tener cualificación profesional, desconocía que era obligatoria la presentación de receta médica, si bien reconoció que lleva cinco años trabajando en dicha farmacia, en vista de lo anterior, pasó a disposición judicial, que decretó su ingreso en prisión.