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PRESIDENTE. Sanz recibe complacido los aplausos de sus parlamentarios. / LÓPEZ. EFE
ESPAÑA

Los parlamentarios del PSN acatan la orden del PSOE y dejan que gobierne Sanz

El líder de UPN se convierte por cuarta ocasión en presidente de Navarra en una sesión en la que todos los socialistas se abstuvieron o emitieron su voto en blanco El nuevo presidente autonómico anuncia una próxima reunión con Zapatero

CÉSAR CALVAR

Domingo, 12 de agosto 2007, 04:18

A final no hubo rebelión ni sorpresa de última hora. El candidato de Unión del Pueblo Navarro (UPN) a la presidencia de Navarra, Miguel Sanz, gobernará la comunidad foral bajo la vigilancia atenta de los socialistas, que ayer sábado cumplieron la orden dictada por la dirección del PSOE y facilitaron su reelección, por mayoría simple, al votar en blanco (además de una abstención) en la segunda votación de investidura. Será el cuarto mandato protagonizado por Miguel Sanz al frente de esta comunidad autónoma, que gobernará en minoría con el apoyo de Convergencia de los Demócratas Navarros (CDN) y bajo la amenaza de una moción de censura.

La tranquilidad fue absoluta en todo momento dentro de la cámara. Ni un grito, ni un mal gesto, y felicitaciones al presidente Sanz de todos los grupos parlamentarios, incluidos el Partido Socialista de Navarra (PSN) y Nafarroa Bai (NaBai), las dos formaciones que aspiraban a arrebatarle el Gobierno regional con el apoyo de IU.

Tensión en la calle

Por el contrario, en la calle hubo tensión antes y al término de la sesión, al concentrarse frente a la sede del Parlamento foral un centenar de simpatizantes de Nafarroa Bai y del Partido Socialista de Navarra, que recibieron a todos los electos socialistas y de UPN con pancartas, carteles, pitos y graves insultos.

El resultado de la votación fue el previsto: 24 votos a favor, de los parlamentarios de UPN y de Convergencia de los Demócratas Navarros (CDN); 14 sufragios en contra, de NaBai e IU; 1 abstención y 11 votos en blanco, que computan igual a efectos de la votación, correspondientes a los diputados del PSN.

Los socialistas recibieron en los últimos días numerosas presiones de las bases de su partido y de algunos dirigentes, que les instaron a «rebelarse» contra la orden del PSOE de permitir la investidura de Sanz. Sin embargo, a la hora de depositar las papeletas en la urna, ningún socialista se atrevió a romper la disciplina de partido y votar contra Sanz.

Terminado el recuento, la presidenta de la cámara, la socialista Elena Torres, dio por «otorgada la confianza» al candidato de UPN y anunció que comunicará el resultado «a los efectos de su nombramiento como presidente de la Comunidad Foral de Navarra». Su toma de posesión, según fuentes de la cámara, está prevista para la semana próxima.

La felicidad de Sanz contrastó, al término de la sesión, con su humildad del día anterior en su debate con el portavoz socialista, Roberto Jiménez, a quien ofreció entrar en su gobierno y, tras marcar distancias respecto del Partido Popular, prometió lealtad al Gobierno central, sobre todo en la lucha contra ETA.

Mucho más crecido, ayer utilizó la fórmula «bien está lo que bien acaba» para valorar su reelección. Celebró también que haya «triunfado el sentido común» y prometió trabajar «para que los grupos políticos sean capaces de ponerse de acuerdo» en aras del interés general.

El líder de UPN, que afronta la tarea de gobernar en minoría y bajo la amenaza de una moción de censura, anunció una próxima reunión con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se celebrará después de las vacaciones para normalizar las relaciones entre los Ejecutivos central y autonómico. Esas relaciones se deterioraron a raíz de la manifestación que Sanz convocó en marzo en contra del diálogo con ETA. Para el presidente navarro, ahora «empieza un nuevo período». A su juicio, «no hay distanciamiento de UPN respecto del PP» ni «diferencia de discurso», aunque «quizá la haya de talante».

El secretario general de los socialistas navarros, Carlos Chivite, recordó a Sanz que «ha recibido una lección de matemática parlamentaria» al haber obtenido sólo 24 votos de 50. «Espero que la entienda» y que «aplique» el discurso que hizo en la sesión anterior, que el dirigente del PSN calificó de «moderado» y «de convivencia». «Somos decisivos», recalcó el líder socialista, que anunció que su partido será en esta legislatura «el eje, el corazón y la cabeza» para impulsar un proyecto de progreso.

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