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Ante tanta incertidumbre y arancel, a todos nos entra los miedos por llegar a fin de mes y buscamos recortar gastos de cualquier parte. Aunque ... siempre podemos quitarnos de compras superfluas, hay otros cargos (como el agua, la comunidad, internet...) que son irrenunciables.
En dichos casos, no queda otra que reducir los consumos mes a mes, algo que facilita la propia factura de la luz a través del QR (un código de barras bidimensional que podemos leer gracias a la cámara de nuestro 'smartphone') que incluye la propia comercializadora en el reverso del documento, tanto en su versión física como digital. A través de este código tenemos acceso al comparador de precios del mercado eléctrico de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
El propósito de este comparador es que descubramos qué compañía nos vende más barata la energía en base a nuestros hábitos de consumo, además de facilitarnos el cambio a la mejor opción. El problema para esto último es que necesitamos datos que la mayoría ignora: el tipo de tarifa y potencia que tenemos contratadas, el identificador de punto de suministro (el llamado código CUPS), a cuánto asciende nuestro consumo eléctrico, el precio por kWh... Ahí entra en juego el código QR, porque recopila por nosotros todos los números necesarios y los introduce automáticamente en la herramienta. El proceso es el siguiente:
Busca el código QR en tu factura: suele ubicarse a pie de página, aunque no existe una norma escrita. De hecho, algunas comercializadoras pueden no incluirlo, en cuyo caso no nos quedará otra que acceder manualmente al comparador de la CNMC a través de este enlace.
Escanea el código: si tenemos un iPhone, basta con abrir la cámara y apuntar al código QR hasta que aparezca un enlace en la pantalla, sobre el que debemos pulsar. En el caso de que no podamos replicar el proceso en un terminal Android, deberemos recurrir a aplicaciones externas como Google Lens.
Accede al comparador: al pulsar sobre el enlace accederemos desde el navegador de nuestro móvil a la herramienta de la CNMC, aunque con todos los datos de nuestro consumo ya cumplimentados. No tenemos que hacer nada más que pulsar en 'Continuar' si fuese necesario.
Toma una decisión: ya en la página de resultados podremos consultar nuestro consumo total facturado y un desglose por tramos (punta, llano y valle) si tenemos contratada una tarifa con discriminación horaria. También se nos indicará si estamos sujetos a permanencia o si tenemos contratado algún servicio adicional con nuestra comercializadora.
Justo debajo encontramos la tabla que verdaderamente nos interesa: cuánto hemos pagado en nuestra última factura y a cuánto ascendería si estuviésemos en el mercado libre o el regulado (PVPC, el que depende del precio por horas que suele anunciarse en los medios de comunicación), según corresponda.
El listado resultante puede extenderse bastante, pues incluye el importe de todas nuestras facturas hipotéticas con las distintas combinaciones de comercializadoras y tarifas disponibles. Pinchando en cada una se detalla, además, cuánto hubiésemos pagado con cada empresa por nuestra última factura, así como los detalles específicos de la oferta que más nos conviene. Si nos interesa acogernos a ella resulta tan fácil como pinchar en la 'web de la oferta' enlazada por la propia CNMC.
En las tarifas con discriminación horaria acogidas al precio regulado, lo ideal es usar los electrodomésticos que más consumen en las horas más baratas. Conocerlas es tan sencillo como descargar la aplicación 'redOS' en nuestro teléfono y pulsar sobre el recuadro amarillo en 'Precios minorista': obtendremos una gráfica por horas que nos indicará cuándo es mejor poner el lavavajillas o la lavadora. Hacerlo siempre así supondrá una diferencia significativa en el coste mensual de nuestra factura. Tampoco está de más comprobar si tenemos contratada más potencia de la que realmente necesitamos, obrando en consecuencia.
Otros consejos habituales que no siempre tenemos en cuenta son la instalación de bombillas led en toda la casa (consumen un 80% menos que las incandescentes); subir las persianas y descorrer las cortinas para aprovechar la luz natural y, por descontado, apagar aquellas luces que no estemos usando. A este último respecto, son útiles las bombillas inteligentes asociadas a sensores de presencia, que se apagan automáticamente cuando abandonamos una habitación o salimos de casa, gracias a la geolocalización de nuestro móvil.
Más clásicos que conviene recordar: adquirir electrodomésticos con etiqueta energética A o superior; usar lavadora y lavavajillas en modo 'eco' y solo cuando estén llenos; tapar las ollas al cocinar para ahorrar tiempo y energía; aprovechar el calor residual de la vitrocerámica en los últimos minutos de las preparaciones; instalar regletas con interruptor para evitar el 'consumo fantasma' de los pilotos rojos y usar un termostato inteligente junto a técnicas de control de la temperatura como ventilar a primera hora del día en verano (a mediodía en invierno) y cerrar las puertas de las zonas climatizadas. Todo ello pondrá su granito de arena para recortar nuestra factura de la luz.
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