El nuevo Messi aprende a descansar con Tito Vilanova

No se sabe si será por el poder de persuasión de Tito Vilanova o quizás tenga que ver con la madurez que conlleva su reciente paternidad, pero lo cierto es que Messi está sorprendiendo esta temporada por aceptar algo tan importante para un futbolista como es el descanso. Parece algo lógico, pero no lo es. Pep Guardiola no supo convencerle nunca y tuvo algún conflicto con el argentino, que quería jugarlo todo para sumar goles, asistencias y victorias a su impresionante currículum. Sin embargo, a solo tres goles (82) del récord de 85 de Gerd Müller en un año natural (1972), ve con buenos ojos no participar en la vuelta de dieciseisavos de final ante el Alavés, una eliminatoria resuelta tras el 0-3 de la ida. Un partido menos para entrar en otro apartado de la historia. Le queda un mes para lograrlo: cuatro partidos de Liga y uno de 'Champions' que quizás se pierda porque también es intrascendente. Si mantiene su ritmo anotador, no solo caerá el récord, sino que se acercará a los 90. Pero nunca se sabe.

«No creo que Messi esté jugando pensando en conseguir este récord. Él solo piensa en ganar. El otro día pudo haber marcado más goles al final del partido contra el Levante y en lugar de buscar el uno contra uno prefirió dar balones a jugadores mejor colocados. Si solo pensara en esto me habría pedido jugar este partido (el del Alavés), pero no ha sido así», explicó Tito Vilanova, quien recordó: «En la Copa no ha eliminatoria resuelta. Siempre hay sorpresas y hay que cerrarla».

El partido ante el Alavés, además, era de lo más propicio para Messi, pues el equipo vitoriano, líder de su grupo en Segunda División B, viajó sin sus dos porteros titulares, Miguel Martínez y Urtzi Iturrioz, ambos lesionados.