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Melilla

El ministro José Manuel García-Margallo recibe el título de Hijo Adoptivo de Melilla

El diputado por la ciudad entre los años 1977 y 1982 dijo que la recibida ayer es la distinción «más querida e importante» para él

Á. J. M.

Domingo, 16 de septiembre 2012, 03:30

El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo y Marfil, es desde ayer Hijo Adoptivo de Melilla. El que fuera diputado por la ciudad entre los años 1977 y 1982 recibió esta distinción en un acto en el que, además de cumplirse el acuerdo del Pleno de la Asamblea de Melilla del 15 de junio de 2012, también se entregaron dos placas a título póstumo a los senadores Rafael Ginel Cañamaque y Juan Ríos García, medida acordada por el Consejo de Gobierno el pasado 13 de septiembre.

Después de que los familiares de los dos senadores que representaron a Melilla en las mismas legislaturas que Margallo recogiesen estas placas y de que el presidente de la Ciudad destacase la labor de todos ellos, el ministro comenzó su intervención diciendo, notablemente emocionado, que el de ayer era uno de los discursos más difíciles de su trayectoria. Pese a haber llegado a su posición actual de ministro de Exteriores y haber recibido alguna que otra distinción, García-Margallo dijo que la de Hijo Adoptivo de Melilla es «la más querida y la más importante».

El popular, que agradeció a todos los miembros de la Asamblea la concesión de este título, rememoró la vinculación de su familia con Melilla, desde su bisabuelo, el general Margallo, a su abuelo, también militar, y así cinco generaciones, hasta llegar a sus hijos.

El ministro también recordó que la determinación de los parlamentarios de Melilla y Ceuta llevó a la firma en solitario de una enmienda que intentaba modular y reforzar el artículo II del anteproyecto de la Constitución, referente a la unidad de España, y en la que se hablaba de la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles.

García-Margallo aseguró que, en su época como diputado, «hicimos muchas cosas y queríamos haber hecho muchas más. Si algo nos caracterizaba en aquel momento es que la gente nos votaba porque éramos limpios, creíamos en lo que decíamos y decíamos lo que creíamos. No había una gota de marketing en una actuación política improvisada».

El popular destacó que «abrimos el camino de la autonomía para la ciudad», aunque no se consiguió lo que se quería, que era la integración en la Comunidad Autónoma de Andalucía, y hubo que abrir otra vía.

También apuntó que «esa autonomía la habéis aprovechado de una forma ejemplar». Así, dijo que el año pasado, cuando llegó en su barco 'Rusadir' a Melilla, le impresionó lo que había avanzado la ciudad. «El ejemplo que Melilla ofrece es que el autogobierno es algo con España y por España, no contra ella». Citando la primera estrofa del himno de la exposición regional valenciana, rememoró que el Rey Alfonso XIII preguntó durante su inauguración si este himno era separatista, a lo que le respondieron que escuchase. La primera estrofa dice así: «Para ofrecer nuevas glorias a España, vengamos todos juntos a una voz». El popular remarcó que «esa es la autonomía que yo entiendo, el autogobierno de los asuntos propios, la integración competitiva para hacer más grande España, que España sea más grande en la UE y en un mundo globalizado». Lo contrario, dijo, dividir, separar y restar, llevará a la inacción, la irrelevancia y la desaparición de las regiones que opten por la secesión y debilitará a España. Esa división, dijo, impide que se haga lo que el presidente del Gobierno le ha encargado: ser la voz de España en el exterior, algo en lo que el cree que se debe «hablar como un país grande, actuar como un país grande y ser una gran nación.

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