El Cánovas renueva a Marsillach

Es posible encontrarse con alguien interesante en el metro. Quién sabe. Pero de ahí a llevarlo al altar va un trecho. A no ser que hablemos de una comedia romántica. En cine o en teatro. Ahí está la pareja protagonista de 'Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?'. Primero fueron José Sacristán y Concha Velasco. Luego, Juan Diego y María Luisa Sanjosé. Más tarde, Fernando Guillén y Rosa María Sardá, y Pedro Osinaga y África Gonzalbes. Y ahora Javier Castro y Belén Lario de Blas son esos dos pasajeros que se encuentran en un vagón bajo tierra y que, tres meses después, se dan el 'sí quiero'. Su historia y todo lo que ocurre después se puede ver este fin de semana (hoy con entrada gratuita con motivo de la Noche en Blanco) en el Teatro Cánovas.

Bajo la dirección de José María Roca, Producciones Imperdibles se encargan de poner en escena en el escenario del Ejido este clásico de Adolfo Marsillach que recorre con humor las situaciones cotidianas de pareja con el trasfondo de la España posterior a la Guerra Civil.

Estrenada en 1981 en Madrid, a la obra «se le notaba mucho el paso del tiempo». Lo ha comprobado su protagonista, Javier Castro, que ha descubierto mucho sobre la evolución de la sociedad española: «¿Cómo pudimos sobrevivir de esa forma? Hemos cambiado muchísimo». De ahí que la compañía sevillana haya tenido que hacer algún que otro retoque al texto original. Básicamente, potenciando el humor y enriqueciendo a los personajes. Eso sí, como recordaba Castro, siempre intentando mantener el «equilibrio entre contenido y actualización». Porque, al fin y al cabo, los conflictos de pareja son un tema universal y, sobre todo, atemporal. No lo son tanto las dificultades a las que se enfrentaban las generaciones de aquellos cuarenta años de historia. Para prueba, aspectos como la moral social, el miedo, la religión o la represión sexual.

Lenguaje fácil de entender

«Cuando decidimos hacer este montaje, a lo primero que nos enfrentamos fue a la complejidad de trasladar a la sociedad de hoy una visión muy intemporal, pero con un lenguaje que el público pudiera entender», explicaba Castro en referencia a una obra en la que aparecen los lugares que se frecuentaban en otra época, las noticias de radio, las canciones de moda o incluso los anuncios.

Una obra con la que Producciones Imperdibles se desvían en cierta forma de esa línea de investigación que tradicionalmente les ha caracterizado. «Es una forma de retomar la sencillez y trabajar el texto. Aquí eres tú el engranaje, no una pieza más», apuntaba Belén Lario de Blas, satisfecha no obstante por realizar este «viaje tan gratificante». «Marsillach es muy dúctil», añadía sobre un texto con el que Imperdibles vuelven a ahondar en la línea iniciada con su anterior montaje, la obra de Darío Fo 'Pareja abierta', explorando desde el humor ácido las situaciones cotidianas de la vida sentimental.

Además de la producción de espectáculos, Imperdibles también se enmarca dentro del campo de la gestión, ya que cuenta con su propio espacio escénico en Sevilla: el Teatro Duque La Imperdible. En ambos ámbitos se caracterizan por abrir nuevos caminos e incorporar a la escena nuevas herramientas como los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías.