
REGINA SOTORRÍO rsotorrio@diariosur.es
Viernes, 13 de enero 2012, 02:43
Publicidad
Tenía que haber sido sastre, como su padre, pero lo suyo era hilvanar notas. Leonardo Balada (Barcelona, 1933) se lanzó a la aventura de cruzar el océano en los difíciles años 50 para estudiar composición en Nueva York. Salió de una España de posguerra y dictatorial para colarse en la capital artística del mundo, el centro de las vanguardias, el punto de encuentro de escritores, pintores, músicos... Fue alumno de Aaron Copland, amigo de Salvador Dalí, seguidor del arte de Robert Rauschenberg... Y de todos ellos bebe su música, que evolucionó hasta encontrar un estilo personal en el que las vanguardias se funden con toques étnicos. Hoy, con 78 años, sigue en plena actividad. Dos días a la semana da clases en la universidad de Pittsburgh y el resto del tiempo crea melodías nuevas. «¿Qué voy a hacer si no?», dice. Ahora, la Orquesta Filarmónica de Málaga le rinde un homenaje al dedicarle el 18 Ciclo de Música Contemporánea, que hoy arranca.
-El ciclo repasa su trayectoria. ¿Le gusta oír sus obras de juventud?
-Sí. Aquí se tocará una obra mía de finales de los 50, de cuando era estudiante en la Juilliard School de Nueva York, y otra que compuse hace un año. Las obras de estudiante a veces tienen cierta honestidad, cierta cosa intuitiva que cuando un compositor se vuelve demasiado cabezudo se pierde.
-Siempre ha querido experimentar e innovar en la música. ¿Fue duro en los inicios romper con lo establecido?
-Nueva York era el centro artístico del mundo, como París lo fue hace cien años. Y era un sitio bastante democrático artísticamente, no tienen la cabeza dura como te encuentras muchas veces en Europa. Había mucha libertad. Cuando fui a estudiar en la Juilliard se hacía música dodecafónica, bastante intelectual, y a mí no me acababa de convencer. ¡Yo era mediterráneo! Necesitaba color y drama. Pero tampoco quería quedarme como un monumento caduco. Estuve un par de años casi sin componer, solamente escuchando mucha música, viendo exposiciones de artistas como Rauschenberg, hice un par de proyectos con Dalí... Su arte me influyó bastante, el surrealismo y lo abstracto hicieron una amalgama en mi cabeza de la que en 1966 salió algo musical que no era dodecafonismo ni neoclásico, era algo de vanguardia pero a mí manera.
Con Dalí
-En lo personal, ¿Dalí era tan excéntrico como parecía?
-No, no, era normal. Al principio pensaba que le estaba tomando el pelo a todo el mundo. Un día estábamos charlando tranquilamente en un hotel y vino un chico a pedirle un autógrafo e inmediatamente cambió su forma de hablar y se puso a hacer sus cosas (risas). Estaba siempre tomando Ginger Ale y cacahuetes. ¡Solo eso! Recuerdo que una vez fuimos a una fiesta en una casa, en la que estaba Peter Fonda. Un par de horas después nos fuimos y al día siguiente salió en la prensa que fue la policía porque estaban tomando drogas. ¡Nosotros ni nos dimos cuenta! ¡Si nos llega a coger allí! (risas).
Publicidad
-En Europa, ¿sigue existiendo esa falta de libertad de la que habla?
-Un poco. Aún hay escuelas que se creen que son la verdad absoluta del mundo y no lo son. Lo importante para un artista es conseguir que haga algo personal y comunicativo. Para mí puede ser una cosa tradicional o de vanguardia... Pero, ¿a qué nos referimos con las vanguardias? Lo mío hace 50 años era vanguardia y ahora veo que se hacen cosas que yo ya hacía entonces.
-En lo abstracto, ¿todo vale?
-Aquí está el problema. En lo abstracto es difícil saber qué es lo que vale, como en la pintura. Gato por liebre seguro que dan.
-¿A Mozart o Beethoven le horrorizaría la música que se hace hoy?
Publicidad
-¡No! Si hubiesen nacido hoy estarían al día y hasta lo harían mejor (risas).
-¿Ha dejado de ser necesario salir de España para formarse?
-Si es posible, un compositor tiene que salir y ver, tomar ideas... Beethoven tenía 33 años cuando compuso 'Heroica', que es la obra que representa un cambio definitivo y de madurez. Los jóvenes tienen tiempo para escuchar, aprender, pensar, componer, cometer errores, innovar... No darse por satisfecho.
-¿Pero no cree que existe un cierto afán de innovar por innovar?
-Eso es lo que pasaba en la época de la vanguardia. Pero tampoco está mal. Lo fácil es quedarse donde estás, lo difícil es tratar de buscar algo. Y eso se consigue con años de probar y equivocarse. El que quiera ser un artista tiene que tener una cierta obsesión por conseguir algo original.
Publicidad
-¿Por qué se programa hoy día tan poca música contemporánea?
-Algo tienen de culpa los compositores de hace un par de generaciones, que hacían una vanguardia muy intelectual que asustó al público y la música contemporánea quedó mal.
-Tiene mala prensa.
-Muy mala prensa. Y es algo absurdo, porque algunas músicas contemporáneas son extraordinarias; pero a veces por el hecho de ser contemporánea, la gente se aleja. Quiere escuchar la cosa facilona. Bethoveen o Mozart están muy bien, pero no hay que quedarse solo con ellos; todavía no andamos a cuatro patas. Yo a Bethoveen ya no lo aguanto, me encanta pero lo he oído tanto... que para qué voy a escuchar por milésima vez la 'Sinfonía nº9'. Si voy a un concierto quiero oír algo contemporáneo.
Publicidad
-¿Qué opina de la música moderna, el pop-rock actual?
-No me interesa en absoluto. La encuentro muy naif, muy facilona, muy ingenua... Lo que hay es una gran exhibición visual de luces, movimiento y escenarios. No hay ninguna elaboración, no hay nada. El que consigue la atracción de la gente joven es debido a la presentación visual. Para mí la música buena es la que puede tocar un 'amateur' y suene bien. La música popular la toca un aficionado y es un desastre; porque lo que les atrae no es la música. Pero un Chopin tocado por un estudiante... todavía es Chopin.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.