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PALOMA GOÑI find@diariosur.es
Viernes, 4 de noviembre 2011, 02:57
El Barranco del Poqueira lo componen tres pequeños pueblos blancos distribuidos a modo de escalera en las laderas de las montañas alpujarreñas, con el Veleta al fondo. Pampaneira, Bubión y Capileira comparten orígenes. La colonización de este valle es anterior a la llegada árabe, aunque es la cultura musulmana la que deja las profundas huellas culturales y paisajísticas que han llegado hasta nuestros días.
La 'Tahá de Poqueira' contaba en esta época con cinco núcleos de población, aunque dos de ellos desaparecieron. Tras la expulsión de los moriscos, la zona fue repoblada con setenta familias allá por 1573. Sin embargo, no fue hasta la primera mitad del siglo XIX cuando las tres villas obtendrían su independencia, siendo en la actualidad tres municipios autónomos.
Pese a que los nombres de Pampaneira y Capileira suenen a gallego, lo cierto es que el origen de estos topónimos hay que buscarlo en la lengua mozárabe, en la que la terminación '-eira' era bastante habitual. A pesar de su pasado común y de las muchas similitudes que comparten Pampaneira, Bubión y Capileira, cada una de estas tres localidades alpujarreñas tiene sus propias señas de identidad que las hace únicas.
Pampaneira
Este pueblo es el primero que encontramos si llegamos desde Málaga por la carretera de Órgiva. Con apenas 350 habitantes, destaca por su extraordinaria arquitectura, que conserva las casas blancas de tejados planos con chimenea de sombrerillo y los típicos tinaos, que son una especie de pasajes sobre los cuales se sitúa una vivienda. Las jarapas, que surgieron como una manera de utilizar los restos de ropa vieja, son una de las señas de identidad más notables de Pampaneira y en sus calles podemos adquirirlas e incluso visitar algún telar. Sus fuentes son también dignas de mención. A la entrada del pueblo encontramos la de la Chumpaneira, a la que se atribuyen poderes casamenteros y sobre la que reza: «Es fuente de la virtud y tiene tal magnitud que soltero que bebe con intención de casarse no falla, pues al instante novia tiene».
Con un desnivel de 300 metros entre la parte baja y la parte alta del pueblo, es un atractivo recorrer sus calles empinadas y estrechas, con las casas de piedra, launa, pizarra y cal a ambos lados. El visitante no se debería perder los lavaderos árabes, que sirvieron de escenario en el rodaje de la película Yerma, basada en la novela del granadino García Lorca.
Situada a poco más de 1.000 metros de altitud, esta localidad alpujarreña celebra varias fiestas a lo largo del año. El 16 de enero los vecinos se reúnen para hacer grandes hogueras en los distintos barrios y quemar enseres de los que se quieran deshacer. El 3 de mayo se celebra la fiesta patronal de Pampaneira, que culmina con el 'Entierro de la Zorra', vieja costumbre de muchos pueblos de la zona. La 'zorra' es una especie de muñeco de papel o piel que se rellena, se pasea por el pueblo y después se quema. En octubre le toca el turno a una feria artesanal, considerada como la más completa en su género en toda la comarca. En cuanto a la gastronomía, el llamado 'plato alpujarreño' consta de 'papas a lo pobre', huevo frito, jamón, longaniza, morcilla y pimientos fritos.
Bubión
Apenas 300 metros más arriba que Pampaneira se encuentra Bubión, que es quizás el pueblo que mejor conserva el espíritu de antaño, con sus casas rústicas y sus numerosas fuentes. La localidad se estructura en dos barrios: El barrio alto y el bajo. La plaza del pueblo, con su iglesia, nos conduce a uno de los dos lavaderos que se conservan en Bubión.
Bajando hacia el barrio bajo nos topamos con numerosos huertos y es allí donde empieza el camino a pie hacia Pampaneira, que discurre junto a un pequeño riachuelo que nos acompaña con su sonido. Subiendo hacia el barrio alto desde el bajo, nos toparemos con el segundo de los lavaderos que se conservan. Construido en 1945, era utilizado por las mujeres del pueblo para lavar en las típicas pilas de piedra, a las que llegaba directamente el agua a través de unas canalizaciones. Junto a las pilas aún se conserva una placa de piedra que reza: «Prohibido dejar las pila sucias bajo multa de 25 pesetas». Por lo demás, este pueblo de apenas 350 habitantes posee los mismos tejados, tinaos y casa de piedra que caracterizan a buena parte de La Alpujarra.
Capileira
La localidad más alta de las tres que conforman el Barranco del Poqueira es Capileira. Desde él pueden divisarse espectaculares vistas hacia el Veleta, pero también hacia Pampaneira y Bubión, que se encuentran a sus pies. Su casco urbano conserva íntegramente la arquitectura alpujarreña y sus casas y tinaos están sorprendentemente bien cuidados, conservándose en muy buen estado. La localidad, situada a casi 1.500 metros sobre el nivel del mar, posee numerosos puntos que hacen de miradores para poder observar las vistas del entorno.
Capileira cuenta con cerca de 600 habitantes y celebra sus fiestas patronales dos veces al año: El último fin de semana de abril y durante la segunda semana de agosto. Uno de los acontecimientos de mayor relevancia es la elaboración de una gran corona de flores para la Virgen de la Cabeza, elaborada con cientos de docenas de claveles. Desde aquí comienzan distintas rutas de senderismo e, incluso, puede iniciarse la subida al Mulhacén.
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