Paco Laberinto

En la historia reciente del baile flamenco hubo un artista que brilló con luz propia, llegando a ser una de las más destacadas figuras en la práctica de esta danza. Hoy apenas se recuerda su nombre y son muy pocos lo que hablan de él. Nació en Jerez de la Frontera en 1910 y una de sus más importantes características consistió en bailar siempre en macho, como gusta a los entendidos, a los cabales. Se llamó Francisco Ruiz Gómez y artísticamente fue conocido como Paco Laberinto. Se inició en el baile siendo aún muy joven en su Jerez natal, y tras destacar en fiestas y espectáculos lo enroló en su compañía en 1940 la genial tonadillera Concha Piquer. Más tarde hizo giras por España y el extranjero formando parte de los elencos de Manolo Caracol y Lola Flores, Carmen Amaya, Juana Reina y otros. Artista de fuerte personalidad a la manera de su paisano Juan Sánchez Valencia 'El Estampío', marcó toda una época en el baile flamenco.

Paco Laberinto viajó a América con Miguel de Molina y Carmen Amaya, consiguiendo grandes éxitos con su baile elegante y varonil. A su vuelta, y tras realizar otras giras por la península, entró a formar parte del elenco del tablao madrileño Zambra, en aquellos momentos el más célebre de España, donde noche tras noche, el público acudía a presenciar su baile por bulerías, estilo en el que creó escuela. Años más tarde, en 1965, obtuvo el Premio Antonio, por soleares y bulerías, del IV Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Sus últimos años los pasó en su ciudad natal, dedicado a las reuniones y fiestas íntimas, y recordando sus vivencias junto a otros compañeros. Laberinto fue un artista genial que puso en toda su obra majestad y coraje y supo darle al baile flamenco todo lo necesario para que predominase la elegancia sobre el genio. Paco nos dejó en su Jerez de la Frontera natal en octubre de 1974, contando 64 años de edad.