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ANTONIO M. ROMERO
Lunes, 15 de agosto 2011, 16:59
Víctor Puerto sufrió ayer la primera, y esperamos que última, cogida de la feria taurina de Málaga. El diestro madrileño fue prendido por 'Vendedor' en la fase final de la faena al primero de la tarde cuando estaba instrumentando una serie de estatuarios. El toro le enganchó por el muslo derecho propinándole dos cornadas -de catorce y quince centímetros, respectivamente- y zarandeándolo en el aire. Ligeramente conmocionado y con gestos e dolor se levantó y regresó a la cara del burel para entrar a matar. Necesitó dos pinchazos y un descabello para pasaportar a su oponente.
A este toro, de salida, lo recibió el madrileño con verónicas en las que destacó la media de remate. Tras el primer puyazo hizo un quite también por verónicas. Cuando el toro salió de su segundo encuentro con el picador, Alejandro Amaya hizo un quite por delantales, al que respondió Puerto con chicuelinas. Muy predispuesto, el matador brindó al público una faena en la que hubo algunas tandas que calaron en los tendidos por su plasticidad, pero en la que abusó del pico. Antes de la cogida le dio un molinete de rodillas y una tanda con la diestra también de rodillas.
Tras matarlo dio una vuelta al ruedo. Al término de la misma, Víctor Puerto se quedó en el callejón y declinó las recomendaciones de los miembros de su cuadrilla y de sus compañeros de cartel. Aunque se resistió, finalmente tuvo que ser conducido a la enfermería; metros antes de llegar se desmayó.
Debutante Amaya
Esta cogida originó que el debutante en La Malagueta como matador de toros, Alejandro Amaya, tuviera que lidiar tres toros. Unos oponentes a los que mandó al desolladero tras tres bajonazos infames.
El primero del lote del mexicano fue un animal manso y tardo en la embestida. En el primer puyazo se enceló con la cabalgadura y estuvo casi dos minutos en el peto sin que los banderilleros pudieran sacarlo de allí. En la faena de muleta, Amaya se mostró siempre muy ventajista citando al toro al hilo del pitón y sin cruzarse nunca, demostrando una actitud apática. Además del bajonazo, necesitó de cinco descabellos para pasaportar a 'Camarero'.
Ante las nulas condiciones de su segundo oponente, abrevió y se fue pronto por la espada. Otro bajonazo. Cuando el toro cayó, el mexicano pidió perdón al respetable con un gesto con las manos.
En el que lidió por Víctor Puerto, el último de la tarde, el mexicano salió con otra predisposición y brindó al público. En unas tandas por la derecha en las que volvió a torear muy despegado y con ventaja, el público le aplaudió e incluso la banda de música de Miraflores y Gibraljaire interpretó, incomprensiblemente, un pasodoble. Todo fue un espejismo y se fue a por los aceros. Necesitó de un pinchazo, otro bajonazo, un nuevo pinchazo y un descabello para acabar con 'Ron'. En el balance general de su actuación, y al margen del mal juego de los toros de Pereda -con sus dos hierros-, no justificó su inclusión en los carteles de Málaga.
Morenito de Aranda
Como tampoco lo hizo el castellano leonés Jesús Martínez Barrios, Morenito de Aranda en los carteles, que pasó totalmente desapercibido por el ruedo de La Malagueta. A su primero, un animal que siempre buscó las tablas y huyó hacia ellas cuando el diestro se lo sacaba a los medios, le dio algunos muletazos sueltos al hilo del pitón y sin fajarse. Mató de estocada caída y siete descabellos.
Cuando el quintó saltó al ruedo el tedio se había instalado en los tendidos de La Malagueta y así iba a continuar porque ante este toro Morenito decidió abreviar cuando, tras probar por ambos pitones, vio que no había nada de fondo en 'Sombrerero'. Mató de estocada caída.
Dentro de lo que se vio en el ruedo hay que censurar la actitud del mozo de espadas de Alejandro Amaya, Manuel Márquez Marín, quien en el segundo toro de la tarde aprovechó que el animal se acercó a las tablas tras haber recibido un bajonazo y sacó la espada. Una actitud antirreglamentaria. La misma que tuvo el mozo de espadas de Víctor Puerto, en el primero al aprovechar una situación similar para sacar también del cuerpo del toro el estoque.
Asimismo, también se saltó el reglamento -y lo hizo junto al alguacilillo- el subalterno de la cuadrilla de Morenito de Aranda Javier Pascual en el último de la tarde cuando no le tocaba el turno y en la salida del animal lo citó con el capote desde dentro del callejón por encima de la barrera lo que provocó que el animal se diera un gran golpe en la testuz.
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