Risto Mejide: «No tengo talento pero me vendo muy bien»

¿Risto viene de Evaristo?

No, Risto es un nombre muy común. Es finlandés.

Pero de finlandés tiene poco...

Nada, lo que pasa es que mis padres eran unos cachondos y me empezaron a llamar Risto.

¿Siempre lleva las gafas?

Soy miope y necesito llevarlas. Sin ellas no veo nada.

¿Se ve como una estrella mediática?

Me veo como algo peor: me veo como un exestrella mediática.

¿Y como un líder de opinión?

Noooo. Si no puedo ser ni siquiera líder en mi casa, ¡imagínate fuera de ella!

Pero usted habla y sube la audiencia...

La gente se aburre mucho y tienen que tirar de cualquier cosa. Mi único mérito es decir lo que pienso, y ya ves tú qué mérito. Eso más bien es un demérito del entorno.

¡Y eso que asegura que no tiene talento!

Nada, ninguno. Lo que pasa es que me vendo muy bien. Si algún talento tengo es el de vender mi falta de talento.

¿Cultiva a diario esa fachada de tipo duro al estilo de Clint Eastwood?

(Risas). No cultivo nada; soy como soy. Hay gente que me compra y gente que no, que también está muy bien. No pretendo ser el tipo al que compra todo el mundo.

Hay productos con taras. ¿Usted también tiene defectos?

Por supuesto, yo llevo tarado desde que tengo uso de razón. Eso es otra historia.

¿Lleva a rajatabla eso de 'que hablen de mí aunque sea mal'?

Me da igual si hablan de mí o no. Intento ser una persona honesta con la vida y espero que la vida sea honesta conmigo.

Muchos dicen que la fama se mide por las veces que se va al psicoanalista. ¿Le ha visitado mucho?

He vivido 22 años con un psicólogo en casa que era mi madre, ¡imagínate si he tenido que echar mano de ello! Y todavía sigo echando mano de ello.

¿Le piden consejo los políticos?

Alguna vez me ha tocado hacer alguna campaña con algún candidato como a cualquier publicista.

¿Qué le diría a Rubalcaba y a Rajoy?

Ufff. Creo que ellos mismos se exponen ya tanto que es casi imposible mejorar lo que hacen. Lo bueno que tienen los dos es que se ponen en evidencia tanto para lo bueno como para lo malo.

¿Qué haría en sus manos con un producto como Belén Esteban o la Campanario?

¡Ya lo hacen suficientemente bien ellas mismas!

¿Alguien se atreve a ir al karaoke con usted?

Lo que será difícil será encontrarme en uno. Odio profundamente los karaokes.

¿Y sabe contar chistes?

No (rotundo). No me hacen gracia los chistes.

¿Cómo lleva que lo imiten?

Eso es un síntoma de que existe una marca. Si no te imitan es que no tienes una marca.

¿Y lo de la coletilla de Risto Mejode?

En el colegio suelen ser más crueles, y yo ya vengo entrenado.

En el colegio salió disfrazado de fresón. Esa foto debe ser una tentación para sus enemigos...

Cuando tus enemigos no te atacan con suficiente contundencia significa que tampoco tienen tantas armas, con lo cual estoy bastante tranquilo.

Dice en su novela que el cielo es El Corte Inglés. ¿Dónde está el infierno?

¡Pues el mismo Corte Inglés sin una tarjeta de crédito solvente!

Muchos dirán que lo suyo es el infierno, pero se ha vestido con sotana en Torrente...

(Risas). En el infierno ya he estado unas cuantas veces y encantado de volver. ¡Es mucho más divertido que el cielo!

¿Es cierto que estuvo a punto de ingresar en el Opus Dei?

Estuvimos en conversaciones, como dicen los clubes de fútbol.

¿Queda Risto para rato?

Espero que sí, no me mate tan pronto. La gente que no aparece en televisión también tiene derecho a la vida aunque no lo parezca.

Y ahora amenaza con volver a la tele como jurado...

Yo no amenazo a nadie. Si tengo el placer de volver, volveré, y si no, no volveré.